lunes, 31 de enero de 2011

Aferrada a mí misma


Ha sido todo un camino éste, vaya. El fin de semana, me aferré como nunca a mi estabilidad mental y emocional. Con mi amiga P, hicimos puras cosas entretenidas que me gustan y nos gustan. Comimos rico, hablamos leseras, fuimos a ver un peliculón (Cisne Negro), bebimos vino, compramos tonterillas para la casa, vimos (500 días de Summer) una de mis pelis favoritas, vimos a Madonna en todo su esplendor… o sea, no podría haber sido más entretenido.

Sin embargo, a ratos, me acordaba de M. De hecho, el sábado me aburrí y le mandé por segunda vez un mensaje de texto (le mandé uno temprano, pero grillos para mí) preguntándole si estaba vivo o muerto jaajjaja. Me respondió que estaba más o menos, pero vivo. “Ok”, le mandé a decir de vuelta y con eso me quedé más tranquila.

De ahí que no sé de él. Yo tampoco he insistido más porque creo que no corresponde, o sea, sus desapariciones generadas por la aparición de sus demonios son un tema que sé (de manera racional) que él debe enfrentar y pelear solito. Yo, a lo más puedo, darle apoyo desde mi distancia y ofrecerle ayuda, pero nada más. Además, mi amiga P me dijo algo obvio, pero bien sabio que a veces se me olvida, “una no puede salvar a nadie”. Cierto, y eso lo llevo como lema de vida, sólo uno puede salvarse.

Por otro lado, cuando él desaparece de este modo (ya ha pasado por lo menos unas tres veces desde que estamos juntos) es como si él se fuera de este mundo y se trasladara a una especie de universo paralelo, es como un limbo, donde no hay cabida para nadie más que él y sus demonios. Es curioso, pero en esos momentos, realmente pareciera que él tuviera una relación con ellos, más que conmigo, más que con cualquiera que lo rodea. Como que en esos momentos lo pierdo, como que deja de existir, se desvanece, se hace humo y deja de ser tangible y real. Parece cosa de locos, y confieso que me da miedo, a ratos.

En otro tiempo, me habría afectado esto de sobremanera, me habría tirado para abajo, incluso me habría hecho llorar. En otro tiempo, y en otro estado (mucho más emocional, agarrada, vulnerable, embalada, como quieran ponerle) habría sufrido como china, porque da rabia e impotencia no poder ayudar a alguien que uno quiere.

Pero hoy, estoy clara de mis límites, hasta dónde puedo llegar con él y hasta dónde me da el cuero para “lidiar” con sus desapariciones. Sé hasta donde puedo ayudarlo y dónde me tengo que retirar.

Las cartas me lo dijeron de nuevo. Lo que vivo hoy es una lucha, una batalla por mi libertad que está en la individualización, algo que he evadido durante por muchos años, hoy se hace potente y patente en mi vida y tengo dos opciones o lo enfrento y lo resuelvo o vuelvo a taparlo. El problema de lo último es que eso me generará aún más angustia que lo primero. No hay donde perderse en verdad. Incluso las cartas me dijeron que a través de él yo iba a enfrentar mis miedos, lo bueno es que la historia de la carta que me salió anuncia que al final esto se logra, pero igual me tinca que esto va a ser rudo.

Pero rudo o no rudo, sigo con mi vida, y me alegro al sentir que hoy lo tengo todo para andar alegre y ser feliz. Cuando me baja el susto, me lo repito, una y otra vez hasta la saciedad.

Supongo que la historia sigue así: M, tras regresar de este universo paralelo, me vuelve a buscar sintiéndose un poco mejor, y así estamos, de lo más bien, hasta que de nuevo es interceptado por esos seres malignos. Y ahí nuevamente me quedo pensando.

Mi amiga P me dijo que esto es como los adictos, cuando se pierden por muchos días y regresan, a veces como si nada o a veces medios apaleados, al mundo, al trabajo, a la realidad. No hay cordura que aguante este training. Y no soy la excepción.

Reflexiono: yo lo quiero, es cierto, y cuando está Ok, me río mucho y lo paso tan bien. Es un buen hombre, de un corazón increíble, nos entendemos, nos escuchamos, él es mi amigo, uno de mis mejores amigos, me gusta, hay química, pero, el maldito PERO, es tan grande e importante, que no me permite avanzar. Con él no me puedo proyectar de ninguna forma, no puedo ni siquiera hacer planes simples.

Y dudo si todo eso sea de mi interés y también me asusto al pensar que quizás, sólo quizás, yo me escondo un poco en esto de la imposibilidad de la no proyección, me escondo de la posibilidad de encontrar a alguien más y emprender una relación REAL, porque tengo claro que estando así difícilmente yo me daré esa oportunidad.

¿Será que eso es lo que me pasa? ¿Será que hoy me aferro a esto? Mi horóscopo chino para este año me predijo que encontraré el amor y la persona con la que quiera formar una familia. Lo que me hace sentido, ya que a las 12 del 31 de diciembre eso fue lo que me auto predije.

Pero, ¿dónde está? ¿dónde mierda está el hombre cuerdo que pueda amar y que me pueda amar de vuelta sin rollos, trancas raras y sin esta cosa de los límites? ¿Estaré lista también para volver a amar? ¡Lo dudo! Jajajaja, pero quiero estarlo y por eso hago de todo con tal de lograr mi libertad. Mientras tanto… no sé qué será lo mejor.. Mmmm, me acabo de acordar de esa notable frase sacada de la película "The Wedding date": "cada mujer tiene la relación amorosa que quiere tener".

viernes, 28 de enero de 2011

Lo que jamás decimos del sexo


Hablar de sexo no tiene ninguna novedad, todo el mundo habla de sexo, en la radio, en las revistas de papel couché, en el diario, en los blogs, en la calle, de día, de noche, es tanto que hay que contar algo muy raro como que para que alguien se impresione.

A modo de anécdota puedo contar que la última vez que me impresioné fue una vez que sintonizando un canal de cable “serio” que estaba exhibiendo un reportaje sobre prácticas sexuales bizarras.

Ahí apareció un tipo medio gordito asegurando que él sólo podía lograr la excitación sexual con globos, y si era inflándolos, tanto mejor. Una ¿pasión? que lo llevó a viajar hasta Nueva York a una fiesta especial para fetichistas de globos donde mujeres se masturbaban a vista y paciencia de todos con globos gigantes. ¿Y el gordito? Llegaba al orgasmo inflando un globo enorme jajaajajaj. El mundo está crazy, eso tampoco es novedad.

El tema es que igual hay cosas del sexo que no son muy bonitas y de las que nadie habla, yo creo que es porque hay una resistencia a bajarle el pelo o a tirar para bajo una práctica humana (y animal) tan rica como el sexo, o porque da vergüenza o qué sé yo.

El primer tema que se me ocurre es el sexo anal. Yo trabajé en un medio en que no se podía ni escribir la palabra “ano”, o sea, se podía escribir de prácticas locas o hot, pero era algo así como “por cualquier lado, menos por el poto” jaajjjajaja. Siempre me reía de eso.

Incluso en círculo de amigas cercanas, son pocas las que se atreven a decir que tienen o han tenido sexo anal, y peor es si más encima cuentas que te gustó ¡Euuuuu! Supongo que es mucho más digno decir que lo hiciste porque él te insistió o como un acto de amor, que porque realmente querías.

Personalmente yo sí lo he hecho y lo hago. No a cada rato, y el asunto no me quita el sueño tampoco, lejos prefiero que me hagan y hacer sexo oral, eso sí que me gusta. Nunca se me va a olvidar cuando en un episodio de “Sex and the city”, las cuatro amigas dijeron… “Sexo oral ¡aleluya!” yo también lo bendigo, le prendo una velita a esa práctica, claro que bien hecha sí, porque no hay nada peor que un tipo que no sepa hacerlo decentemente, o que no le guste. Miento, sí hay algo peor: un hombre que lo haga mal y que más encima se le nota que no le gusta.

Hay mujeres que no les gusta hacerle sexo oral a su pareja, marido, andante, amante. A mí sí. Me gusta el acto en sí, eso de notar que al otro le gusta lo que le haces, que te pida más, los suspiros, gemidos y palabras hot que se pueden entrecruzar. Ni idea si seré buena o mala, o más o menos, pero sí sé que le pongo color, y al final, creo que eso es lo más importante.

Decir que te gusta chuparlo también es considerado de poco señorita. Típico que salvas más si comentas que lo hiciste porque a él le gustaba tanto que no pudiste evitarlo. Yo, lo hago porque me gusta, ni ca lo haría si no fuera así. Y para qué decir si uno cuenta que lo hace hasta el final y que el sujeto acaba en la boca ¡Euuu! Eso está bien para las películas, para las maracas o como diría mi madre, para las chicas ligera de cascos. Bueno, si eso fuese cierto, yo sería todo eso y mucho más, porque a veces también lo hago, cuando ando hiper hot o cuando quiero devolver la mano por un orgasmo increíble. Hay que ser generosa en la cama también, creo yo…

Y está el poco honroso y poco mencionado tema de las infecciones, enfermedades varias que se dan en este intercambio de fluidos que muchas veces no tiene nada de bonito ni de higiénico. Porque si me pongo a pensar, el sexo es cualquier cosa menos higiénico y a raíz de eso es que te puedes contagiar de tantas cosas….

Por ejemplo, de cistitis en el caso, de nosotras las mujeres jajajajaa. Yo en los últimos días he andado con esto, de hecho me da una vez cada año y me tocó la primera de 2011. Una lata, y creo que es porque paso harto frío en la oficina donde trabajo y bueno jajja por mucho darle, como me han dicho algunas personas que conocen mi historia. Estoy en tratamiento por eso.

Me enteré que los hombres también padecen de afecciones por mucho darle, y no hablo de enfermedades venéreas. Supe incluso de un caso en que un hombre por darle mucho le quedó el pene sangrando. Sí, porque seguramente se le atascó algún cuerito o hizo un movimiento en falso o qué sé yo. Nadie habla de eso.

¿Ustedes sabían que el miembro sexual masculino (así de siútico tenía que describir en mi anterior pega, la palabra pene) puede quebrarse. Jamás me olvidaré que hice una nota de eso y coloqué en el título lo siguiente: “El pene puede quebrarse: ¡auch!”. Esto generó todo un revuelo de mis jefas, qué cómo se me ocurría poner semejante exclamación, pero díganme que no es para decir o pensar ¡auch!

Una vez también quedé impactada cuando me enteré que el pene de Rasputín se encuentra embalsamado en un museo de Europa por su enorme tamaño: 30 centímetros para ser exacta, un poquito menos que el famoso John Holmes (QEPD) que alardeaba con propiedad sus 35 centímetros en películas varias.

Es tal el impacto de este genital, que incluso se asegura que tiene poderes mágicos, de fertilidad y hasta curativos, casi para prenderle velitas, era que no!!!

¿Sabían que hay mujeres que le tienen alergia al semen? Eso yo ya lo sabía, lo que no sabía era que habían hombres que también lo eran, por lo que si eyaculaban se sentían pésimo como mínimo unos dos días. Freak.

Y así, hay tantas cosas de las que poco hablamos relacionados con el sexo y que no son muy bonitas, bueno, supongo que tampoco venderían portadas ni el perfume de moda. Yo hoy, he tomado la decisión o más bien, la postura de ser lo más real y sincera cuando se habla del tema. Onda, si alguien me pregunta alguna cosa de mis gustos, yo llego y los largo. Nada de esa tontera onda ¡ay no, qué asco, yo no hago eso!

Desde mi riel


Por lo menos ya pude comprobar que mis nuevas resoluciones no se quedan en el puro bla bla, bla, (a veces me pasa eso y a la hora de poner en práctica mis decisiones, arrugo). Pero no, en esta oportunidad debo decir que hasta yo misma estoy sorprendida! Jaajjaja.


El hecho que no nos veamos no me generó nada agobiante, fue como “pucha, qué lata, ¡ánimo!”. Nada de pensar cosas raras o de paranoias, sino más bien un poquitito de preocupación (que es lo normal ¿no?) y listo. Me di cuenta, casi con cierto asombro, que el que no pudiera verme por asuntos anímicos (distinto es si me dice que le da lata o porque le salió algo mejor, aclaro eso) no cambiaba en nada lo que yo siento por él y tampoco cambia en nada lo que él debe sentir por mí. Son cosas que van en rieles completamente distintos.

Estoy pensando que quizás antes era víctima de esa sensación de vacío eterno (no sólo me pasa con M, también me pasaba con J) ante una situación similar porque pensaba o sentía que no tenía nada más que eso, que eso era el centro de mi universo y que si éste se desmoronaba, yo junto a él, me iba a la mierda. Y no fíjense, sigo acá y de lo más bien.

Mi sicóloga tiene razón en lo que me dijo, la diferencia con el ayer y con asumir en el presente ciertos riesgos, está en que hoy tengo otro tipo de recursos, herramientas y redes para enfrentarlo todo. Me gusta como suena eso. Y claro, no es algo que me salga natural, es algo en lo que tengo que trabajar todos los días, quizás hasta que muera.

Además, M, es de esas personas que cuando les duele algo o algo los acongoja de sobremanera, se esconde, igual que esas tortuguitas de tierra, no en vano, le gustan tanto (vaya cosas de la vida).

Él es de esas personas que se toman su tiempo para todo, aún cuando todo el mundo llegue antes que él, aún cuando todo el mundo ande acelerado y lo hostigue a que también ande igual. Mal que mal, se demoró como 10 años en confesarme que yo le gustaba jajajaajajja. Pero yo sé que a él le va a pasar lo mismo que la fábula de la tortuga y la liebre…. Igualito.

Desde mi otro riel, yo lo miro no más, lo apoyo (no estilo cheerleader como lo hacía con J, ¡qué agote!) sino que con un abrazo, un beso o un cariño. Siempre le digo lo mismo, que estoy ahí, cerquita, esperándolo. Bueno, eso último no se lo digo jeejjee.

jueves, 27 de enero de 2011

Coaching del corazón


Estoy impactada. Qué potente es el poder de una decisión tomada con convicción. Desde que cambié de switch, desde que decidí olvidarme del miedo y de todos sus desgloses y apartados, ando mucho más alegre y positiva. Ando menos asustada, enrollada, ando pensando menos en el futuro y muchísimo menos en lo que fue y ya no es.

Y claro, es un acto de conciencia, de voluntad, me tengo que concentrar en eso, porque no me sale muy natural, pero tengo fe que de a poco se irá siendo una costumbre, un hábito.

Esta semana no he podido salir mucho (es fin de mes) pero aún así no me he sentido angustiada mirando el techo de mi casa. De hecho, como que ya me acostumbré a mirarlo jajajaja. Pienso, siempre pienso, pero en estos días no se me han aparecido ideas caóticas, sino más bien pensamientos nice y hasta mamones.

Tengo ganas de ver a M, enfundada en esta nueva versión de mí misma. Tengo ganas de estar con él y reírnos de leseras sin tanta preocupación, así como antes, así como al principio. Siento que en estas dos últimas semanas, había perdido esa capacidad por estar todo el rato pensando en qué pasará, qué no pasará, qué podría pasar… Uf!

Me gustar estar con él, lo paso bien y ahora que ya no me da miedo eso, y no lo veo como una amenaza a mi estabilidad o seguridad emocional, sé que van a surgir otras cosas, y eso quiero.

martes, 25 de enero de 2011

Sin miedo


Han sido días intensos en todo sentido, pero desde que el domingo pasado me despedí de todos mis fantasmas, miedos, de mi pasado y malos recuerdos, me siento diferente. Me siento fuerte, en control de mi vida, de las cosas que quiero y siento. Me siento, lejos, mucho más valiente. Es casi como un anuncio:“ok, vamos y veamos qué es lo que pasa”. Todo, sin mirar atrás.

Esa tarde, a parte de llorar a moco tendido, sentada en el piso de mi living mientras Marley me abrazaba vi pasar delante de mí todos esos fantasmas, todo ese dolor, tantas penas y recuerdos negros. Yo me despedí de ellos, con harta pena, (qué curioso que uno sienta cierto apego a sus males).

Acto seguido, tomé un papel y un lápiz y anoté todo aquello que me ha marcado de manera negativa. Fue un listado de eventos y situaciones tristes a lo largo de mis 30 años. Luego, tomé un encendedor y quemé el papel, lo lancé por la ventana y vi como llegó al piso hecho cenizas que luego fueron llevadas por el viento.

De ahí tomé otra hoja y un lápiz y anoté todo aquello que hoy le doy la bienvenida. Coloqué el papel debajo de mi almohada, para descansar sobre esto, para soñar con eso. Porque aunque suena raro, creo que después de pasar tanto tiempo quejándote de porqué no te resultaron las cosas como uno quería, hay que aprender a llenar ese espacio con nuevos recuerdos, sentimientos y sueños.

Ya, al día siguiente me levanté más aliviada. Y tuve el valor incluso de decirle todo esto a M. Tuvimos, lo que yo definiría quizás como una de las mejores conversaciones online que hemos tenido hasta ahora, se lo habría dicho en persona, pero no quería perder el vuelito ni la inspiración.

Le anuncié que hay cosas de las que no quiero hablar más, y no porque no confiara en él, sino que esto de mirar constantemente el pasado, no me permitía disfrutar del presente, sino que sólo me ayudaba a mirar el ayer con pánico y el futuro con más pánico.

Le expliqué aquello que me hace mal y que no quiero repetir y sobre mi cambio de opinión respecto a cambiar las reglas sobre asuntos de fidelidad, lesa yo, la otra vez intenté convencerlo que mejor tuviéramos un “híbrido” abierto o que tuvieramos la posbilidad de besuquearnos con otros personajes. JA! BUENO.. ya no quiero!!! En eso está completamente de acuerdo 

Hablamos harto ese día y quedé con un gusto dulce, con la sensación de haber dicho todo lo que tenía que decir en el momento preciso. Es más, me siento mucho más segura de mí misma, y más orgullosa. Incluso fui osada y le dije que yo estaba dispuesta a descubrir lo que haya que descubrir en este camino…. Ohhhh jajajajja.

Me aburrí de sentir miedo a sentir, de temerle a la posibilidad que duela. Me aburrí de enrollarme por imbecilidades, me aburrí de estar pensando constantemente que algo malo va a suceder, va a sucederme, que me van a mentir, que me van a engañar. Me aburrí de estar siempre pensando que el pasado va a volver al presente. Me cansé de recordar a aquellos que me han hecho daño, aún con resentimiento y temor. Me cansé de las tácticas gueonas que a veces usamos las mujeres para supuestamente ser más interesantes, me aburrí de no hacer o decir algunas cosas por miedo, me aburrí de intentar siempre andar de winner por la vida.

De pronto comprendí – bueno, no fue tan de pronto, fue todo un proceso – que esto que he decidido ahora es parte de la lección, que esto no sólo se trata de la posibilidad de combinar por primera vez en mi vida, sexo con cariño, la lección va mucho más allá que eso y creo que tiene que ver con volver a confiar con el corazón abierto, como alguna vez lo hice, hace muchos años. Y creo, sólo creo, que esta vez en vez de recibir una pisoteada, voy a recibir algo bello.

domingo, 23 de enero de 2011

Me aburrí (de mí misma)


Yo no sé si les ha pasado a alguno de los que está leyendo esta entrada, pero hoy ando aburrida de mí misma. Estoy lateada de escucharme hablar o pensar sobre los mismos rollos de siempre, de mis historias tristes, dolorosas o furiosas. Estoy chata que sean ellas las que a veces tengan el control sobre mi vida y no yo, la de ahora, la que sabe o por lo menos cree saber, las cosas que le hacen daño y actúa de acuerdo a lo que cree correcto o real.

Mi amiga P el otro día me dijo que quizás ya era hora de aceptar aquello que duele, soltar y perdonar. Dejar ir…. A veces pienso que estoy un poquito enamorada de mis dolores, como que no sé qué hacer sin ellos, y quizás se han vuelto de una u otra forma en una muletilla, o una excusa para huir, para no atreverme a ciertas cosas, para quejarme todo el día y no hacer nada.

A veces me dan ganas de ser otra persona, de llamarme de otra forma, de ser distinta, de tener historias diferentes, quizás unas más alegres y menos determinantes. Por naturaleza soy alegre y creo que soy divertida también, pero a veces, los rollos me consumen, me atascan, me frenan y ahí quedo, pensando, muerta de susto y pasándome cada rollo, dignos de un libro de Stephen King.

En general me considero una mujer valiente, de hecho, quienes conocen mi historia personal, también lo opinan, una mujer de decisiones, a veces radicales para algunos, a veces locas para otros, a veces llenas de coraje para los demás. Pero hoy no me siento valiente, me siento media cobarde en verdad.

Me escondo a veces. Y no sé en qué minuto le tomé tanta fobia a que algo duela. Me resisto, aferrada a cualquier cosa, a lo que sea, con tal de que no me duela. Pero en ese proceso sé que puedo perderme de todo lo bonito, del viaje que es en realidad la vida. Mi resistencia al dolor, a un corazón roto, a un “no”, me hace estar lista siempre para huir, lista para salir corriendo, enojarme y agregar más rollos a mi historia.

Pero parece que la vida lo que me está queriendo decir hoy es que esa es una lección que voy a tener que aprender, me guste o no. El dolor quizás sea parte de la lección o mejor dicho, el aceptarlo y aprender de él es parte de la enseñanza.

Si bien aún soy parte de la resistencia, he decidido que hay cosas que voy a sellar bajo siete llaves en un libro mental de recuerdos, en un libro mental de PASADO, PISADO, y no se habla más del tema. Estoy chata de vivir entre medio de fantasmas y recuerdos dolorosos que realmente son parte del pasado, uno lejano, que ya no quiero que me defina.

Hoy soy bien distinta a lo que era hace, no sé, 5 años. Y claro, todo es parte de mi historia y me ha ido transformando, pero es pasado y ¡listo! Hablemos de otra cosa.

Supongo que esto pasa cuando uno no entierra bien a sus muertos, cuando – justamente por pánico a la pena y al dolor - uno no resuelve las cosas a tiempo, sino que mucho después y por goteo. Soy una optimista hasta la muerte, así es que voy a pensar que aún estoy a tiempo para hacer un triple pack y enterrarlos a todos.
De lo contrario, creo que siempre estaré en el hoy mirando para atrás y mirando hacia delante con miedo. Así es que como muchas otras decisiones indeclinables que he tomado en el último tiempo, esta es una de ellas. Y aunque lo diga cagá de susto, lo digo con convicción. Hay temas que no volveré a abordar, por ejemplo, con M, que se supone que es parte de mi hoy, pero que de pronto, también parece ser parte del ayer y está bueno de eso… HE DICHO.

viernes, 21 de enero de 2011

¿Qué vas a hacer este fin de semana?


Hoy es viernes. Amo los viernes, porque es el día en que comienza mi fin de semana entretenido, como los he denominado en el último tiempo. Antes, me cargaban los fines de semana. Generalmente implicaban hacer más de lo mismo, navegar por los mismos temas de discusión, y verme una vez más dando vueltas en lo mismo, inactiva, sin coraje de tomar el control de mi vida.

Ahora no pasa eso, me gusta el aire que se respira los sábados, el aire que respiro, mis paseos con Marley por el parque – incluso los de 7 AM porque puedo llegar a mi a casa y volver a dormir – me gusta mi ropa relajada y veraniega de fin de semana, el tiempo que me queda para hacer tonterillas femeninas como masajes en el pelo, exfoliarme o echarme alguna crema nueva y rica.

Me gusta escuchar música en mi casa a todo chancho, y cantar a todo chancho mientras Marley me trae todos sus juguetes asimilando que aquello es un juego para él también. Me gusta sentirme desconectada de la pega, sentirme descansada, me gusta pensar en cosas triviales pero también con profundidad.

Me gusta cuando tengo panoramas con mis amigos, me gusta saber que tengo amigos, me gusta saber que no estoy sola en verdad. Me gusta ir al supermercado a comprarme algún embeleco, me gusta saber que puedo comprar cosas sin que otro me tenga que prestar plata ni que otro me tenga que mantener. Me gusta mi libertad, mi independencia.

Me gusta ver alguna película que me gusta por milésima vez, me gusta saber que me sé algunos diálogos pero que aún así me sigue gustando la película. Me gusta dormirme viendo tele, me gusta dormir siestas eternas y despertarme despejada. Me gusta fumarme un cigarrillo con mi ventana de la pieza bien abierta.

Me gusta saber que hoy o el fin de semana se vienen las maratones con M jajaajjaj, me gusta saber que lo veré y que nos veremos, que nos moriremos de la risa, que tendremos sexo, que hablaremos de nuestra semana, que hablaremos de tonteras intercaladas de sentimientos profundos, sueños y miedos.

Me gusta saber que este fin de semana él vendrá a mi casa, a mi mundo, me gusta que le guste compartir mis cosas.

Me gusta saber que soy parte de la vida de alguien, me gusta saber que tengo a varias personas importantes en mi vida.

ME GUSTA SENTIRME LIBRE…..

jueves, 20 de enero de 2011

El club de las amigas con ventaja


Si existiera y fuese miembro, les juro que me echarían y pondrían una foto mía en la puerta con una gran leyenda que diga PROHIBIDA LA ENTRADA.

Porque hay códigos secretos que manejan o por lo menos deberían manejar las amigas con ventaja, para así distinguirse de las que tienen un affaire de una sola noche o están en una relación de pareja.

Luego de hacer una encuestilla entre algunos de mis conocidos y amigos del género masculino estos son los reglamentos que ellos consideran que debiese seguir al pie de la letra una amiga con ventaja y que a la vez ellos obedecen cuando les toca estar en esta situación:

- No pretender ser fiel y que te sean fiel.

- No sentirse con el derecho de nada, ni llamadas, ni respuestas de mail, ni nada.

- Jamás hacer la pregunta más letal de todas: “¿Qué somos?”

- No verse ni todos los días, ni todas las semanas, no generar rutinas.

- No quedarse a dormir ni instar a que el otro se quede, ya que eso es demasiada “intimidad”.

- No hacer cosas que sean propias de “parejas”, como ir al cine, ir a comer a un restaurante, ir al parque tomaditos de la mano…. En sí no hacer nada que obligue a salir de la cama o de la casa.

- A la hora de expresar lo que se siente, llegar hasta “me gustas”, ese tiene que ser el límite, todo lo que viene después es peligroso y fuera de las leyes de las amigas con cover.

- No contar muchas cosas personales (llámese traumas infantiles, rollos de adulta joven, problemas existenciales y un GRAN ETC).

- No hacer shows ni berrinches porque a última hora te dicen que no pueden verte, ya que salió un imprevisto.

- No proyectarse JAMÁS!

- No hacer planes a futuro JAMÁS!

- No ir a eventos sociales juntos.

- No presentarse los amigos mutuos y para qué decir los familiares directos.

- No pasarse rollos con él, al estilo "quizás él sea el que estaba esperando".


Se supone que con M la cosa partió como una amistad con ventaja. Éramos amigos y a lo que ya teníamos, agregamos besos, abrazos y sexo. Sin embargo, si yo tuviera que juzgar lo que tenemos de manera objetiva, jamás diría que soy su amiga con ventaja, jajajaja soy una vergüenza de amiga con cover. He roto casi todas las reglas de oro, salvo la de la presentación de amigos y la de familiares, aunque ¡no vale porque él ya conoce hace años a los míos! Jajajajaj. Y él ha roto también todas los mandamientos de amigo con ventaja, porque me dijo un fuerte y claro "No" a mi tímida insinuación respecto a que quizás no debiésemos ser fieles, al ser el primero en cruzar la brecha del "me gustas tanto", para dar pie al primer "te quiero mucho", y un GRAN ETC.

Supongo que a mis 30 años ya no le encuentro mucho brillo a tirar de manera tan despersonalizada, bueno, esa fue lo que me motivó a comenzar esta aventura, el hecho que fuera prácticamente imposible despersonalizar el sexo.

Porque yo digo y pienso: Pucha, si voy a tener un amante, tiene que ser un buen amante, uno que además de tirar bien, sea generoso en la cama, que me escuche, que me haga reír, que sea caballero y no me trate, ni me haga sentir como una cualquiera, que tenga intereses similares a los míos, que disfrutemos de comer algo rico o de ver una buena película o de cualquier lesera, que sea cariñoso no sólo cuando quiere darme, que sea un tipo interesante y pueda hilar frases e ideas coherentes. Mmmmmm jajaajjaa.

Es que no estoy para menos… ¡Lo siento!

Sobre el gran maricón de mi vida (todas tuvimos o tenemos uno)


Empecé con la idea de escribir sobre minas locas de patio que se obsesionan con los hombres, y me desvié recordando una historia personal que ha sido gestora de tantos sentimientos encontrados.

Una vez me enamoré (supongo que fue eso, pero no estoy muy segura aún) de un compañero de la U que era mi amigo también, dato no menor, ya que con él hablaba de cosas personales, sabía mi vida casi completa. Me gustaba tanto… tanto. Hubiese hecho cualquier cosa por él, me hubiese transformado en lo que fuera por él (después de eso juré que nunca más volvía a amar así), él fue el PRIMERO al que le entregué mi florsssss jajaja, y yo decidí que fuera así. El tema fue que después de aquél evento, que por cierto para mi fue un desastre, no tuvo nada de placentero incluso ahora que recuerdo, me dieron ganas de gritar “¡devuélvanme la plata!” el muy maricón, me pateó.

Y no fue nada sutil, ya que fue justo una semana después de haberme desvirginado. Ahí quedé sintiéndome vacía y triste, utilizada, engañada y traicionada por quien pensaba que era mi amigo. Jamás se me han olvidado algunos detalles de esa mariconada.


Fue en su auto, una tarde que llovía, después de salir de la U. Sus palabras exactas fueron “yo no puedo amarte como tu necesitas”. Esto, mientras y - que ya presentía que venía lo peor - lloraba como una magdalena. Esa ha sido la única vez en mi vida que he implorado por cariño, por que me quisieran. Le dije “no me importa que no me quieras, pero yo igual quiero estar contigo, si no, me voy a ir a la cresta”. Así le dije, tenía 21 años. Y él como en un acto seguramente de remordimiento o ego extremo, no lo sé, me dijo "Bueno, pero no te prometo nada". Asì de frío, asì de malvado.

Recuerdo que llegué llorando a mi casa, y lloré, lloré, lloré hasta que me dio hipo. Mis papás salieron con el clásico “él no te merece, si no se da cuenta de quien eres, es un estúpido”. Acto seguido, me sequé las lágrimas, me limpié los mocos y tiritando, lo llamé a su casa (aún en esa época no se estilaba mucho mandar mails, hoy lo habría hecho así). Se demoró un buen rato en contestarme, fueron varios rings donde casi se me fue la vida, y cuando por fin contestó, yo, aún en shock, le dije lo siguiente “Hola, lo que te dije anteriormente de seguir igual contigo, lo retiro, yo merezco que me quieran, chao”. Y le corté para seguir llorando.

Pasé un año entero llorando, odiándolo, sintiendo pena, un año en que tuve que mamarme verlo casi todos los días en clases. Toparme con él en los pasillos. Siempre se me revolvía el estómago cuando lo veía. Pero lo peor vino después, porque nunca más me volvió a hablar, ni me miraba, hoy sé que fue de pura verguenza por su falta de hombría, pero en ese entonces lo sentí como una crueldad. Nunca me pidió perdón.

Dentro de todo, creo que fui digna. O sea, nunca lo espié después y tampoco sicopatié a su novia, con quien volvió después de patearme. Me enteré después que incluso había atinado con una compañera loca de la U, que siempre le tuvo ganas y siempre me tuvo envidias, y eso lo hizo sólo un par de semanas después botarme.

Me dolió tanto, tanto, pero yo jamás hice un escándalo, jamás increpé a nadie, me la comí en casa, sola, con mis amistades.

Un día caminando por la calle con mi amiga P, y ya pasados unos años y un tanto superado el suceso, aún con sangre en el ojo, lancé una profecía autocumplida y lancé "un día, algún día nos volveremos a encontrar y él estar gordo y cagao y yo estará bella y feliz". P aún se acuerda de esta promesa que se cumplió tal cual, 7 años más tarde.

Nos volvimos a encontrar para nuestra titulación (más de 1 año después de dado el examen de grado), la vida quiso que yo, me sentara justo detrás de él. Y como había pasado tanta agua bajo el puente, y yo estaba en otra, casada y trabajando, le toqué la espalda, él se dio vuelta y lo saludé como si nada. Le conté un poco de mi vida, de lo bien que estaba etc etc etc.

Una semana después comenzó a mandarme mails, diciéndome sobre lo linda que estaba, que estaba contento de verme tan bien y luego de algunas insistencias de parte suya, accedí a juntarme con él. Fue en ese encuentro que me contó sobre su vida aburrida mientras yo lo miraba pensando “¿Qué mierda vi en este gallo? Es horrible, gordo, y fome”. Después de eso, nunca más le volví a contestar un correo, pero él insistió e insistió hasta que una tarde me dieron los monos y le mandé el que yo considero el E – mail de mi vida.

Le dije todo lo que debí haberle dicho cuando me botó, le dije que había sido un maricón, y que se fuera a la mierda, que me hizo daño, que no sabe cuánto que era un patético y le pedí expresamente que no me respondiera ni que menos se le ocurriera volver a buscarme.

Ahora me doy cuenta que después de esa traición nunca fui más la de antes. Recuerdo perfectamente que cuando tuve sexo por primera vez con el hombre que después se transformó en mi marido, me puse a llorar y él no entendía nada. Lloré y lloré porque pensaba que él al igual que el otro imbécil me iba a dejar tirada.

¿Y saben? Creo que aún me pasa. Aún me da pánico que me utilicen de esa forma y me abandonen. Si bien superé cualquier sentimiento hacia ese ex amigo, aún aparece de cuando en cuando esa sensación de abandono…. Y ahora que lo pienso bien, fue nefasto para mí porque no fue cualquiera, fue un amigo. A partir de ahí y sumado a otra experiencia traumática me quedó eso de no confiar en los hombres.

Durante muchos años me vengué de esos dos que me hicieron tanto daño, me anestesié, porque juré que nunca más nadie iba a tener la menor posibilidad de romperme el corazón. Juré que nunca más me iba a entregar así, juré que nunca más iba a estar así de triste, que era mejor andar enojada, que era más práctico.

Pero los años me fueron mostrando otros caminos y con el tiempo me di cuenta que andar enojada con los hombres por la vida, no trae nada bueno. Que andar por la vida a la defensiva y con desconfianza a la larga pasa la cuenta y que a partir de eso es posible que dejes pasar por el lado a hombres buenos.

Personalmente me cansé de andar emputecida con los hombres, aunque digamos que igual mantengo ciertas distancias y siempre estoy lista para salir huyendo. Quiero dejar eso en el pasado, porque creo que eso es lo que me impide avanzar en esa área afectiva.

A todo esto hace poco, me volví a encontrar con el sujeto que me "desfloró". Y justo dio la coincidencia que yo andaba ese día con todos los monos. Lo vi, me vio, lo miré seria y desvió la mirada… jajajaja mejor que de lo contrario, si se hubiese acercado a saludar, hubiese habido un asesinato en plena calle.

miércoles, 19 de enero de 2011

Patúa, ¡te pasaste!





A mí manera de ver hay dos tipos de periodistas, los buenos y los CHANTAS. No hay puntos intermedios. Y debido a que mi profesión es muchas veces mal mirada, mal pagada y poco valorada, seguramente varios opinarán que “la mayoría” pertenece a la segunda categoría.

Pero no fíjense, yo defiendo a mi gremio, el problema es que los CHANTAS son los que se notan más, los que hacen más ruido y los que – por irónico que parezca – muchas veces llegan a la tele o a un medio importante a preguntar puras hueás porque o son hijos de algún político importante, p porque son familiares del dueño,p porque son minos (as), p porque tienen el pelo rubio o porque derechamente escalaron de “abajo hacia arriba”, literalmente….

A pesar de lo anterior, yo conozco a tremendos periodistas, de esos que son capaces de no dormir con tal de obtener la cuña que necesitan, de los que son capaces de esperar durante 6 horas bajo la lluvia y con varios grados bajo cero a ese personajillo – de la farándula, de la política o de donde sea – con sólo la esperanza de que le dé un par de comentarios y con el riesgo de que pase de largo y no hable.

Personalmente pienso que los periodistas nacen, pero más que todo se forman. Yo siempre quise estudiar la carrera, y aunque muchas veces pateo la perra porque pagan poco y porque es sacrificada (al punto de convertirte en mártir a ratos) yo quiero mi profesión. Personalmente con los años yo me fui formando. Al principio las críticas de otros respecto a mi forma de escribir me dolían, porque típico que uno sale de la Universidad pensando que te las sabes todas, siendo que en verdad no sabes nada de nada.

Sin embargo, uno va aprendiendo del resto, tácticas, estrategias para hacer preguntas incómodas y salir airosa (pasos que NO revelaré acá), trucos para interrumpir a un entrevistado latero sin que éste se ofenda y por su puesto, el manejo absoluto de esa varita mágica que permite convertir a un entrevistado en súper inteligente e interesante aunque sea soporífero, de convertir un par de cuñas de mierda en un golpe noticioso, o un reportaje latero en una obra de arte.

El periodista chanta generalmente se queda ahí, aferrado o aferrada a su creencia que lo hace divino, que no pregunta hueás y que ha llegado a su tope. El periodista chanta sigue la ley del mínimo esfuerzo, le da lata dar lo mejor de sí porque no sé… le da paja desgastarse tanto por lo que considera tan poco.

Hoy me encontré de cara con una periodista chanta, de esas que más rabia me dan, ya que son enfermas de lentas para hacer lo que uno le pide, pero se demoran menos de 1 segundo en cobrar. Curioso. A la señorita Chanta que ya hace rato me tenía tostada le mandé a decir un par de verdades acerca de su trabajo y en vez de reflexionar respecto a que quizás no lo estaba haciendo tan la raja, me echó la foca, principalmente porque me negué a pagarle por algo mal hecho. Cero autocrítica y toda la patudez del mundo.

Seguramente podrá seguir chanteando por aquí y por allá, pero por lo menos por estos lares y mientras yo esté, YA NO! Es que me pongo a pensar en todos esos periodistas buenos que no han podido conseguir pega, que no han podido conseguir una oportunidad, porque el medio es macabro, es duro, competitivo y cuesta entrar. Por lo mismo, con mucha humildad, y siendo una persona que partió ganando 5 lucas por nota, sí, 5 lucas por nota, soy una convencida que las oportunidades se ganan y no se regalan.

martes, 18 de enero de 2011

Amnesia


Estuve pensando en lo que me dijeron las cartas sobre estar atada a mi pasado, de pensar que todo lo malo puede repetirse, de estar anclada al miedo al futuro, y de que es justamente eso, mi falta de confianza, lo que podría detonar una huida, una escapada de algo que es bello, porque quizás la carta no decía que uno de los dos huía, sino que una situación se retiraba…

Y me doy cuenta que estoy aterrada, quizás cada vez tengo más miedo, porque cada vez me voy acercando más o nos vamos acercando más. Pero hay veces en que tengo grandes certezas, certezas inamovibles de mi corazón (que es siempre que nos vemos) cuando veo cómo él me mira cuando le cuento de mis aventuras y desventuras, cuando le hablo acerca de mis fracasos o de mis triunfos, cómo se ríe con mis tallas fomes, cómo se enorgullece de mis pasitos hacia delante, por chiquitos que sean. Y no quiero sonar agrandada, pero siento y veo todos los sentimientos que él siente por mí. Ahí no hay duda alguna y aclaro que esto se da ¡¡¡¡con ropa!!! Jajaja para que no piensen que sólo es consecuencia de la calentura.

O cuando nos reímos a carcajadas, hasta llorar de la risa por alguna lesera que seguramente sólo nosotros entendemos y encontramos gracioso, cuando sin decirnos nada, nos damos de esas miradas eternas que nunca dejan de ponerme nerviosa al punto de no ser capaz de hacer otra cosa que desviar la mirada y hacer como si no me pasara nada. Cuando en medio de gemidos, abrazos, caricias y besos él me dice que me ha extrañado, que le gusto, o que le gusta estar conmigo. O cuando me ha tomado de la mano o mejor dicho, cuando le he dejado tomarme de la mano en privado o en público. O cuando me abraza, en un abrazo que pareciera durar más de lo que está “permitido” para dos personas que son “andantes” o amantes o no sé, más de lo que se dice. Es ahí cuando lo siento como algo concreto, como algo real en mi vida y no como esta idea engañosa que se transforma en días como hoy, medio difuso, lejano, etéreo, híbrido, nada….

Él me ha dicho que por mí siente cosas importantes, me habla de posibilidades como que efectivamente terminemos en pareja, me ha dicho que yo le he cambiado la vida en el último tiempo, que le gusta cómo soy en lo personal y en lo sexual, me ha dicho repetidas veces que soy una mujer especial para él “no cualquier mujer”, siempre me recalca. Me ha dicho que le importo que me lo meta en la cabeza, y que no le interesa que tengamos una relación abierta, donde hay espacio para otros, que le gusta saberme suya y saberse mío…

Pucha qué se lee bonito jajajja y ojo que no le estoy poniendo color ni le estoy agregando literatura romántica, es así, pero pareciera que se me olvida eso en días como hoy, mis miedos y mis temores eclipsan todo eso, me da una especie de amnesia y me transformo una vez más en esta mujer desconfiada, que ve bajo el agua, que lee entre líneas, que siempre al menor descuido, al menor detalle raro, está lista para salir arrancando, es como que casi estuviera pidiendo a gritos una confirmación a todas mis angustias, onda "¡ajá! Yo sabía que me quería para puro darme!! Lo sabía, maldito!!!" Mierda, no sé porqué me pasa eso…. Me carga!!

¿Qué somos?


Tengo un amigo que me advirtió que esta era una de las preguntas más matapasiones que se le podía hacer a alguien con quien uno mantenía un fogoso affaire. Y lejos peor era formularla después “de”.

Yo le he hecho caso a su cuerdo consejo, bueno… aunque pensándolo mejor, quizás no lo he formulado con las mismas palabras, pero igual me he preguntado lo mismo a viva voz teniendo de las más diversas respuestas desde “estamos andando” o “tenemos algo especial, sin rollos” y otros variantes más que son sinónimo de no somos nada, pero igual tenemos algo y me gusta que sea así.

Con la mano en el corazón, más allá si uno le hace esta pregunta al compañero de cama, pienso que si uno comienza a preguntarse esto en silencio, es porque ya comenzaron a aparecer los “rollos”. ¿Por qué tendría que preguntármelo tanto si se supone que todo está TAN claro?

Intento no pensar en el tema, pero eso es un acto de voluntad y conciencia, que a veces me traiciona, especialmente cuando menos lo espero. Anoche, conversando con mi amiga P, me aconsejó que dejara de pensar tanto y que mejor disfrutara del momento, que me dejara sorprender por la vida, que soltara. Suena poético, bonito, pero por lo menos para mí no es nada fácil, requiere de harto esfuerzo y trabajo personal y para ser aún más sincera, a veces eso me agota también.

P me hizo una pregunta clave que se relaciona con el tema. “¿Cuándo crees que lo vas a dejar?”. Y yo, de manera inmediata y casi sin pensar respondí “Cuando sienta que eso no me basta, que quiero más, que me quiero proyectar, y si es que siento en ese momento que él no está preparado para eso”.

Quedé para adentro con mi propia respuesta, porque me nació del alma, nunca me había cuestionado eso. Y aquello de la proyección puede ocurrir en cualquier momento, puede pasar mañana, pasado, en un mes más, en un año más, pero sí tengo claro algo que me da miedito, lo tengo que confesar, y es saber que lo que tenemos en este momento, podrá ser todo lo bueno que puede ser, divertido, sano, luminoso, bello, pero eso por sí sólo NO es sostenible en el tiempo.

O sea, en algún punto yo (o quizás él, pero hablo por mí) voy a necesitar más, porque el tirar una vez o un par de veces a la semana, no será suficiente. Si bien para mí el sexo es importante y la química también, eso no hace una relación, por lo menos a mí modo de ver, las relaciones están formadas por otros condimentos, bien lo sé ya a estas alturas del camino.

En todo caso, es el riesgo que asumí y asumimos el día que decidimos “unir fuerzas”. A veces me cuestiono con respecto hasta dónde sirvo o me acomoda ser amante de alguien o más específicamente de él, (para qué hablar generalidades si estoy hablando de una persona específica).

De hecho esta es la primera vez que tengo una relación así sin estar con alguien al lado, sin ser infiel, estando soltera, por lo que no sé si me acomoda… quizás por un rato me resulta divertida, quizás por un rato me entretengo y no necesito más, quizás por un rato no necesite más que eso, pero…. El rato puede pasar rápidamente. No lo sé….

domingo, 16 de enero de 2011

Me cargan los jotes


Y curaos, peor. O sea, siempre supe que me cargaban, pero ahora simplemente no los tolero, quizás antes no era para tanto, pero hoy realmente no los soporto.

Tuve mi primera sesión de dancing non stop con mi amigo N, quien fue con una amiga. Bailé, bailé, bailé, hasta que los pies se me acalambraron (literalmente). Ahí estaba yo, moviendo el cuerpo, los pies, mirando la bola de disco arriba, feliz, soltera, feliz. Y aunque parezca increíble- hasta yo me sorprendí – no hacía algo así(bailar y estar soltera)- desde que estaba en el colegio y vaya que han pasado años, no daré números jajajaja.

El asunto es que en medio del baile un jote sacó a bailar a la amiga de mi amigo. Un, veinteañero con gusto a leche, lindo, pero curao y jote. Insistente, terrible. Su patética táctica de conquista era decir “vamos a la barra, te invito un trago, vamos y volvemos”, hay cosas que realmente no cambian….

La cosa es que al sujeto se le ocurrió dirigirme un balbuceo incomprensible, del que sólo capté “&/%/(/))&&//&/(&() buena onda….”, luego intentó ¿abrazarme? Y me dio la mano como ¿saludo? A lo que de manera rápida y sin pensar respondí con cara de pocos amigos (una bien seria y de temer, que he ido perfeccionando ahora último) y con una tomadita de mano como de saludo, fin del asunto.

De ahí pasó todo un cahuín porque apareció una mina de no sé dónde, sacando fotos y era una ex (jote y ebria debo aclarar) que de pronto lo secuestró. Más tarde volvió a la carga con la amiga de mi amigo, dando explicaciones ridículas ¡Uf! El tipo nos siguió hasta la salida porque quería irse con ella y no sé qué más ¡Patético!

Ahí en ese minuto supe que difícilmente yo podría conocer a alguien en un lugar como la disco, o un pub. De hecho mientras bailaba me daba un poco de risa ver la cantidad jotes de cacería, mirando para todos lados, buscando a “la elegida” para agarrar. Porque a eso vas a la disco, a agarrar, si es que no vas a bailar.

Confieso que me sentí media vieja. Y no tiene que ver nada con moral, ni que atinarse o tirarse a un sujeto en la disco sea algo malo o inmoral, para nada, pero yo paso. Prefiero que haya un mínimo de coqueteo y suspenso. Además que el copete hace que una ande más ganosa, por lo que cualquier micro te podría servir en ese momento y sinceramente yo prefiero calentarme y recordar las cosas que hice y con quién.

También me dio risa porque había una gordita caliente que sólo bailaba al estilo perreo. Onda si sonaba Michael Jackson ella bailaba dándole la espalda al sujeto, lo mismo para Los Pericos, Madonna, Los Cadillacs, Depeche Mode y cuánto grupo o cantante uno se pueda imaginar.

Era divertido ver a esta mujer hiper sexual, como un pavo real pavoneándose de su candencia (por no decir calentura). El sujeto sudado e igual de ganoso la agarraba por detrás con ritmos eróticos. Chistoso.

jueves, 13 de enero de 2011

Lo que me soplaron las cartas


Mañana veo a M. Si bien lo he extrañado igual que siempre, esta semana he generado espacios distintos para mí y ha funcionado de maravilla, siento de a poco, muy de a poco, que él es parte de mi vida hoy, pero que no es mi vida. No sé si me explico, si me habla o no por MSN, si me llama o no, si me dice que me extraña o no, si me dice que nos veamos o no, ya no es fuente de angustia, o – mejor pasar por cauta que soberbia – por lo menos no lo ha sido durante esta semana.

Estoy contenta que nos vayamos a ver, tengo ganas de estar con él, de contarle todas las cosas que han sucedido esta semana (que han sido muchas) de besarlo, de tocarlo, de sentir esa cosa que siento cada vez que salgo del metro y lo veo estacionado en esa misma esquina esperándome.

Esa sensación de euforia y de alivio a la vez cuando abro la puerta del auto y lo miro, me mira, y nos besamos casi con un tácito “ay, qué rico verte, por fin…. es viernes”.

Anoche mi amiga P me sacó el tarot y les juro que JAMÁS me lo vuelvo a sacar, o bueno, por lo menos no por un buen tiempo más. Pregunté por pega, por mi hermana y por supuesto, por él….

Y me salieron dos cartas que me dejaron helada, asustada, bueno un poquito, porque el tarot no sentencia, sólo te da claves y te advierte, es una la que decide si cambiar algo o no.

Una contaba una historia que se asemeja harto a la realidad y que relata lo historia de Eros que se enamora perdidamente de una Psique, una bella doncella. Él le promete ir a verla todas las noches para hacerle el amor, pero con la condición de que ella nunca le mire la cara. Ella acepta, sin embargo, tras un tiempo en esto, algunas voces provenientes de personas envidiosas le empiezan a meter miedo a ella, “es un monstruo”, “es malo”, “te va a hacer daño”, así es que una noche, ella rompe el pacto y mientras Eros duerme, decide encender una luz para mirarle la cara.

Así se encuentra con alguien hermoso, bello, bueno. Se enfrenta al verdadero amor, pero él, se siente traicionado porque ella faltó a las regla, ella faltó a la confianza y huye…..

Me dio pánico, cuando me contó la historia. Por eso saqué otra carta que hablaba acerca de mi pánico al futuro, a las cosas que vendrán, a voces que me impiden ser completamente feliz.. mi ¡desconfianza!!!

Dios, por lo que anoche después de pensar un rato, concluí que la joven que pierde en esa historia era yo, producto de mis ideas a veces medias caóticas, de mi falta de fe. Supongo que lo que más me dejó para adentro fue eso de “y ella se enfrenta al amor verdadero”.

Bueno, si es así y pierdo, o si puedo cambiar las cosas o si quizás no sucede nada de eso, no va a cambiar en nada las cosas que siento por él o las decisiones que he tomado, los caminos que he trazado. Pero estoy alerta por lo menos…..

miércoles, 12 de enero de 2011

Mandatos que dañan


Mi famosa amiga P (que tiene varias menciones honrosas en este blog) se mudó conmigo el domingo pasado, llegó con su maletita y toda su buena onda a alegrarme la vida a alegrarnos la vida. A Marley también le pareció buena la compañía, aunque aún no se acostumbra a que ella pueda abrir la puerta con su llave jajajjaja, le choca eso, pero ya se acostumbrará, de a poquitito.

Esta es la primera vez que vivo con una amiga, o había vivido sola o con parejas, y si bien pensé que una no sabe cómo irá a resultar, el antecedente de haber podido sobrellevar (y sobrevivir) la convivencia con dos hombres distintos, me hizo predecir que todo iba a estar bien jajajajajaa.

Hay personas que son cuáticas con su “territorio” onda, “¿me comiste un pedazo de mi queso?, ¿por qué?” o “¿quién me sacó shampoo?” o “Me cambiaste todo de lugar, ¿por qué?” o “Esto siempre va aquí”. Qué soponcio!

Si bien no sabía cómo podía reaccionar, la verdad es que algo me conozco y deduje que era medio imposible que me comportara de esa manera. Me di cuenta de otro aspecto de mí misma y que tiene relación con que me agrada que la persona se sienta en su casa, cómoda, contenta, me gusta que mi amiga P sienta y sepa que no tiene que pedir permiso para sacar aceite o usar más confort.

De hecho el otro día mientras cocinaba (una de sus maravillosas gracias de las que yo carezco) me dijo “chuta, no compré aceite”, mientras miraba directamente al aceite que yo había comprado. Y yo “sí, en verdad yo me voy a llevar ahora mi aceite a mi pieza” y nos reímos.

Además, está el plus que la conozco hace más de 10 años y sé cuán importante es para ella sentirse parte de algo, no andar como bola huacha y como la quiero, supongo que me esfuerzo, aunque no es mucho esfuerzo, fluye no más.

En estos días de convivencia me he sentido acompañada, es una alegría inmensa llegar a mi casa y que esté ella, que nos contemos sobre nuestro día (nefasto o feliz) que hablemos hasta la hora del queso sobre la vida, la inmortalidad del cangrejo o de películas de Hollywood. Siento que ella me hace más feliz. Y de pronto, con absoluta sorpresa, me doy cuenta que por primera vez quizás en toda mi existencia, algo tan simple como una amistad me hace más feliz de lo que me puede hacer una romance o una pareja….

Supongo que mi sicóloga tiene razón, uno de los mandatos mal entendidos o mejor dicho mal enseñados de Frank y Paris es el concepto de que la máxima felicidad tan sólo se consigue a través de una pareja, qué cosa más lesa, y malsana. Creo que de ahí se origina mi angustia, la presión en la garganta, porque de acuerdo a este precepto, el estar soltera implica andar errática, perdida y sola.

Estuve pensando – con una cuota de rabia- los mandatos heredados que me han ido anulando y convenciendo de algunos conceptos alejados de la realidad. Comparto acá algunos míos:

- “Vamos a ver cuánto te dura éste” (tras anunciar que estoy con nueva pareja)

- “Es que siempre te aburres ligerito” (al contar sobre alguna discusión con alguna pareja o tras anunciar que estoy con nueva pareja)

- “Bueno, si te aburres, le das la patada no más” (en medio de la relación misma y a veces a pito de nada)

- “Te gustar estar sola, tu espacio”

- “Lo que pasa es que nunca te has enamorado” (tras terminar alguna relación)

- “Es que eres tan chispita” (luego de dar una opinión con convicción)

- “Eres como Elizabeth Taylor” (luego de haberme separado UNA vez)

- “No eres para estar en pareja mucho rato”


HEAVY. ME PREGUNTO HASTA DÓNDE HE ESCUCHADO ESTOS MANDATOS , HASTA DÓNDE LES HE HECHO CASO. PERO LO QUE SÍ TENGO CLARO ES QUE NINGUNO DE ESTOS ES REAL, PORQUE DESPUÉS DE ESCRIBIRLOS Y REELERLOS, ME DI CUENTA QUE ESA PERSONA NO SOY YO Y NADIE QUE ME CONOCE RECONOCERÍA ESTOS RASGOS EN MI.

martes, 11 de enero de 2011

La metáfora de la ropa sucia y otras historias


Dentro de mis múltiples actividades sociales de esta semana jajajajaaj, me junté a almorzar con una amiga, que es freakeadamente una mini versión de mí (digo mini porque es más joven, no porque la minimice). Es divertido, escucharla hablar sobre sus soledades, vacíos y relación tormentosa con un ex que es, por decirlo de alguna forma, un muerto entre las emociones vivientes….

Me angustia su angustia porque es una sensación de presión en la garganta muy similar a la que yo a veces siento. Qué manera de auto flagelarse, de latigarse por errores, qué manera de pensar de que ella “merece” ser castigada por ser “mala?”. Así me sentí cuando recién me separé y fue tan terrible todo ese espiral que me prometí a mí misma jamás volver a ese lugar.

La culpa a una la impulsa a hacer muchas boludeces, a tomar muchas decisiones erróneas y pensar cosas que terminan siendo mandatos boludos, onda “yo merezco esto” o “tengo mala suerte para esto”, pero la verdad es que todos, independiente de lo que nos haya pasado o cómo lo hemos pasado, somos quienes queremos ser, y parafraseando una película de Hollywood (qué Ghandi ni Buda, Hollywood, mujeres jaajjjaaj) “cada mujer tiene la relación amorosa que quiere”.

En fin, la cosa es que eso me hizo reflexionar acerca de las relaciones terminadas que se extienden como zombies, como residuos tóxicos de lo que alguna vez fue. Hay quienes dicen que son súper amigos del ex, yo pensé que podía ser una de las "afortunadas", pero en el camino, me di cuenta que por ahora, ni cagando. Quizás algún día, pero hoy, no.

Y no porque tenga problemas con que él haga su vida, o porque lo extrañe, o porque me vaya a tentar con volver, nada de eso, la verdad es que me da miedo que lo disfuncional que tuvimos se prolongue, en nombre del cariño, bajo un velo mentiroso de “amistad”, camuflando esa cosa media rara de dependencia emocional que se instaló entre los dos y que con mucho esfuerzo he ido sacudiendo.

Por lo mismo, tuve que tomar la determinación de no ver más a mi ex por lo pronto. No puedo predecir si la distancia nos permitirá tener una relación de amistad, algo cordial, no tengo idea, pero me violenta en demasía la sola idea de que él vuelva a rondar por mis territorios, que yo me permita nuevamente hacerme cargo de él, de su soledad. Hace unos días él quería ir a mi casa a lavar su ropa, algo que se había conversado anteriormente (antes que se mudara). En ese momento no me pareció mal, pero ahora tuve que decirle que no.

Su petición de lavar su ropa en mi casa es una metáfora de cómo yo siempre me hice cargo de sus problemas. Y ahora supuestamente debería sentirme mal porque él anda con la ropa cochina, siendo que en verdad tiene mil opciones para lavarla, sólo que él no quiere. Y ¡sorpresa! YO TAMPOCO.

lunes, 10 de enero de 2011

Little Paul: My BFF


Nos encontramos hace un par de meses en un local de Japi Jane, esa maravillosa gringa – también treinteañera – que llegó a Chile por amor y que se quedó gestando un interesante, audaz y a la vez asertivo proyecto, una tienda online de juguetes sexuales pero orientados a mujeres y a parejas, no tanto a hombres solitarios y ganosos, que es lo que se estilaba hasta ese entonces.

Además Japi tiene otro plus (y quiero dejar en claro que no me está pasando plata para promocionarla jajaj ni sabe de este blog) y es que si vas a su tienda te atiende ella u otra niña que por ser mujer te puede recomendar varios juguetes de placer pero con visión femenina.

Porque yo he entrado a sex shops donde te atiende algún tipo y al preguntar por algún vibrador o consolador, típico que te muestra unas cosas poco amables, de plástico duro, color piel y de 30 centímetros. O sea, sé que hay gustos para todo, pero digamos que personalmente mi idea de placer no es una réplica del pene momificado de Rasputin, sí, su órgano se exhibe en un museo y es de increíbles dimensiones.

Siguiendo con mi relato, esa tarde lluviosa con Japi Jane como anfitriona, desfilaron ante mis ojos algunos artefactos bastante interesantes y lúdicos, la mayoría proveniente de Europa y súper testeados. Hasta que me encontré con Little Paul, con forma de gusanito, rosadito y con una linda y tierna carita feliz, con sonrisa incluida.

De inmediato supe que él sería mi nuevo BFF. Se me indicó que era de uso externo (aunque Japi me dijo que también si quería golosear igual podía ser interno), venía con full pilas y con más de 10 velocidades, bastantes interesantes, lo mejor es que no suena, es decir, que es discreto, nada peor que esos que suenan como podadoras.

Y una tarde decidí probar en situ qué es lo que era tener un vibrador. Quiero aclarar que lo hice con bastante escepticismo, onda “esto debe estar sobrevalorado, pero vamos”. A los dos minutos (o quizás menos) de aquél test estaba viendo estrellitas.

Quedé para dentro y pensando en que hay cosas en la vida que uno debe comprobar en terreno para poder decir si a uno le gustan o no y yo puedo decir con absoluta convicción que por lo menos ese tipo de juguetes sexuales salvan, vaya que sí. Y he sido la promotora número de uno entre mis amigas de Little Paul.

Algunas con absoluta incredulidad han pensado que le estoy poniendo color o que soy multiorgásmica, que para ellas no hay nada como “el real”, pero chicas, si hay alguna leyendo esto, no se trata de comparar, sino que de ocupar nuevos recursos en tiempos de escasez o de complementar.

De hecho, la otra tarde, Little Paul y Big Paul se juntaron y tuvieron química conmigo. Y es algo que valoro, ya que por lo general los hombres se ofenden, se espantan o derechamente se molestan si es que insinúas agregar a la vida sexual un juguete sexual. Como que sienten que están compitiendo o peor, que “lo suyo” no es suficiente por lo que hay que pedir refuerzos. Pf.

Hombres queridos, evidentemente no hay comparación entre tener un orgasmo con una máquina a pilas que con un hombre de carne y hueso, que te puede besar, acariciar, abrazar y hablar…. Aunque, ahora que lo pienso mejor, igual deben haber casos en que la máquina le gana al amante jajajaja.

Pero bueno, este caso mío en particular, no y los dos juntos fueron dinamita jajajaja. Vaya, tampoco pensaba que sería así. Y él cero rollos, pensando que quizás yo me iba engolosinar con mi BFF.

De hecho, la otra vez probamos un aceite erótico que quema la piel de Kamasutra (la marca tampoco me pasa plata) paso el dato no más. Ese aceite lo colocas en el cuerpo y luego, lo soplas…. Maravilla. Claro que al principio no cachamos que había que soplar jajajaa, eso pasa por no leer las instrucciones.

Ahora, cuento con una crema de chocolate para el cuerpo, unas esposas peludas y rosadas y unos dados juguetones. Uno tira un dado y te sale el verbo, ejemplo “besar” y el otro te sale el lugar del cuerpo donde tiene que hacerse eso, y las alternativas son múltiples, como podrán imaginarse.

Si me preguntan a mí yo recomiendo todo el rato los juguetes sexuales sola y o acompañada. En el sexo creo que hay atreverse, jugársela y si es de a dos, bueno, mientras haya consenso todo está permito. Y sí, para los que dicen “oh, qué caliente la mina”, sí, ¡y a mucha honra!

Para las interesadas, revisen www.japijane.cl y www.kamasutrachile.cl

No estoy sola


Buscando una información nada que ver, me topé con una curioso estudio realizado por el Centro de estudios de opinión ciudadana de la Universidad de Talca llamado “La soledad de los profesionales chilenos” que indicaba que el 50% de las mujeres profesionales solteras encuestadas sentía un sentimiento superior de soledad versus el 29,4% de los hombres con el mismo estado civil.

Además, este estudio confirmaba la tesis de que mientras más pasan los años y la soltería prosigue, las mujeres tienden a sentirse más solas que los hombres en la misma situación. Heavy, ¡50%! De lo que se puede desprender un abanico infinito de conclusiones, como que por ejemplo, las mujeres que tienen éxito profesional por alguna razón no tienen “suerte” (si es que podemos hablar de suerte en casos sentimentales) en el amor, o de que a pesar del famoso empoderamiento femenino, del feminismo, de la idea de que una es capaz de hacer de todo sin la necesidad de un hombre al lado, igual subsiste el pensamiento romántico y nostálgico de un otro y el miedo de terminar, vieja, solterona, seca, vistiendo santos y rodeada de gatos.

Sinceramente creo que esto del concepto actual de la fuerza femenina y de que hay mujeres multifuncionales y no sé qué más, se convierte en una tracalada de leseras sacadas de comerciales o de campañas políticas, porque la verdadera autonomía no debe ser sólo económica – es importante pero sólo es una parte – sino que afectiva, ahí radica la libertad, la independencia, el poder de decisión de cómo una quiere vivir su vida, de que si uno se viste de tal o cual forma, si una tiene amantes o mejor se casa o no tiene ninguna de las dos cosas….

Porque si ese 50% de mujeres profesionales, autónomas y exitosas, se juntan con sus otras amigas profesionales, autónomas y exitosas sólo para hablar de hombres y de lo triste que son sus vidas porque no han tenido la “suerte” de encontrar al indicado, sino que sólo pastelazos, ¿dónde está el empoderamiento?

Me pasa eso cuando por ejemplo (y es bien a menudo) escucho a una mujer decir cosas del estilo “sí, yo salgo siempre con mis amigas y amigos, nadie me controla, además que él siempre sale y yo no tengo porqué quedarme aburrida en la casa”. A mí me da un poco de risa, porque en el fondo, ella sale porque él lo hace y es como salidas de revancha o venganza.

Y ahí deriva el tema con el cual estoy luchando yo, que es hacer cosas por y para mi, hacer cosas para hacerme feliz y punto y no de picota ni porque estoy enrabiada con el género masculino. No es fácil, pero por lo menos es un bálsamo saber que hay un 50% de chilenas que les teme, igual que yo, al famoso techo de su cama.

domingo, 9 de enero de 2011

Claridad de mente


Como pocas veces en el último tiempo o, hasta me atrevería a decir, como pocas veces en mi vida, hoy estoy clarita.

Después de darle tantas vueltas en mi mente a mis necesidades, mis angustias, mis miedos, rollos, traumas en este blog, en conversaciones con amigos, en conversaciones conmigo misma, sé con una convicción maravillosa qué es lo que tengo que hacer y para dónde debo ir.

El milagro terminó por concretarse ayer en una larga y sincera conversación con M a quien le planteé mis inquietudes de la semana, a quien le hablé acerca de nuestro híbrido, de sus ausencias del mundo y de la angustia instalada en mi garganta.

Confirmamos y concordamos que los dos no estamos para compromisos formales, ni para amores oficiales, hoy los dos estamos para andar por caminos personales, no hay energía para algo más que eso, forzarlo o mejor dicho, apresurarlo, sería un suicidio.

Es raro, supongo que lo siento así porque nunca antes me había pasado con alguien, pero a pesar que ambos tenemos tantas cosas que hacer que no tienen nada que ver con lo que tenemos o hemos logrado a tener, a pesar que cada uno debe velar por lo suyo, por su propia felicidad, siento que estamos cerquita el uno del otro. Es como si dijéramos “nos vemos al final del camino”.

Me gusta que así sea. Generalmente me había pasado que los hombres importantes de mi vida me apuran, me apresuran y yo, por supuesto, me he dejado, obviando procesos personales necesarios, que después me han pasado la cuenta y con intereses.

Me gusta que seamos cautos con las palabras, que vayan apareciendo de a poquitito, de manera lenta, paulatina. Supongo que eso de andar regalando frases de amor eterno está para adolescentes.

A los 30 años, me he vuelto tacaña con las promesas y las palabras relacionadas con amor y cariño, pero es porque hoy tengo conciencia de su importancia, y también porque a medida que van pasando los años, me voy dando cuenta que ellas se convierten en bienes escasos, que no hay que despilfarrar.

Y en medio de esta claridad mental que espero que me dure harto, hice el famoso listado de todos mis proyectos como soltera 2011. Acá los comparto.

- Bailar, bailar, bailar. Sola, acompañada, en mi casa, en una disco, donde sea.

- Irme a la playa con amigas, un par de días, un fin de semana, lo que se pueda

- Salir a más happy hours, conversar con mis amigos, conocerlos más, aprender de ellos

- Conocer a nuevas personas, dejar de tener miedo y confiar

- Ir a Fantasilandia con mi amiga J… ji jij amo ese lugar

- Tomar un curso de algo… estaba pensando retomar las clases de danza árabe

- Dejar de temerle al techo de mi casa, aceptar que está ahí y aprender a convivir con él

- Aprender a conocerme bien, mejor. Emprender un intenso pololeo conmigo misma

- Divorciarmeeeeee!

viernes, 7 de enero de 2011

El techo de mi pieza


Se ha convertido en símbolo de mi nuevo estado de soltera. Hoy lo miro más que nunca a raíz que paso más tiempo sola en mi casa. Me acuesto, descanso, pienso y lo miro. Me hago preguntas, me respondo sola muchas veces y otras, simplemente digo “no sé”. Me río de algunas anécdotas recientes o del año cero y también me enredo solita con algunos pensamientos o supuestos.

Anoche me junté con ese ex compañero de pega que me dio la cátedra sobre los “nadas”, hablamos de personajes antiguos, del amorssh y de tantas otras cosas. Lo pasé bien, me olvidé de pronto de que ese techo me esperaba en casa, y hoy amanecí por primera vez en toda esta semana sin la presión en la garganta, feliz, sólo por estar viva y porque es viernes, obvio.

Me dijo algo que me quedó grabado acerca del estado de soltera que reproduzco más o menos así “se pasa bien siendo soltero, y claro, a veces no vas a tener nada que hacer, vas a ser el número impar de un carrete, no vas a tener con quien bailar, y vas a terminar mirando sola el techo y lo vas a pasar mal también, pero todo eso no tiene nada de malo”.

Me quedó dando vueltas ese concepto, de que pasarlo mal de vez en cuando, no tiene nada de malo. Yo, huyo siempre de esos eventos. Mi amiga P hace años me dijo que yo era como las golondrinas, siempre esquivando el invierno. Aún hay una parte de mí que tiende a eso.

No obstante, en solo esta semana de soltería he descubierto mil cosas acerca de mí que nunca había sabido debido a que siempre tenía a alguien al lado. Comparto mis curiosos descubrimientos.

- A pesar que siempre mis compañeros de cama siempre me alegaron que tiendo a acurrucarme en medio de la noche a tal punto de botarlos de la cama, cuando duermo sola, me arrincono para un solo lado y de ahí no me muevo. Ocupo una sola parte de la cama y la otra queda inamovible.

- Soy media maniática con el lado de la cama en que duermo. Me tuve que cambiar por una cuestión funcional, pero me carga, aún no me acostumbro.

- Soy más ordenada y limpia de lo que jamás pensé que era

- Soy organizada con las cosas de la casa

- Me gusta más la gente de lo que confieso

- Me cuesta un kilo estar sola conmigo misma, no sé estarlo de hecho y para no desesperarme trabajo en eso

- No me dan ganas de chanchear cuando llego a casa (ojalá que esto se traduzca en una bajada de peso)

- Soy más alegre de lo que pensé

jueves, 6 de enero de 2011

Divagaciones en la micro


Anoche con mi amiga J, inauguré oficialmente mi estado solteril 2011 con un conversado happy tour que por lo menos ayer me ayudó a sacudirme por un rato de algunas ideas y angustias nefastas que no me aportan.

Es curioso, pero de a poquitito esa sensación rara de vacío y presión en mi garganta ha ido disminuyendo, o sea, no se ha ido del todo, pero por lo menos ahora respiro más tranquila. Sigo fumando como china, sí, pero decidí que mis inyecciones diarias de nicotina deben ir también disminuyendo.

Sobre M, no tengo noticias que dar, salvo que ayer no hablamos, no apareció y yo tampoco lo busqué a través de ninguna plataforma tecnológica. De hecho, determiné que en la eventualidad que su desaparición se prolongara por mucho más tiempo o por siempre, (sería LO freak, pero no me cierro a ninguna posibilidad) mi postura seguiría siendo la misma: distancia.

En la micro camino a la pega me vine pensando en eso, en realidad me pregunté si estaba enojada o algo así y me di cuenta que en verdad, no lo estoy, ni siquiera un poquito molesta, lo que sí algo preocupada por él. Porque es raro, pero sé que yo le importo y le gusto y todo eso, sólo que su cabecita no lo deja pensar con claridad, pero eso ya es rollo suyo, yo paso.

Por lo que no me quedaría más que decir y hacer lo mismo que “Liz” en la película “Comer, rezar, amar” (notable película): “Cada vez que pienses en mí, envíame amor, enciende una luz y déjame ir”. Qué linda frase y qué lindo dejar ir algo que en verdad fue bonito mientras duró.

¿Y si aparece? …. Pienso de corazón que tenemos una conversación pendiente sobre esto y sobre los límites, pienso que debiésemos delimitarnos a un contexto y no salir de ahí, por lo pronto, auque sea tentador.

Pienso que no debiésemos hablar más de supuestos ni de ilusiones, ni del futuro, ni hacernos promesas que quizás ninguno de los dos pueda cumplir, por más ganas que hayan. Pienso que no debiésemos hacer planes, ni construir pequeños rituales o costumbres.

Pienso que no debemos auto engañarnos, pienso que no debemos jugar a la pareja para sentir alivio. Y descubrí que eso no tiene nada de malo, el problema es que no sé si él pueda, el problema también es que no sé si eso sea lo mejor para mí ahora o si eso es lo que me interesa en verdad.

Y seguí con mis divagaciones en la micro y hasta pensé que lo que pasó con él fue reparador y sanador para mí, que en este corto tiempo pude enmendar varios aspectos relacionados con mi sexualidad que estaban todos revueltos. Si sigue o no sigue, eso ya no es lo importante.

miércoles, 5 de enero de 2011

Sobre los “nadas” y mi soltería


Estuve haciéndome caldo de cabeza con esta cosa híbrida con M, que no es nada, pero que a veces es algo, de pronto todo, y finalmente de nuevo, nada. Esta relación de la que no hay que esperar nada, pero que de pronto entrega señales que hay que esperarlo todo, para de nuevo sentir que lo mejor es no esperar, me tiene con agote.

Por raro que suene no recurrí a una amiga para intentar resolver este puzzle, sino que a un ex compañero de trabajo, que si bien no es íntimo, mantengo buena onda y que por a alguna razón que sólo Dios puede explicar, me dio la confianza suficiente para preguntarle algunas cosas.

Me contó que él tenía una “nada” en su vida, vale decir, una chiquilla con la cual se junta, se toma algún trago, ve películas y tiene sexo. Lo pasa bien, conversan sobre la vida, las profundidades del mar y eso sería todo. No hay sentimientos románticos, no hay nada más que eso.

Ahora, quiero aclarar para que no piensen que ando de abuelita por la vida, pero yo he tenido varios “nadas”, lo que sucede es que mi parada con el tiempo se ha ido modificando y mis ganas de tener más “todos” que “nadas” se apoderó de mi conciencia. Hay diferencias muy sutiles entre los “nadas” y los “todos”, que tienen que ver con límites sociales, onda, no se van a eventos juntos y de la manito, no se presentan los amigos, no se habla todos los días y menos por teléfono, etcétera, etcétera.

Entonces comencé a analizar el híbrido y claro tiene algunas cosas de “nadas”, pero tiene mucho (demasiado) de “todos”, hacemos cosas de pareja, salimos al cine, vamos a comer rico, él me regala para la Navidad, nos vemos mínimo una vez a la semana, de lo contrario, me siento rara, conversamos todos los días por todos las tecnologías disponibles y cuando no, también me siento rara. Mierda.

La otra vez hablamos de presentarnos amistades mutuas, hablamos de un día de playa, incluso visionamos en un futuro algún viaje juntos. Doble mierda. Y siempre decimos cosas del estilo “veamos qué va pasando o cómo van decantando las cosas”, “si esto resulta o si esto no resulta”…. Hablamos de supuestos siempre, jamás ha sido con límites, quizás en algún punto yo dije “no puedo tener nada más porque vivo con mi ex” y él también me dijo que le gustaba lo que tenía conmigo porque no habían rollos y que él tampoco estaba para tener nada serio……

Pero de pronto, todo eso parece confundirse en una mezcla de sentimientos, sensaciones, promesas y acciones. Y es ahí donde aparece la expectativa, la espera, el miedo, la frustración y los ¡ataos!

Y yo no estoy para ataos. No hoy por lo menos. No tengo cabeza ni quiero invertir energías en resoluciones, por lo que hoy, después de mucho pensar anoche, resolví mi situación con la programación de una noche de sábado instalada en medio de una pista de baile, danzando alegre al ritmo de Madonna, mi cantante favorita. Con mucho humo, gente alrededor, alcohol y ruido.

Y programé más ruido para lo que queda de la semana. Porque me di cuenta que, debido a años y años y años de estar permanentemente con alguien al lado, no sé ser soltera. No tengo pico idea (sorry, ameritaba el garabato) cómo tomar mi libertad sin sentirme rara o sin miedo, no sé qué mierda hacer con ella. La tengo, sé que la tengo, pero ahí me quedo, por lo que he tomado la determinación de tomarla y hacer todo lo se me plazca, que obviamente me haga feliz y no me haga daño. Tengo la sensación que es ahora o nunca.

Yo amo bailar, y en vista que nunca podía hacerlo (en un lugar público, lo aclaro, porque siempre bailo en mi casa, aunque parezca loca) porque mis parejas de turno no les gustaba o les daba derechamente lata, determiné realizar con brutal insistencia esta actividad durante varias temporadas. De hecho, voy a hacer un listado con todas las cosas que voy a emprender este 2011 como soltera. SOLTERA!!!!!!!

martes, 4 de enero de 2011

Stand By


En el irreversible proceso de hacerme feliz y hacerme cargo emocionalmente de mí, me he ido topando con algunas piedritas en el camino siendo la principal esta maldita tendencia mía en delegar en otro lo que anhelo para mí.

Supongo que todo se origina porque aún creo en los cuentos de hadas y todavía espero que un día un tipo venga por mí, me haga feliz y me dé todo lo que yo necesito.

Suena tan estúpido, y peor, es escribirlo. Mi paciencia es una fuente amplia, pero se agota, mi eterna comprensión sobre asuntos anímicos ajenos hace rato que ya dejó de ser eterna. Pasé dos años pendiente y atenta a los ánimos de J, que si quería o no quería, que si estaba bien, mal, más o menos ¡No más!

Hoy a mí lo único que me interesa es entender lo que a mí me sucede y lo que no, lo que a mí me hace daño y lo que no o lo que a mí hace bien o no. Y ese es mi enfoque, me cuesta enfocarme, me cuesta ser egoísta en ese sentido, porque tiendo a olvidarme, por raro que suene, tiendo a desaparecer del mapa cuando se trata de asuntos de a dos.

Y me aburrí. No lo digo con rabia ni con pesimismo, sino que lo digo con franqueza, hay situaciones que ya agotaron mi paciencia y ni muerta ni amarrada vuelvo a pasar por algo igual ni por algo que tenga un olor similar.

Por eso, son dos pasos hacia el costado y uno para atrás. Hoy camino sola, o mejor dicho, hoy camino soltera. Y voy a sobrevivir, aunque tenga que fumarme en el puto proceso todos los cigarros del universo para calmar mi ansiedad… a todo esto, es el único vicio que me permito actualmente aunque confieso que muero por beber varias copas de vino y ¡al seco! Si sé que me estoy haciendo mierda los pulmones, pero entre eso y andar durmiendo en la cuneta borracha, andar volada en la calle o andar acostándome con tipos que no conozco… ¡créanme que es la opción más sana!

Mi bandera de la libertad no me la mueve nadie, ni siquiera M, a pesar de lo mucho que me gusta, a pesar de mi entusiasmo, a pesar que en un momento sentí que él podría ser tantas cosas, a pesar que tenía grandes corazonadas, a pesar que he visto y sentido lo que somos cuando estamos juntos.

En esto, la sincronía lo es todo y creo que para lo que yo ambiciono o ando buscando, él no está listo y a la vez yo tampoco estoy dispuesta a peder mi tiempo ni tampoco dispuesto a aferrarme a cualquier cosa. Y yo no hablo de compromiso versus polvos pasajeros, estoy hablando de un mínimo de apoyo fraterno, un mínimo de estabilidad del mate. Con mi inestabilidad ya tengo suficiente como para andar lidiando con la locura ajena.

Por lo que me quedan dos alternativas, una que ya está tomada, que es dar dos pasos hacia el costado y la otra es si cortar de raíz o construir distancia.

Mis distancias siempre duelen o más bien generan reacciones en los otros. Mis distancias siempre son gélidas como iceberg y generalmente no tienen marcha atrás. Mis distancias siempre son bien pensadas y estratégicas. Son sutiles y progresivas. Por eso, antes de emprenderlas, las pienso bien para no tener que arrepentirme después.
Mi dilema existencial supongo que va por el lado que si emprendo la distancia, todo el resto se va a la mierda, me refiero a mi proyecto de sexo con sentido, del que tanto he hablado en este blog, de mi proyecto de sentir cosas por alguien y a la vez desear a ese otro, y que el otro sienta lo mismo, mi proyecto de tener un amor sano.

Si yo le pongo “on” a la distancia, el sexo se convierte en sólo eso y se acaban las conversaciones, las reflexiones varias y la profundidad de campo, se acaba la ternura, se acaba esa cosa casi infantil. Se acaban las mariposas en la guata, se acaba la espera para que aparezca en línea, incluso la espera de saber de él. Y se acaba la entrega y la confianza. Si opto por la distancia, él dejará de importarme. Y yo sinceramente no sé si eso sea lo mejor para mí…

domingo, 2 de enero de 2011

Año nuevo, vida nueva


Fue sin duda una semana ruda, pero una vez más sobreviví y lo que es mejor, culminó inesperadamente feliz. Me gusta la felicidad inesperada, esa que llega a la puerta de uno sin que uno tenga la más mínima sospecha.

En estos momentos siento un alivio maravilloso, es como haberme sacado 10000 kilos de encima de los hombros. Es como estar acostada en una hamaca, sintiendo una brisa agradable en el rostro y con el sonido de parajitos de fondo. Así me siento hoy y como soy a veces un poco lesa, me lo cuestiono, me pregunto cuándo irá llegar la tristeza por la partida J. Y espero así y sigo esperando.

Igual no quiero que parezca como que me siento aliviada porque deshice de él ni mucho menos, para nada, tiene más que ver con la sensación de tranquilidad por haber hecho – como pocas veces en mi vida – lo correcto y de la forma correcta, sin mentiras de por medio, sin salvavidas imaginarios, sin prisa y con convicción. Ni parecido a cómo me sentí cuando me separé, tan sola, tan triste, tan abandonada. Algo que no tenía a la vez ninguna relación con una pérdida amorosa, sino que más bien el horrible tránsito en que me encontraba, lleno de cosas contradictorias, lleno de engaños y de auto engaños también.

De todos modos, me sigo declarando de duelo, por lo que mi nueva libertad me la tomo en cuotas, no vaya a ser que termine evadiendo la pena una vez más. No quiero evadir nada, que venga lo que tenga que venir.

Hoy tengo claridad de mente, sé cuáles son mis demonios, los reconozco y trabajo para saber enfrentarlos mejor cada día. Ahora sé que esa resanción asfixiante que se me instala de repente en mi garganta tiene relación con mi miedo crónico al abandono, a la desaparición de personas importantes en mi vida.

Sé que la mayoría de mis inseguridades tienen que ver con eso, y que a veces mi mente me juega malas pasadas. Me pasa con M, pero estoy aprendiendo de a poco a racionalizar ese pánico y lentamente estoy viendo algunos resultados.

M…. el otro día por primera vez y de manera absolutamente inesperada me dijo que me quería mucho. Quedé para dentro, sólo atiné a decirle “yo también” casi con un susurro, me pareció tan inesperado que después incluso dudé que haya escuchado bien, así de lesa me pongo a veces, pero ayer lo confirmé, eso es lo que me había dicho.

Esto de quererlo, igual viene de antes, viene de la época en que fuimos sólo amigos, pero ahora ese querer es distinto, es un querer con ternura y también con deseo, es un querer bonito.

El 2011 para mí no sólo es la partida de un nuevo año y una nueva vida, sino que también es el puntapié oficial de una segunda etapa con él. De hecho, ayer fue inaugurada con una inesperada visita suya a mi casa. Él en mi casa, se hizo más real, se unió oficialmente a parte de mi mundo. Y me sentí feliz, a gusto, cómoda. Me gustó y mucho.