miércoles, 4 de agosto de 2010

Amaba a los pitufos ¿y?




Esos monitos tienen un significado especial para mí porque mis papás me lo compraron cuando fuimos a Disney World ¡Yupiiiii! Sí y lo pasé chancho, tenía unos 9 años más o menos. Hay cosas muy divertidas de ese viaje, como que me sacaba fotos con Mickey o Minnie en tamaño real a regañadientes porque me daba miedo la gente disfrazada de monitos animados. Otro dato freak, aunque quizás ya no es así, pero el castillo, ese de la Cenicienta, el que aparece siempre en los inicios de las películas de Disney, bueno, no venden más que carteras ¡qué desilusión! pero insisto, quizás eso ya cambió.

La segunda foto corresponde a un aparatito cuyo nombre no recuerdo, pero cuya gracia era que podías colocar una mini foto en su interior, la que podías ver más grande gracias a un lente que tenía el aparato. Nada de práctico, como la mayoría de las cosas de la época, pero era ingenioso, por lo menos.


¡Ah! y lo que se ve en la última imagen es para mí un ítem de colección. Cuando chica amaba los pitufos, veía los monitos animados, tenía el peluche del papá pitufo y hasta coleccionaba el álbum, ustedes saben, de esos que tenían láminas de cartón y que había que pegarlas con pegamento. Bueno, estos pitufos venían en un promoción, si es que no me equivoco, en la pasta de dientes Pepsodent. Tenía toda una colección. Ahora fíjense bien en el pitufo de la izquierda, el de la flor, desde niña me parecía medio raro, y hoy ya tengo la certeza: era gay.

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