martes, 24 de agosto de 2010

Love ink…..


Hoy ando light, así es que me es imposible no comentar la “noticia” central del SQP que estoy escuchando mientras escribo: el tatuaje por amor de Valentina Roth y Juan Pablo Úbeda. Yiaaaaaaa?

Puede que no todos estén de acuerdo conmigo, pero no encuentro nada más picante y siútico que tatuarse en el cuerpo el nombre del enamorado del momento. Es como una mala interpretación de la canción “I’ve got you under my skin” (te tengo debajo de mi piel) de Frank Sinatra. Pero peor aún, es ufanarse de ello y contarlo públicamente. Mal.

Incluso ya estoy pensando que es un signo de mal augurio. Cito algunos ejemplos. Johnny Deep fue uno de los primeros al tatuarse el nombre de su entonces novia Winona Rider en el brazo: “Winona forever”, decía. La relación murió, pero el tatuaje siguió ahí, así es que no encontró nada mejor que transformarlo y dejarlo en “Wino forever”, que es como “borracho por siempre”.

Hay casos locales como el de Coté López cuando se tatuó en el brazo “Luissy”, por su amor, Luis Jiménez. Y si mal no recuerdo, eso fue antes de que se hiciera pública su noche intensa de “El rey león” con Pinilla.

Personalmente, ni muerta me tatúo el nombre de alguien en ninguna parte de mi cuerpo. No es por nada, pero imagínense que uno ande tatuada con distintos nombres de hombres en distintas partes, ¡qué feo! Y tampoco tengo la plata como para andar borrándolos.

El tatuaje amoroso es como una acción que uno comete con varias copas de más o sencillamente con la tele apagada. ¡Puaj!

No hay comentarios: