martes, 25 de enero de 2011
Sin miedo
Han sido días intensos en todo sentido, pero desde que el domingo pasado me despedí de todos mis fantasmas, miedos, de mi pasado y malos recuerdos, me siento diferente. Me siento fuerte, en control de mi vida, de las cosas que quiero y siento. Me siento, lejos, mucho más valiente. Es casi como un anuncio:“ok, vamos y veamos qué es lo que pasa”. Todo, sin mirar atrás.
Esa tarde, a parte de llorar a moco tendido, sentada en el piso de mi living mientras Marley me abrazaba vi pasar delante de mí todos esos fantasmas, todo ese dolor, tantas penas y recuerdos negros. Yo me despedí de ellos, con harta pena, (qué curioso que uno sienta cierto apego a sus males).
Acto seguido, tomé un papel y un lápiz y anoté todo aquello que me ha marcado de manera negativa. Fue un listado de eventos y situaciones tristes a lo largo de mis 30 años. Luego, tomé un encendedor y quemé el papel, lo lancé por la ventana y vi como llegó al piso hecho cenizas que luego fueron llevadas por el viento.
De ahí tomé otra hoja y un lápiz y anoté todo aquello que hoy le doy la bienvenida. Coloqué el papel debajo de mi almohada, para descansar sobre esto, para soñar con eso. Porque aunque suena raro, creo que después de pasar tanto tiempo quejándote de porqué no te resultaron las cosas como uno quería, hay que aprender a llenar ese espacio con nuevos recuerdos, sentimientos y sueños.
Ya, al día siguiente me levanté más aliviada. Y tuve el valor incluso de decirle todo esto a M. Tuvimos, lo que yo definiría quizás como una de las mejores conversaciones online que hemos tenido hasta ahora, se lo habría dicho en persona, pero no quería perder el vuelito ni la inspiración.
Le anuncié que hay cosas de las que no quiero hablar más, y no porque no confiara en él, sino que esto de mirar constantemente el pasado, no me permitía disfrutar del presente, sino que sólo me ayudaba a mirar el ayer con pánico y el futuro con más pánico.
Le expliqué aquello que me hace mal y que no quiero repetir y sobre mi cambio de opinión respecto a cambiar las reglas sobre asuntos de fidelidad, lesa yo, la otra vez intenté convencerlo que mejor tuviéramos un “híbrido” abierto o que tuvieramos la posbilidad de besuquearnos con otros personajes. JA! BUENO.. ya no quiero!!! En eso está completamente de acuerdo
Hablamos harto ese día y quedé con un gusto dulce, con la sensación de haber dicho todo lo que tenía que decir en el momento preciso. Es más, me siento mucho más segura de mí misma, y más orgullosa. Incluso fui osada y le dije que yo estaba dispuesta a descubrir lo que haya que descubrir en este camino…. Ohhhh jajajajja.
Me aburrí de sentir miedo a sentir, de temerle a la posibilidad que duela. Me aburrí de enrollarme por imbecilidades, me aburrí de estar pensando constantemente que algo malo va a suceder, va a sucederme, que me van a mentir, que me van a engañar. Me aburrí de estar siempre pensando que el pasado va a volver al presente. Me cansé de recordar a aquellos que me han hecho daño, aún con resentimiento y temor. Me cansé de las tácticas gueonas que a veces usamos las mujeres para supuestamente ser más interesantes, me aburrí de no hacer o decir algunas cosas por miedo, me aburrí de intentar siempre andar de winner por la vida.
De pronto comprendí – bueno, no fue tan de pronto, fue todo un proceso – que esto que he decidido ahora es parte de la lección, que esto no sólo se trata de la posibilidad de combinar por primera vez en mi vida, sexo con cariño, la lección va mucho más allá que eso y creo que tiene que ver con volver a confiar con el corazón abierto, como alguna vez lo hice, hace muchos años. Y creo, sólo creo, que esta vez en vez de recibir una pisoteada, voy a recibir algo bello.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Esa es la actitud !
:)
Saludones :D
Gracias!!! jejeje... Saludos.
Publicar un comentario