miércoles, 25 de mayo de 2011

Ser polola


Supongo que debería haber una especie de 10 mandamientos de la polola, pero si es lo hubiese, probablemente serían 10 boludeces que no haré, así es que da igual.

Tengo el honor de comunicarles (esto parece una conferencia de prensa) que soy hoy oficialmente polola. Una vez más, en gloria y majestad habemus ¡pololeo! Pero es curioso lo que me pasa con esto, porque a los 30 años la palabra “polola” me suena a ir a comer helado, compartir una bombilla y regalarse para San Valentín jajajaa.

Supongo que la palabra polola me recuerda a esos tiempos y por lo mismo me da un poco de risa, porque no tiene nada que ver con mi actual concepto de estar con alguien, pero es sólo una palabra, la verdad es que soy pareja de M hace rato, hace rato que somos “pololos” o como quieran llamarlo.

Hoy la única diferencia es que se ha verbalizado una realidad. Y cuando alguien me pregunte por mi estado civil, yo podré decir sin cuestionarme, que sí, que estoy pololeando, que estoy con alguien. Y eso no puede ser otra cosa que sano, y eso es darle consistencia.

Y es curioso que para llegar a esta conclusión y a este punto, él me tuvo que zamarrear un poco (por favor en lo figurativo y no en lo literal), me tuvo que hacer ver que tenemos que aprender a pasarlo bien sin sexo, que el sexo es importante, pero no lo único en una relación, y que tenemos que poder estar juntos un día sin terminar en la cama, porque él me quiere… me quiere…. ¡Uf! me lo repitió varias veces de nuevo.

Mi reacción en vez de ser de felicidad, fue de “no, qué fome, no” jajajaaj y me amurré y me resistí harto rato, por lo menos su media hora. Media hora perdida en mi estupidez, en fin. No obstante, él con una paciencia que no sé de dónde sacó, esperó a que entrara en razón y aunque me costó, la verdad me pegó como un palo en la cabeza.

La verdad de que yo me escondo en el sexo, me escondo ahí para no avanzar, porque me da mucho miedo la posibilidad de avanzar y qué mejor que usar esos artilugios para tener un buen motivo para no salir de la cama y vivir de a dos.

Me di cuenta de que aún tengo este complejo de mujer fatal, como si lo único que yo pudiese entregar es un buen rato en la cama, como si fuese imposible que alguien me pudiese querer por otras razones también.

Pensé y dije todo esto mientras él estaba haciéndome cariño en el living de mi casa. Y mientras Marley tonteaba de puro celoso. “¿Quieres avanzar?”, me preguntó y yo le dije que sí, pero que me daba miedo, y eso fue el GRAN paso hacia aquello desconocido llamado POLOLEO.

Le enumeré algunas cosas que creía que debían hacerse para darle “consistencia” a lo que teníamos. Y dentro de estas, estaba el definir lo que éramos, aunque yo tenía claro que éramos pareja… y se desarrolló THE TALK…. “¿Quieres pololear conmigo?”, me preguntó todo tierno mientras a mí casi se me cayó el pelo. A la primera no respondí jajajaj ya a la segunda, me reí y dije “lo voy a pensar… bueno ya! Puedo ser tu polola”.

Así se desarrolló esa tarde, en que efectivamente hubo besos y agarrones apasionados, pero no hubo sexo, sino que hubo algo mucho mejor, hubo compañerismo, hubo conversación y hubo sinceridad.

No tengo ni pico idea si puedo ser una buena “polola” y si puedo lentamente comenzar a dominar el arte de ser pareja y caminar de a dos. Pero quiero aprender, lo quiero, quiero avanzar, quiero estar con él, quiero ser mejor persona…. Y creo que en ese querer, está la clave.

No hay comentarios: