lunes, 2 de agosto de 2010

Viva Miss gordita 2010


Con 189 kilos, la italiana Giovanna Guidoni acaba de ser coronada como “Miss gordita 2010”, un concurso que se realiza en el marco de un festival y que tiene tantos adeptos como detractores.

La verdad es que yo le veo el lado positivo, ya que noticias como estas se transforman en un especie de bálsamo en un mundo donde lo “re – flaca”, las liposucciones y obsesión por todo lo light y los kilos de más parecen amargar a demasiadas mujeres en este planeta.

Y ojo, que al parecer es un fenómeno que viene creciendo, ya que el año pasado comenzaron a aparecer una serie de revistas femeninas que decidieron colocar en sus portadas a mujeres más robustas y voluminosas, provistas de lo que comúnmente conocemos como “rollitos”.

Personalmente me cargan las dietas. Casi nunca me subo a la balanza y tampoco me ando fijando si el producto es o no light. Jamás he tomado ni una sola pastilla para adelgazar por muy natural que digan que es. Tampoco he vomitado motivada por la culpa de comer de más, ni me he sometido a esas dietas demenciales en los que sólo puedes beber té o jugo durante varios días o semanas.

Supongo que en ese aspecto difiero bastante de mi género, ya que las “minas” – Dios cómo odio ese calificativo – comen puras ensaladas y viven sintiéndose mal por haberse salido de la dieta.

En todo caso, creo que siempre estoy en el límite de convertirme en esa “mina”. ¿Y cómo no? Si al sólo abrir un ojo por la mañana en la tele me bombardean con tal o cual producto para bajar de peso, el té de un doctor chino milagroso que te baja las grasas, o el aparato innovador que en sólo 10 minutos promete reducir centímetros de mi cintura.

Incluso los programas más serios también me lo dicen, el clásico testimonio de la mujer obesa o robusta cuya vida era una mierda y llena de soledades cuando tenía kilos de más. No obstante cuando bajó, su vida mágicamente se arregló, hoy con su nueva vida de flaca, está casada, feliz, cabe en un asiento de la locomoción colectiva y lo que es mejor, tiene el mejor sexo de su vida.

Después de enfrentarme a todo esto, cómo no me voy a sentir gorda. No consumo el té chino milagroso, y tampoco tengo tanto crédito como para comprarme ese aparatito que hace milagros en mi zona abdominal, tampoco me interesa mucho. Lo único que me queda es el clásico y también gratis “cierra la boca”.

De hecho, hace unos meses decidí bajar de peso, sé que están pensando que me estoy contradiciendo pero sigan leyendo. Dejé de consumir hallullas y marraquetas (mi perdición), y los cambié por pan pita. Al almuerzo comencé a consumir sólo una taza de arroz o de lo que fuera y me alejé de todo lo que es comida chatarra.

Lentamente comencé a bajar de peso y a sentirme mejor de salud. Comencé a entusiasmarme y a ponerme ambiciosa, por lo que quise seguir bajando de peso con la fantasía de que la balanza marcaría lo mismo que cuando tenía 15 años.

Pero me di cuenta de lo obvio: a los 30 años uno no baja de peso tan fácilmente como cuando se es una adolescente. Se puede, pero hay que hacer sacrificios mayores, como comer sólo ensaladas, hacer mucho ejercicio y obsesionarte con todo lo light e hipocalórico.

Fue así que supongo que tomé una decisión de vida apegada a mis propios principios. Me pregunté si es que estaba conforme con cómo me veía y con los kilitos que había bajado, y como la respuesta era afirmativa, decidí permanecer con mi pan pita y mis cuidados básicos, pero me rehúse convertirme en otra “mina” más, obsesionada con su IMC o con los tratamientos reductivos.

Creo que la vida es demasiada corta y hermosa para andar torturándose de ese modo. Todo exceso es malo, pero, digamos las cosas como son, aunque me queme en el infierno de las “minas”: ¡es rico comer! Además, si nos ponemos más profundas, nosotras, las mujeres, tenemos el mismo derecho que los hombres a disfrutar de una rica comida, porque si nos fijamos bien, el tema de los kilos de más también está relacionado con un machismo imperante, que dicta que los hombres pueden estar gordos y feos, pero las mujeres siempre deben estar bellas y esbeltas…. ¡Puaj! Eso da para otro post.

No hay comentarios: