sábado, 21 de mayo de 2011

Juguetillos


Últimamente he andado más profunda y seria, por si no se han dado cuenta en mis últimas entradas, pero ya, para alivianar un poquito tanto tema duro, estuve pensando en sexo jajaja y dentro de mis últimas aficiones en este aspecto son los juguetes sexuales.

O sea, yo hace más de 1 año que tengo en mi velador a mi incondicional amigo Little Paul, un vibrador que tiene forma de gusanito rosado (tiene hasta una carita sonriente) y que me ha traído grandes alegrías (por ponerlo de alguna forma más delicada para no asustar a los más conservadores).

De ahí que partió mi gusto y curiosidad por ocupar juguetillos. Antes de eso, ya había probado esas cremas que se untan en el cuerpo del otro y que son comestible, bueno, no así como para comérselo a cucharadas jajajaaj como alguna vez pensé con mi ex pareja jajaajaj. Sí, ríanse, pero ¿qué va a pensar una si te dicen que es una crema comestible? ¡que se come!

Luego seguí con unos aceites que si uno sopla como que se siente una quemazón agradable en la piel.
Ahora,  debo aclarar que hace años la sola idea de meterme algo de plástico me producía el más rotundo rechazo, pero bueno, una va cambiando con los años y la necesidad tiene cara de hereje, para qué vamos a andar con cosas.

Tras la llegada de Little Paul pude confirmar que todo lo que se dicen de los vibradores, es cierto. No es exagerado ni tampoco es un mito, efectivamente son estimulantes.

Luego, vinieron los famosos dilatadores anales (sí, tienen un nombre horrible, incluso al escribirlos me imagino de inmediato un elemento de tortura con púas), pero no. Vienen en tamaños también bonitos y colores nice como morado, no asustan y ¿saben? Son bastante estimulantes también para usarlos en pareja. Son un complemento al deseo, a la lujuria…. ¡en serio! Y no duelen, salvo, que el otro sea un bruto, obvio.

Supongo que hay gente que debe oponerse al uso de este tipo de juguetes a solas o en pareja. Debe haber incluso hombres que se sienten agredidos y amenazados con un pico vibrador en la cama. O sea, ¡no! Pero creo que hay tomarlo como un jugueteo, incluso es posible encontrar hoy en el mercado un simpático patito vibrador que sirve para usarlo bajo el agua. Esto es como para pasar más piola.

Ahora sí quiero aclarar que no hay como el contacto real, no hay como un cuerpo real y una piel real. Eso no lo cambiaría por nada del mundo.

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