martes, 22 de marzo de 2011

Karadima es un cerdo


Sí, eso es lo que pienso después que se destapara y se revelara ante el mundo el caso de este cura (si es que puede aún llamarse así) que violó y abusó tanto sicológica como físicamente a jóvenes que acudieron a él en busca de guía espiritual, en busca de Dios, encontrándose en cambio, con este pervertido, con este degenerado que no tuvo ningún pudor ni reparo en usar su “poder de hombre de Dios” para hacer lo que se le dio la gana. Asqueroso.

Todo el mundo anda comentando lo “fuerte” de las declaraciones de Hamilton en “Tolerancia Cero” respecto a Karadima y una serie de otros sacerdotes de altos cargos, entre ellos, el ex Arzobispo de Santiago Francisco Javier Errázuriz.

Cuando me enteré que se había mandado declaraciones fuertes, quise saber qué es lo que tenía a todo el mundo tan impactado y me encuentro con que Hamilton, quien desde los 17 años y durante ¡dos décadas! fue abusado por Karadima, había dicho en el programa que este cura le había cagado la vida, que entre los sacerdotes habían muchos obispos gays y que había otra tracalada que eran conocidos abusadores, que Fco Javier Errázuriz era un “criminal” porque sabía de lo que estaba pasando pero había hecho la vista gorda. Y además se largó con otros nombres de curas conocidos y famosos que también fueron cómplices de los abusos de Karadima.

Estas declaraciones parece que generaron tanto impacto que Juan Carlos Eichholz, uno de los panelistas del programa, le “recordó” a Hamilton en pantalla que estaba en televisión. Plop.

A lo que voy es que no sé qué es lo tan fuerte que dijo Hamilton, porque lo que lanzó fue la pura y santa verdad, una verdad que les duele a la Iglesia católica y a los católicos más fanáticos. Pero es cierto, es un secreto a voces que entre los curas (y también las monjas, porqué no decirlo) hay mucho pervertido, y no estoy hablando de homosexuales, estoy hablando de hombres y mujeres abusadores, que violan, o ejercen castigos físicos sólo porque pueden hacerlo. O sea, esto es algo que viene de hace siglos. Lo que pasa es que a nadie le gusta saber que el curita de la esquina, ese mismo que hace la misa de los domingos y que tiene cara de Padre Hurtado, cuando nadie lo está mirando, le anda tocando los genitales a los niños de la parroquia.

Creo, y les juro que este tema me indigna y me aleja cada vez más del catolicismo, creo ya debemos parar con esto de pensar que porque es cura, es poco probable que sea un violador o un degenerado, que por ser cura, necesita tratos especiales ante la ley o la justicia. Y creo que es súper importante que la Iglesia Católica haga algo por detener este tipo de abusos ejercidos por sus propios miembros, ya sea denunciándolos (en serio y no cambiándolos de parroquia cuando aparece una denuncia), o expulsándolos de la congregación o ¡algo!

Sólo me queda imaginarme lo que debe ser para un niño, un joven, ir a un lugar que se le dice que es bueno, y seguro como una Iglesia, para que hable con un “representante de Dios en la tierra” y termine violado. ¿En quién confiar?, después de algo tan asqueroso que te marca de por vida. Eso sí que es fuerte.

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