viernes, 30 de septiembre de 2011

Nostalgia aguda


En las últimas 48 horas he recibido, consejos, palabras alentadoras, palabras sabias, alternativas sobre qué hacer y no hacer con mi vida, peticiones de llamadas, y un sinfín de propuestas curiosas. Que van desde que me vaya a vivir a otra parte, a que estudie otra cosa, pasando a que para cuando me vuelva a encontrar con un nuevo prospecto masculino, primero le pida una ficha clínica y siquiátrica (humor negro, muy negro).

Y agradezco de corazón todo eso, seguramente vienen del corazón, pero de pronto, en medio de la pena, nada me parece lo suficientemente alentador como para secarme los mocos y decir “sí, eso voy a hacer”.
Una versión de años atrás mía, seguramente se habría aferrado a la rabia y al enojo.

Al poco tiempo, me habría buscado a otro clavo y anunciado al mundo que estoy de lo más bien, mejor que nunca, aún cuando fuera toda una farsa y realmente estuviera pal pico.

Pero hoy no puedo mentir. Hoy fui a una nueva entrevista de trabajo. Iba con fe, claro, pero con la garganta apretada. Luego, fui donde Jumanji y ahí perdí toda compostura y lloré, lloré, lloré. Qué lata preocupar a la gente, especialmente a mis padres, pero no pude contenerme.
Paris está conmigo todo el rato en esta pena y angustia que hoy engloba mi vida.

Agradezco que me tomara de la mano en esto, lo mismo que Frank que en su particular modo, también me ofreció ayuda. Pero la verdad es que yo no puedo volver a vivir con ellos. Hacerlo sería matarme en vida, retroceder. No puedo.
Llegué a mi casa y mientras Marley me saludaba con su típico jaleo y languetazos cariñosos, me puse a llorar otra vez. Y aún estoy llorando mientras escribo esto. Todo, pero absolutamente TODO me recuerda a M.

Para qué les digo cuando suena mi celular o escucho que me llegó un mensaje de texto. Son tantas las ganas de que haya un mail o algún mensaje suyo, lo que sea, cualquier cosa, pero sé que eso no va a pasar por ahora.
Lo echo tanto de menos y eso que lo vi ayer no más, pero como que quizás fue recién hoy que partió el duelo verdadero, ya que fue recién ayer que nos despedimos de veras. Hoy, por ejemplo, como fui a una entrevista de pega, andaba más producida, y cuando algún tipo me miraba por la calle, me daba rabia jajajaj absurdo, era como ¡qué estás mirando imbécil, tengo un mono en la cabeza acaso! ¡no me mires!

Es como si ahora no existiera ninguna posibilidad de nada con nadie. Como sentirme ofendida porque un hombre me mira, creo que eso pasa porque aún me siento de otro. Me pregunto hasta cuándo me durará esa sensación. Y obvio que me pregunto ¿y si no se me pasa nunca? Hasta absurdamente pensar en solo salir con otro hombre con alguna pretensión de algo, sería como desleal, casi infidelidad. Qué freak, jamás había sentido algo similar, todo lo contrario, cuando he terminado una relación, lo único que ansío es llenar ese vacío con otro clavo.

Pero ahora es como ¡guácala! Es como mejor déjenme tranquila. Mejor ni acercarse. Me pregunto cosas como si alguna vez iré a encontrar a alguien con el que pueda tener tal afinidad en todo aspecto, si alguien más podrá hacerme reír de esa forma, si podré confiar en un hombre de nuevo de la forma en que confiaba (aún confío) en él.

Y si me pongo a pensar en el sexo, es aún peor. Me pregunto si alguien me hará estremecer y volver loca de deseo alguna vez. Si yo alguna vez volveré dejar a un hombre acercarse a mí tanto como para verme tal cual, con mis secretos, grietas, dolores, rabias y logros.

Sé que todos me van a decir que esto va a pasar, que así será, que incluso podría sentir más, etc etc etc, eso me lo dice la lógica también, pero el corazón no entiende ninguna de esas cosas.

Ahora pienso que puede haber otro hombre que me quiera tanto o con más intensidad. O sea, la experiencia así me lo indica, pero lo que temo son mis sentimientos, más que me amen a mí. Curioso eso también, nunca me había pasado, siempre ha sido más de “oh ¿y ahora quién me irá a querer?”. Me da miedo no tener nada que entregar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Todas las personas que te conocemos, sabemos que eres la mujer que se hace la fuerte, la de la palabra rápida y sincera, intenta la vieja escuela, del bajar las revoluciones y escuchar el corazón, tu sabes, a veces duele, pero nunca falla, después de todo eso nos diferencia de otros seres de este planeta, el dolor, la felicidad el amor, la rabia la tristeza, somos temporales pero también atemporales, el día a veces tiene 80 horas y otros 5, aférrate a tus seres queridos, a tu hermana, a tus papis, ellos siempre estarán contigo, al final lo único que nos queda es nuestra familia, fuerza en estos momentos difíciles, por cierto no es broma, cuídate.

Alos30 dijo...

Qué lindas palabras, me emocionaron, en serio. Lo bueno es que ahora estoy de mejor ánimo y eso es vital. Pero no sé quién me escribió esto ????? Me gustaría saberlo.
Igual gracias!