jueves, 27 de enero de 2011
Coaching del corazón
Estoy impactada. Qué potente es el poder de una decisión tomada con convicción. Desde que cambié de switch, desde que decidí olvidarme del miedo y de todos sus desgloses y apartados, ando mucho más alegre y positiva. Ando menos asustada, enrollada, ando pensando menos en el futuro y muchísimo menos en lo que fue y ya no es.
Y claro, es un acto de conciencia, de voluntad, me tengo que concentrar en eso, porque no me sale muy natural, pero tengo fe que de a poco se irá siendo una costumbre, un hábito.
Esta semana no he podido salir mucho (es fin de mes) pero aún así no me he sentido angustiada mirando el techo de mi casa. De hecho, como que ya me acostumbré a mirarlo jajajaja. Pienso, siempre pienso, pero en estos días no se me han aparecido ideas caóticas, sino más bien pensamientos nice y hasta mamones.
Tengo ganas de ver a M, enfundada en esta nueva versión de mí misma. Tengo ganas de estar con él y reírnos de leseras sin tanta preocupación, así como antes, así como al principio. Siento que en estas dos últimas semanas, había perdido esa capacidad por estar todo el rato pensando en qué pasará, qué no pasará, qué podría pasar… Uf!
Me gustar estar con él, lo paso bien y ahora que ya no me da miedo eso, y no lo veo como una amenaza a mi estabilidad o seguridad emocional, sé que van a surgir otras cosas, y eso quiero.
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