martes, 6 de septiembre de 2011
Hacer lo que uno ama
Cuando salí de la U no tenía idea qué es lo que quería hacer de mi vida, o sea sabía que quería trabajar de periodista (por algo estudié la carrera), pero no tenía idea en qué especializarme.
Partí en lo que me pareció más afín con mis intereses: entretención y farándula. Lo hice porque recuerdo que cuando era chica, hacía mis columnas y críticas personales del Festival de Viña jajajaja, en mi máquina de escribir Olivetti (uuu ahí se me cayó el carnet). Ahí estuve hartos años, persiguiendo a famosillos para sacarles cuñas, entrevistándolos, pasando largas horas con frío esperando a que algún personaje dijera algo, hasta altas horas en una discoteca para ver un desfile de siliconas… pega sacrificada, aunque muchos crean que es súper chori y entretenida. O sea, tiene sus momentos, pero es demandante y lo que es peor, tan poco valorada, porque cuando uno dice que es periodista de farándula, pocos te toman en serio.
Recuerdo que entre medio de una crisis vocacional, llegué a hacer relaciones públicas de una empresa de ingeniería. Ahí aprendí sobre sistemas de control, los controles de calidad y cosas muy ajenas a lo que en verdad era. Fue una experiencia más que rescato porque ahí en medio de cosas frías encontré a dos grandes amigas con las que hablo hasta hoy.
Luego, recuerdo que volví a farandulandia un tiempo hasta nuevamente me harté, esta vez en serio y llegué a otro mundo nuevo que me pareció interesante: el mundo femenino. El mundo del amor, el sexo, la moda y la belleza. Me di cuenta que me gustaba la pega, pero no el lugar donde estaba, plagado de gente mala onda, cizañera, un mundo sin sentido. Volví a partir con otro sueño esta vez, desconectarme del mundo e irme a Los Vilos a poner una tiendita de ropa.
Trabajé en ese sueño unos meses, pero el destino quiso otra cosa, el destino quiso que volviera al mundo del periodismo y le hice caso. Fue así como los astros se juntaron y me hicieron llegar a la revista. Fue mágica mi llegada, una oportunidad entregada por el universo, un llamado.
Mi estadía ahí fue de unos 8 meses, y logré lo que no pude lograr en 6 años en mi anterior pega, lo que nunca pude entender en mi extenso paso por la farándula. Hice bonitos lazos de amistad con algunos compañeros, aprendí a lidiar mejor con el estrés y con gente nefasta. Casi nunca volví a casa con ganas de llorar o mandar todo a la mierda, generalmente volvía tranquila, cansada, pero con la sensación de haber aportado.
Pero hoy me doy cuenta que la lección más grande que logré comprender, la razón por la que llegué ahí fue para que yo pudiese por fin saber desde la guata qué es lo que me gustaba, qué es lo que amaba hacer, a qué me quería dedicar profesionalmente.
Y eso es al mundo de la mujer, me encanta hacer notas relacionadas a temas que nos conciernen directamente, cosas que nos pasan todos los días, preguntas, inquietudes, penas, alegrías. Eso es lo que me mueve, esa es mi vocación, ese es mi llamado. Ese es el camino que pretendo seguir.
Cuesta darse cuenta a qué uno vino en parte a este mundo, supongo que soy una bendecida de darme cuenta a tiempo, porque hay quienes nunca se enteran.
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2 comentarios:
yo admiro a las periodistas! sabes hasta hace poco no sabia ni dq trabajaban etc...pero q lindo todo lo q hacen
Muchas gracias.... :) es una pega sacrificada, sea cual sea el ámbito. No muy bien pagada y hasta mal mirada muchas veces, pero qué rico que existan personas como tú que la valores. Saludos!
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