domingo, 6 de febrero de 2011

Esa llamada que esperaba


Arribó hoy, cuando menos la esperaba, llena de nostalgia, llena de melancolía, llena de un adiós que hace ecos en mi cabeza en mi corazón.

Hablamos y me pidió disculpas por su ausencia, yo la acepté, pero ya la había aceptado en silencio, sin que él tuviera que decirme nada, pero el hecho que me lo dijera fue liberador, me libera para seguir adelante con mi vida, perdida y todo en este momento, pero mi vida al fin y al cabo.

Me confirmó lo que pensaba, que estaba mal, perdido, y en un momento de decisiones, de saber para dónde ir y para dónde no. Leyó mi correo y me dijo, lo que ya presumía: al leerlo se puso triste y lloró y no podía ser de otro modo, si sólo él y yo sabemos por dónde transitamos en estos dos meses, lo que dimos, lo que dijimos y lo que callamos. Me dijo que aún estando sedado, mis palabras le llegaron, y sé que cuando deje de estar en ese estado, le van a dolor aún más.

Le expliqué que mi decisión de hacerme a un lado proviene 100% de la cabeza y no del corazón, que lo hice para resguardarme, porque no puedo lidiar con lo que a él le pasa, que no puedo salvarlo, porque con suerte puedo salvarme yo.

Me confirmó que lo mejor era no vernos y cortar contacto por lo menos por un tiempo, que no tenía aún cabeza para pensar en nada más y no me ofende, en lo absoluto, es lo correcto, no tengo ningún argumento para decirle lo contrario, las cosas son como son y no hay nada más que hacer por el momento.

No sabe ni sé si esto será para siempre, esa palabra es tan taxativa y yo no sé nada ahora tampoco. Me siento en otro limbo, moviéndome de un lado para otro, sin saber para dónde ir. No sabe (y yo tampoco) si podemos seguir siendo amigos… yo lo dudo en verdad. Le aclaré que lo borré de todas partes, para no caer en la tentación de hablarle, por su silencio, creo que eso le dolió.

¿Cómo seguir siendo su amiga? ¿Cómo él puede seguir siendo mi amigo? Tal como él dice, hay que dejar que las cosas se enfríen. Y sinceramente no sé si se enfriarán para mí….. Creo que jamás podré volver a verlo como mi amigo así a secas, porque hizo tanto por mí, significó tanto para mí…. Hay cosas que no se pueden borrar, hay cosas que no se pueden obviar….

Al final de la conversación sólo pude repetirle “te quiero mucho” y él me respondió lo mismo, “sé que es así”, le volví a repetir. Porque lo sé, eso está anclado en mi corazón. Dejé abierta la posibilidad de algún día en que quizás esté mejor o yo esté mejor…. Pero esas son sólo divagaciones tan concretas como decir “algún día voy a hacer esto”, no hay nada tangible, sólo una idea, una intención, un sueño o quizás una ilusión….

Me habría gustado decirle tantas cosas, pero la realidad se interpuso una vez más, esta barrera que no deja seguir y que obliga a irse por otro camino. Pero lo que le dije en ese correo es la pura y santa verdad, de haber seguido en esa senda, me habría enamorado y ahí en ese círculo, habría sufrido como china. Y hoy no tengo fuerzas para sufrir así, aquello no me aporta, sólo me resta energías para lo que quiero para mi vida, sólo permite esconderme y yo ya me harté de eso.

Desde mi vereda sé que me extrañará. Lo sé, así como sé que existo, así como sé que lo extrañaré y que mis pensamientos de cuando en cuando estarán dirigidos a él. Quizás algún día, sólo quizás, se dé cuenta…. Ni sé de lo que podría darse cuenta….

Este ciclo se cerró hoy y estoy triste, algo errática también, confundida y enrabiada en cierta medida, entrampada en los “y si hubiera pasado esto o lo otro”, pero no me queda más que soltar y seguir viviendo…. Igual, entre nos, algo me sopla al oído que esta historia aún no ha escrito su capítulo final. Puede que Hollywood sea el que me lo dice, puede que sea mi certera intuición, ya no sé diferenciar bien. Como sea, hoy, la realidad es tal cual la he descrito hoy…. (suspiro).

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