domingo, 28 de agosto de 2011

Hoy es el día


Sí, sigue mi melodrama romántico, pero hoy voy por respuestas y certezas. Anoche no dormí nada, y eso que apagué las luces y la tele temprano justamente para poder estar descansada y despejada hoy, pero no hubo caso. De hecho, no duermo como la gente desde el viernes ni tampoco me alimento como la gente desde ese día.

Simplemente me da lata hacerme un plato de comida.
Han sido días de mucho fumar y tomar café, de pasearme por mi casa casi en círculos pensando y concluyendo. Han sido largas horas de escribir y escribir para aclararme, ya que es la única forma que conozco para ordenar ideas y sentimientos. Por algo escribo aquí también.

Anoche seguí sacando otras conclusiones bien heavys. Como la impresión que ha quedado en el último tiempo que soy yo la que entrega el 90% en la relación y M tan sólo el 10%. De pronto me olvidé de que todos los avances que hemos logrado como pareja, han sido liderados por él.

Él fue quién me dijo que me quería por primera vez, él fue quien habló en los inicios de los inicios que lo de nosotros no era cualquier cosa, que podía ser una relación importante, él fue quien quiso que avanzáramos como pareja más estable y formal, él fue quien quiso estar con mis papás en mi cumpleaños, a pesar que me negué por no sentirme lista aún. Él fue todo eso y mucho más.

Me di cuenta que los dos hemos entregado, de maneras distintas quizás, porque somos distintos, pero los dos hemos aportado. Me di cuenta también que hay cosas que él me ha pedido y que me han costado o simplemente no he podido darle. Entonces no sé porqué de pronto nos hemos encargado de colocarnos roles que no son. Por miedo, es lo más seguro, por inseguridad, probablemente.

Todo esto, él lo tiene que tener claro, se lo tengo que decir, porque si se está replanteando la relación, tiene que tener una panorámica completa, y no sólo la estela de dudas del último tiempo.

Me di cuenta que también que ya hace por lo menos un mes que me desconozco. Esa estrella que siempre me ha iluminado, que me ha dado suerte y guiado bien, se ha ido apagando. He estado triste, desanimada, desilusionada de la vida, de la gente, del trabajo, de mi vida, de todo.

He dejado de ser esa persona alegre y optimista que he sido casi siempre. Lo único que me ha ido quedando es mi humor para afrontar lo peor. Eso es lo que me permite levantarme todas las mañanas y seguir. Pero ya me cansé de estar cansada y triste, ya es hora de levantarme con mis dos pies y seguir con mi vida, reconstruirla y estar con los ojos bien abiertos por nuevas oportunidades. No sé en qué minuto me perdí tanto.

Estoy en crisis de nuevo, tal como lo estuve hace más o menos un año. Todo ha cambiado y voy a tener que tener la valentía suficiente para afrontarlo, eso o nada. Estamos en crisis también, después de un año de reencontrarnos, después de 9 meses de emprender un camino, después de 3 meses de relación formal.

A pesar de todo lo anterior, aún tengo estos destellos de energía para nosotros. Aún tengo una sobra de optimismo para pensar que todo no sólo va a estar bien, sino que mejor que antes, que él va a escucharme y aclararse, que él se va a reconfirmar cuando me vea parada en su puerta que me quiere demasiado como para dejarme ir, que no vale la pena y que está mejor conmigo que sin mí.

Pero ya no puedo más con la incertidumbre, con esto de terminamos un día, seguimos al otro, con esa amenaza latente y constante de que en cualquier minuto todo va a terminar. Me hace pésimo y no me permite avanzar en otros aspectos importantes de mi vida. Nos hace muy mal porque tampoco nos permite ver con claridad, nos confunde y nos entristece.

Hoy es un día importante, que no sólo tiene que ver con un aspecto romántico, sino que tiene que ver con cómo yo quiero vivir mi vida, con el tipo de relación que quiero y que me prometí construir en caso de volver a amar. Tiene que ver con principios, con aquello que me hace feliz y bien.

Creo que la única respuesta que no logré tener después de tanto pensar es sí podemos o no tener un futuro juntos. Dudo que él la tenga hoy ni nunca. Eso sólo lo dictamina el tiempo. Pero por lo menos sí puedo decir que sí me gustaría tener un futuro con él. Y en unas horas más sabré si él piensa o siente lo mismo.

Estoy nerviosa y ansiosa, mucho menos tranquila que días anteriores, pero ya es hora de saberlo, estoy preparada para lo que venga, y ojalá que el inicio de este nuevo capítulo en mi vida sea con él.

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