En mis 33 años de existencia en
este mundo nunca me había pasado sentir algo así por un hombre. O sea, me han gustado hombres, los he deseado
locamente también, he amado, he sentido pasión y lujuria, pero nunca como esto.
C es el primer hombre que conozco
y que me gusta altiro, no fue necesario conversar, no fue necesario que me
contara sus secretos o pensamientos más profundos, desde que lo vi, me gustó. Y
a medida que lo fui conociendo, incluso con sus mañas y mal genio, me gustó
más.}
Ese gusto se transformó rápidamente
en otra cosa: deseo, de esos que uno ve en las películas, de esos que te dejan
KO, que no te permiten pensar con claridad, de esos que te hacen hacer cosas
que aún sabiendo que son errores, una las hace igual porque …. Qué más da.
No sé bien cómo describir lo que
me pasa con él en palabras, sólo puedo detallar que es algo que no tiene
lógica, no viene de la mente, viene de algo de piel, de química, y debo decir
que independiente que nunca más lo vuelva a ver, le agradezco a Dios (o al
diablo, no tengo claro aún quién me lo mandó) de haber vivido por lo menos una
vez en la vida algo así. Estas cosas no suelen reproducirse mucho, a veces
nunca pasan. Pero a mí sí me pasó.
Cuando lo veo se me paraliza el corazón, y aunque trato de
disimularlo, me pongo nerviosa, como quinceañera. Él me toca, me roza y estoy
lista jajaajajaja. Claro que bueno, esta cosa media incontrolable hace que mi
YO CONTROL, se espante. Y ya van varias semanas desde que he salido corriendo
por mi vida., busco pretextos, busco argumentos para mandarlo a la cresta.
Hasta le he puesto trampitas sabiendo que no hará lo que quiero, entonces me
conformo diciendo “listo, yo sabía que no servía!”.
El problema es que vuelvo a ese fuego. Ya he vuelto como
tres o cuatro veces. Soy un caos, lo sé, pero también sé que estoy en
transición entre lo que fui, lo que soy y lo que quiero ser. También sé que
tengo todo el derecho a tener miedo, a confundirme a no saber nada. También que estoy en plena
rebeldía.
Hoy me rebelo de mi pasado, de lo que pensé y no era, de lo que
sentí y no sirvió, de lo que creí verdadero y era mentira. Mi actual actitud de displicencia
y a veces insensatez obedece a mi forma de quemar lo adorado y adorar lo
quemado, obedece a zapatear en la tumba de esa persona que fui y que ya no
existe. Es mi nuevo grito de libertad. Claro que debo tener cuidado, tampoco se
trata de andar haciendo daño….
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