lunes, 21 de febrero de 2011

El amor se construye


Esto vendría siendo como mi primer descubrimiento 2011. Hasta hace poco pensaba que el amor era así como lo que relatan los cuentos, algo que se siente o no se siente y que listo, no hay mucho que darle vuelta al asunto, el resto está definido por el destino y la vida.

Pero los años y la experiencia me han enseñado otra cosa, algo que nadie te dice porque a lo mejor asusta, porque no rima con una palabra melosa o simplemente no pega en una tarjeta rosa de San Valentín.

Y esto es que el amor es construcción, el amor es trabajo, el amor es negociación, el amor es escuchar aún cuando no podemos escuchar, es hablar aún cuando no queremos hacerlo, es entregar aún cuando sólo queremos tener cosas para nosotros. Con los años he ido aprendiendo que esto no es ser mártir, sino que ser generoso con el otro.

Ahora entiendo que el amor de pareja es una construcción de a dos, es como tener una papel en blanco en que se puede dibujar y crear lo que uno quiera. Es como cuando te dicen siúticamente que hay que regar la plantita todos los días. Nunca entendí ese concepto, encontraba que era idiota, pero la verdad es que la idea está bien, el amor hay que cuidarlo, todos los días, sino, muere o se transforma en otra cosa.

Fue M quien colocó en mi mente el verbo “construir”, un concepto que me pareció tan claro, práctico y a la vez bello, que ahora lo ocupo para la vida y para los sentimientos. Construir caminos, construir sueños, construir felicidad, construir recuerdos, construir momentos.

Nunca antes había querido construir nada, aún estando en pareja, aún queriendo a otro, aún sintiéndome enamorada, aún teniendo apoyo del otro, siempre me había enfrentado al mundo sola, siempre han sido “mis sueños”, “mis proyectos”, “mis ideas”. Nunca antes había podido compartir ese tipo de cosas, no obstante, hoy, no sólo lo quiero hacer, sino que también me siento lista.

Y en medio de sendos cambios, transformaciones, reinvenciones y cambios de piel, M hoy me dio un notición! De esos que también lo cambian todo, que cambia el curso de las cosas, y tengo la tincada en mi corazón que fue para mejor. Los cambios dan miedo, siempre, pero vaya que a veces son necesarios…..

Lo sé porque pienso en todo lo que no hubiese pasado si yo un día no hubiese tomado la decisión de cambiar radicalmente mi vida, de todo lo que me hubiese perdido, de todo lo que hubiese seguido igual. No me arrepiento de nada, aún cuando el mundo haya visto mis transformaciones como locura temporal o impulsividad. Vivan los cambios! Vivan los cierres! y Vivan los inicios!

No hay comentarios: