martes, 15 de marzo de 2011
Nell debe morir
El nombre de este personaje está inspirado en una película (muy mala, por cierto) que vimos en el cine hace un tiempo con M y donde aparecía una niña llamada Nell, que finalmente resultaba poseída por el demonio. Desde ese entonces que tenemos esta talla interna en que cada vez que se asoma una cierta parte mía que es destructiva, que está furiosa y que hiere, le denominamos “el nellazo”.
Fuera de leseo, y luego que ayer a regañadientes fuera a mi terapia, mi sicóloga me comentó que efectivamente muchas personas tenían una especie de “personaje” interno que a veces boicoteaba las cosas lindas que logramos. Que había que ponerlo a raya y luchar con él, no quedaba otra.
Me comentó que “Nell” seguramente aparecía cada vez que estaba asustada y que mientras menos hablaba de mis miedos, más control tenía ella sobre mí. Qué espanto, en verdad.
Así es que luego de darle varias vueltas al tema y de patear la perra un rato, decidí, con todas mis fuerzas, que ya es hora que Nell muera. Sí, ni siquiera la quiero dando vueltas por si acaso, ¡quiero su cabeza!
Nell es la que me anda metiendo ideas en la cabeza (Dios, parezco esquizofrénica), al estilo “¿viste? Te dije que no tenías que confiar”, “¡Ah! esto es un castigo” o “No, él sólo te quiere para la cama, ¿qué pensabas?” o “¿Para qué amar, para qué querer?, no seas infantil”. Y así, maldita Nell es una Bitch de tomo y lomo. Y yo, ya no la soporto, la quiero fuera, ¡ahora!
Ahora, para deshacerme de ella, voy a tener que hacer un esfuerzo extra, porque está bien posicionada en algún rincón de mi cabeza. No es llegar y echarla, debo trabajar mucho en mis sentimientos, en mi capacidad de entrega, en mi autoestima, en mi seguridad, y por supuesto en mi capacidad de perdonarme y también perdonar a otros. ¡Uf! Tengo harto que hacer, creo que me van a faltar horas en el día. Pero bueno, voy a darle mi mejor intento.
Y una de las tareas más arduas, supongo, es soltar mi relación pasada completamente. Mierda que me cuesta. Es como intentar extirparme un órgano o algo así, aún sabiendo que así voy a estar mejor. Lamentablemente siento que no soy capaz de dar ese paso netamente por mí, sino que más bien me motiva M y su salud mental. Yo sé que hacerlo sólo por él no está bien, que debería quererlo por mí, pero no lo quiero, ¿qué puedo hacer? Y temo que nunca podré quererlo por mí. Complicado, mucho más de lo que llegué a pronosticar.
Igual quiero decir – con algo de hastío por lo demás – que en el último tiempo me ando sintiendo media cansada, agotada mentalmente. Esta cosa de andar pensando cada paso, de andar analizándolo y cuidándolo todo es un agote tremendo. No me arrepiento, pero sin duda, algunas veces podría dormir tres días de corrido. Así de cansada estoy.
Supongo, pasa lo que dice mi amiga P, que “nadie dijo que sería fácil”. Y pucha a mí como que siempre me cuestan ene las cosas, pero cuando pasa las consigo, generalmente se tratan de cosas importantes y bueno, efectivamente para mí el amor es muy importante.
El otro día P me volvió a sacar el tarot. No me lo sacaba hace más de un mes. Y las cartas esta vez (por primera vez) fueron buenas y hablaron de amor todo el rato. Decían que yo ahora estaba en el comienzo de un amor importante, potente. Que la actitud que tenía ahora era masculina, de “ya, vamos para acá, yo te guío, te llevo”, que había aprendido muchas cosas del pasado donde sufrí bastante, pero que hoy me tocaba dar mucho, entregar y ser muy generosa, que me iba a costar porque yo estoy acostumbrada a ser protagonista, reina, pero que hoy era así, no obstante, ya que me iba a tocar ser reina en el futuro. Además, me pedía que no me enrollara con los asuntos “materiales” de la relación, onda, que me olvidar de cómo va a pasar tal cosa o cómo hacer no sé qué cosa, que lo dejara tranquilo no más. Incluso pregunté específicamente por M y me salió la carta de Cupido que tiene una historia bien interesante, ya que Cupido va a flechar por encargo a una mujer, se equivoca y terminar flechándose él y enamorado de ella…. Qué lindo ¿no?
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