lunes, 28 de febrero de 2011

Soy una ñoña


Después de años de hacerme la ruda, después de años de pensar que el amor rosado, ese que viene con un globito con forma de corazón adjunto no era para mí, sino que para las bobas románticas, hoy me declaro oficialmente como una ñoña con debilidad por lo pink, las flores, las palabras dulces y todo lo relacionado con situaciones lindas en pareja. Casi no lo puedo creer y casi no me reconozco.

¿Dónde quedaron mis burlas hacia esas personas que practicaban el amor rosado? ¿Dónde quedó mi ironía ante situaciones derechamente siúticas? No lo sé, supongo que mi sarcasmo se pegó unas vacaciones y realmente no sé si volverá.

Esta situación es de alto impacto, especialmente cuando pienso que la estoy viviendo a los 30 años y no a los 17 como la mayoría de las personas. Dios. Pero no puedo evitarlo, es como una cosa que controla mi mente y mis movimientos, no puedo evitar pensar en cosas románticas con M, no puedo evitar imaginarme cosas rosadas, pero claro, siempre tienen un par de pinceladas de mi lado menos rosa, es casi como una Hello Kitty corriendo por un prado lleno de flores, pero sin ropa jaajjaja, algo así.

Dios, estoy convertida en una Hello Kitty, en una Candy, en una Angie, la niña de las flores. Y bueno, voy a aclarar igual – como una forma de no estropear tanto mi reputación de ruda – que me resistí bastante a este cuento, pero un día tuve que decidir: O me convertía a la ñoñería o no. Y bueno, decidí entregarme en cuerpo y alma a esa cosa llamado amor romántico.

Soy una ñoña que llora con las películas de amor, que sueña cuando escucha canciones románticas, que se queda pegada ante una linda frase o un lindo diálogo (incluso ahora soy capaz de reproducir conversaciones cinematográficas completas si me parecieron interesantes). Soy una ñoña que recuerda frases completas, detalles y hasta fechas!

Avanzo por esta marea de sensibilidad sin tener ni puta idea qué es lo que tengo que hacer. Avanzo segura, sin miedo y a pura intuición. Nunca nadie me enseñó qué hacer cuando se siente así, menos mi familia que es tan poco afectuosa y cuando se trata de sentimientos son todos discapacitados mentales. Nunca nadie me dijo, lo que me sopló el sueño de hace unas semanas, que algún día podría volver a recuperar esos peluches que tiré al vacío cuando niña, sintiendo nada mientras los veía caer, pensando seguramente que ilusionarse con algo valía callampa, pensando ya a mis cortos años, que al final, siempre me iban a abandonar, por lo que era mejor no sentir tanto apego, para no sufrir más adelante.
Falta, así como me dijo el sueño, descifrar el mensaje que se me manda. Me falta dejar de ver borroso ese largo mensaje donde veía la palabra Amor escrita al revés: ROMA. En el sueño me daba rabia no entender lo que se me decía, no ver claramente. Hoy sí quiero ver todo lo que se me dice.

Hoy me río de mis propias ñoñerías, con un poco de plancha, pero con algo de resignación. He llegado al nivel de regalar canciones, por lo que debo concluir que he cruzado el umbral de las ñoñas sin retorno. Y está bien, hoy, está bien.

1 comentario:

Anónimo dijo...

k lindo la foto de hello kitty