lunes, 21 de abril de 2014

Sobre el deseo indomable y mi rebelión

En mis 33 años de existencia en este mundo nunca me había pasado sentir algo así por un hombre.  O sea, me han gustado hombres, los he deseado locamente también, he amado, he sentido pasión y lujuria, pero nunca como esto.

C es el primer hombre que conozco y que me gusta altiro, no fue necesario conversar, no fue necesario que me contara sus secretos o pensamientos más profundos, desde que lo vi, me gustó. Y a medida que lo fui conociendo, incluso con sus mañas y mal genio, me gustó más.}

Ese gusto se transformó rápidamente en otra cosa: deseo, de esos que uno ve en las películas, de esos que te dejan KO, que no te permiten pensar con claridad, de esos que te hacen hacer cosas que aún sabiendo que son errores, una las hace igual porque …. Qué más da.

No sé bien cómo describir lo que me pasa con él en palabras, sólo puedo detallar que es algo que no tiene lógica, no viene de la mente, viene de algo de piel, de química, y debo decir que independiente que nunca más lo vuelva a ver, le agradezco a Dios (o al diablo, no tengo claro aún quién me lo mandó) de haber vivido por lo menos una vez en la vida algo así. Estas cosas no suelen reproducirse mucho, a veces nunca pasan. Pero a mí sí me pasó.

Cuando lo veo se me paraliza el corazón, y aunque trato de disimularlo, me pongo nerviosa, como quinceañera. Él me toca, me roza y estoy lista jajaajajaja. Claro que bueno, esta cosa media incontrolable hace que mi YO CONTROL, se espante. Y ya van varias semanas desde que he salido corriendo por mi vida., busco pretextos, busco argumentos para mandarlo a la cresta. Hasta le he puesto trampitas sabiendo que no hará lo que quiero, entonces me conformo diciendo “listo, yo sabía que no servía!”.

El problema es que vuelvo a ese fuego. Ya he vuelto como tres o cuatro veces. Soy un caos, lo sé, pero también sé que estoy en transición entre lo que fui, lo que soy y lo que quiero ser. También sé que tengo todo el derecho a tener miedo, a confundirme  a no saber nada. También que estoy en plena rebeldía.

Hoy me rebelo de mi pasado, de lo que pensé y no era, de lo que sentí y no sirvió, de lo que creí verdadero  y era mentira. Mi actual actitud de displicencia y a veces insensatez obedece a mi forma de quemar lo adorado y adorar lo quemado, obedece a zapatear en la tumba de esa persona que fui y que ya no existe. Es mi nuevo grito de libertad. Claro que debo tener cuidado, tampoco se trata de andar haciendo daño….


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