jueves, 29 de septiembre de 2011

El último adiós


Hoy vi a M. Y no fui hasta su casa para volver, sino que sentí la necesidad de que me viera mejor y de despedirnos a la altura de lo que fuimos. Este momento se lo dejé en manos del destino, porque partí para allá sin previo aviso. Entonces pensé si la vida quiere que él esté en su casa para verlo por última vez estará y si no, bueno, será para mejor también.

Pero estaba. Y hablamos, de cosas triviales y lo que pasó, pero no fue como dar vueltas en lo mismo, sino más bien despedirnos de nosotros. De Zapallo y coquín (nuestros seudónimos amorosos jajajaja), despedirnos de la relación de pareja, que fue linda y que tuvo un final hermoso. Creo, y lo digo desde el fondo de mi corazón, que nunca una relación mía ha tenido tamaña despedida.

No se pasen rollos! Que no pasó nada. Ni beso, nada. Y no podía pasar nada, porque habría sido un error garrafal y todo podría haberse podrido. Obvio que ganas no me faltaron de tirarme a su cuello y besarlo por siempre.

Pero nos abrazamos en un abrazo eterno. No sé habrá durado por lo bajo 5 minutos. Y me besó en la cabeza, en la mejilla y cuello. Aún puedo sentir el aroma de su perfume y de su piel. Me di ese gusto y respiré hondo, sabiendo que esa era la última vez que lo iba a tener así de cerca. Nos dijimos que nos queríamos, y que nos extrañaríamos. Todavía puedo sentir el peso de cuerpo contra el mío, escuchar su voz. Aún puedo ver la forma en que me miraba sentado a la distancia. Ese recuerdo nunca se me olvidará.

Me abrazó fuerte, apretado, y también me olió cuántas veces pudo. Me dijo que si iba a estar con alguien más, que me cuidara. Y a mí me dieron ganas de gritarle que sólo quería estar con él, pero callé. Le dije “bueno, pero yo dudo que muy luego vaya a estar con alguien más”. Me dijo que le pasaba lo mismo y que mejor ni hablar del tema “vetado” ese que no debemos hablar… el sexo jajajaaa.

Yo le dije que estaba bloqueada, y él me dijo que también, y que incluso la idea de tener sexo por tener sexo le generaba “asco”. Debo confesar que eso me alegró jajajaja, o sea algún día volverá a tener sexo, pero por lo menos que sea con alguien que quiere y que le gusta, no con cualquiera. Lo mismo va para mí, pero en este minuto, sinceramente no puedo estar más ni ahí con el sexo. Sé que si me adelantara en esa parte, sería nefasto, porque sólo pensaría en él.

Y en medio de un abrazo me dijo “uno nuca sabe qué es lo que puede pasar más adelante” y yo le contesté melancólica “si sé”…. Eso fue un mensaje subliminal. Lo que no significa que yo vaya a estar esperándolo o deteniendo mi vida por una posibilidad. Y es recíproco, hay que dejar pasar el tiempo….
Dejar partir a alguien que uno quiere debe ser uno de las cosas más tristes que a uno le pueden pasar. Pero a la vez pienso, que debe ser una de las cosas más generosas también. Soy una convencida de que nosotros soltamos la relación por amor. Paradójico, pero cierto. Haber seguido y seguido, habría destruido todo y de pasada quizás lo que sentíamos el uno por el otro. En cambio así, se mantiene inmaculado, se convierte en un recuerdo potente y en evolución.

Duele, obvio que sí, y estoy triste, porque aquello no sirve de consuelo. Aún así de vuelta a mi casa, me sentí como el personaje de Nataly Portman en “Closer” cuando termina con Jude Law y se le ve a ella caminando por la calle, pelo al viento y segura.

Yo así me sentí hoy camino a casa. Algo contenta en medio de la pena, aliviada, conforme, porque confirmé que para él también es difícil, que me extrañará y que me quiere tal como yo lo quiero a él.

Hablamos de la posibilidad de en algún universo paralelo de volver a ser amigos. Complicado, yo lo sé, pero con tiempo y distancia todo se puede, más aún cuando nosotros partimos siendo eso.

Y le regalé su bufandita a medio hacer que estaba tejiendo con tanto cariño. Le pedí que no la botara porque la hice con mucho cariño. En un momento me dijo “pero mejor entrégamela cuando….”….. no terminó la frase pero el final era “cuando la hayas terminado”.

Esa bufanda es una metáfora de lo que fuimos. La seguí tejiendo en momentos álgidos y de dudas, y es extraño, pero si bien, cerré el tejido, noté que igual quedaba como abierto. Y ese es mi mensaje subliminal de hoy.

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