lunes, 10 de enero de 2011

Little Paul: My BFF


Nos encontramos hace un par de meses en un local de Japi Jane, esa maravillosa gringa – también treinteañera – que llegó a Chile por amor y que se quedó gestando un interesante, audaz y a la vez asertivo proyecto, una tienda online de juguetes sexuales pero orientados a mujeres y a parejas, no tanto a hombres solitarios y ganosos, que es lo que se estilaba hasta ese entonces.

Además Japi tiene otro plus (y quiero dejar en claro que no me está pasando plata para promocionarla jajaj ni sabe de este blog) y es que si vas a su tienda te atiende ella u otra niña que por ser mujer te puede recomendar varios juguetes de placer pero con visión femenina.

Porque yo he entrado a sex shops donde te atiende algún tipo y al preguntar por algún vibrador o consolador, típico que te muestra unas cosas poco amables, de plástico duro, color piel y de 30 centímetros. O sea, sé que hay gustos para todo, pero digamos que personalmente mi idea de placer no es una réplica del pene momificado de Rasputin, sí, su órgano se exhibe en un museo y es de increíbles dimensiones.

Siguiendo con mi relato, esa tarde lluviosa con Japi Jane como anfitriona, desfilaron ante mis ojos algunos artefactos bastante interesantes y lúdicos, la mayoría proveniente de Europa y súper testeados. Hasta que me encontré con Little Paul, con forma de gusanito, rosadito y con una linda y tierna carita feliz, con sonrisa incluida.

De inmediato supe que él sería mi nuevo BFF. Se me indicó que era de uso externo (aunque Japi me dijo que también si quería golosear igual podía ser interno), venía con full pilas y con más de 10 velocidades, bastantes interesantes, lo mejor es que no suena, es decir, que es discreto, nada peor que esos que suenan como podadoras.

Y una tarde decidí probar en situ qué es lo que era tener un vibrador. Quiero aclarar que lo hice con bastante escepticismo, onda “esto debe estar sobrevalorado, pero vamos”. A los dos minutos (o quizás menos) de aquél test estaba viendo estrellitas.

Quedé para dentro y pensando en que hay cosas en la vida que uno debe comprobar en terreno para poder decir si a uno le gustan o no y yo puedo decir con absoluta convicción que por lo menos ese tipo de juguetes sexuales salvan, vaya que sí. Y he sido la promotora número de uno entre mis amigas de Little Paul.

Algunas con absoluta incredulidad han pensado que le estoy poniendo color o que soy multiorgásmica, que para ellas no hay nada como “el real”, pero chicas, si hay alguna leyendo esto, no se trata de comparar, sino que de ocupar nuevos recursos en tiempos de escasez o de complementar.

De hecho, la otra tarde, Little Paul y Big Paul se juntaron y tuvieron química conmigo. Y es algo que valoro, ya que por lo general los hombres se ofenden, se espantan o derechamente se molestan si es que insinúas agregar a la vida sexual un juguete sexual. Como que sienten que están compitiendo o peor, que “lo suyo” no es suficiente por lo que hay que pedir refuerzos. Pf.

Hombres queridos, evidentemente no hay comparación entre tener un orgasmo con una máquina a pilas que con un hombre de carne y hueso, que te puede besar, acariciar, abrazar y hablar…. Aunque, ahora que lo pienso mejor, igual deben haber casos en que la máquina le gana al amante jajajaja.

Pero bueno, este caso mío en particular, no y los dos juntos fueron dinamita jajajaja. Vaya, tampoco pensaba que sería así. Y él cero rollos, pensando que quizás yo me iba engolosinar con mi BFF.

De hecho, la otra vez probamos un aceite erótico que quema la piel de Kamasutra (la marca tampoco me pasa plata) paso el dato no más. Ese aceite lo colocas en el cuerpo y luego, lo soplas…. Maravilla. Claro que al principio no cachamos que había que soplar jajajaa, eso pasa por no leer las instrucciones.

Ahora, cuento con una crema de chocolate para el cuerpo, unas esposas peludas y rosadas y unos dados juguetones. Uno tira un dado y te sale el verbo, ejemplo “besar” y el otro te sale el lugar del cuerpo donde tiene que hacerse eso, y las alternativas son múltiples, como podrán imaginarse.

Si me preguntan a mí yo recomiendo todo el rato los juguetes sexuales sola y o acompañada. En el sexo creo que hay atreverse, jugársela y si es de a dos, bueno, mientras haya consenso todo está permito. Y sí, para los que dicen “oh, qué caliente la mina”, sí, ¡y a mucha honra!

Para las interesadas, revisen www.japijane.cl y www.kamasutrachile.cl

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