miércoles, 4 de agosto de 2010

Las razones equivocadas


Hace unos meses y después de revisar obsesivamente los pro y los contra, planeé mi huida. Ésta consistía en comprar un boleto sólo de ida hacia otro planeta, bueno, no tanto, pero casi. Quería vivir en Los Vilos, un bello y ultra tranquilo balneario de la IV Región, para quienes no tienen la dicha de conocerlo.

Mi sueño era huir de Santiago, de mi profesión, de la gente tóxica, de todo. Iba a poner una tiendita de ropa y accesorios en Los Vilos. Fue una delicia imaginar mi vida sin mucha tecnología, al estilo hippie, a pies descalzos y lo mejor de todo, en paz y con el patio playero que Marley tanto se merecía.

A pesar de todos estos anhelos y del corazón que le puse, la vida quiso otra cosa. Y fue duro darme cuenta y aceptarlo. Recuerdo perfectamente la tarde que lo supe, me rehúse a llorar, porque estaba tan enojada tan llena del clásico “¡Por qué a mí!”

Pero después que pude dejar mi soberbia a un lado y acallé mis alegatos contra Dios y sus injusticias, me puse a pensar en por qué no me había resultado, qué cosa había en el destino que no lo permitió.

Y fue así que en un momento zen, me di cuenta que la vida no me había dejado partir, porque quería emigrar por las razones equivocadas, porque yo estaba huyendo de todo y de todos. Así es que el destino me chantó y me obligó a resolver mis conflictos acá en la capital.

Pero para que vean que la vida es muy rara, a los pocos días del “suceso”, J, después de varios meses de incertidumbre, logró la pega que tanto añoraba y yo tuve que concentrarme bien en qué es lo quería hacer de mi vida. Claro que hubo momentos de rebeldía en que la respuesta era “nada , seguido por un "que se vaya todo a la mierda”, pero llegó un punto en que me di cuenta que parte de mi destino era escribir. No en vano lo hago por vocación desde que tengo 12 años.

Todo comenzó con un cuaderno, luego, otro y hoy son ¡muchos! Además, mi no - partida fue lo que motivó el inicio de este blog y la gestación de nuevos sueños. Mi no – partida me ha hecho valorar mucho más mi libertad y me ha hecho entender que al final, uno tiene el poder para hacer de la vida un maravilloso viaje. En eso estoy…, work in progress.

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