viernes, 6 de mayo de 2011

Hace exactamente una semana….


Todo estaba patas para arriba. De hecho, hace una semana me dieron la PLR de la peor forma que pudieron haberlo hecho. Hace una semana estaba muy confundida y profundamente angustiada y triste.

Hace una semana pensé que se había acabado mi relación con M en todo el sentido de la palabra. Y lloré y me enojé y estuve pésimo.

¿Y hoy cómo estoy? Mucho más tranquila y con más claridad de mente y corazón. Aunque debo admitir que hoy amanecí con un nudo molesto en mi garganta, muy propia de la pre angustia. Lo bueno es que el lunes tengo terapia, así es que hay una buena chance a que pueda detener que esto vaya a agrandarse o salirse de control.

Debo admitir que igual me preocupa esta sensación que tengo. Porque de pronto, si bien hoy tengo mi plan de ir a ver a Julieta Venegas al Teatro Caupolicán, como que por mí me quedaría en casa y no iría a ninguna parte. Me da latita y frío y sé que también es porque me cuesta un mundo hacer cosas sola, por y para mí. Quizás eso no lo voy a poder hacer de un día para otro, tomará más tiempo de lo que pensaba…

Pucha, ahora me bajó toda la nostalgia post semana traumática… no puede ser que una semana se me esté cayendo el mundo en mi cabeza, y a la otra, todo esté bien. Necesito un poquito de estabilidad mental y del corazón y bueno… en eso estoy. Ha sido una semana tranquila y ciertamente feliz, pero hoy como que no sé, amanecí un poco tristona.

En verdad como que me volvió un poquito la pena de la semana pasada, cuando subiendo al ascensor, se me ocurrió ver la hora en mi celular y me encontré con ese mensaje de texto nefasto y doloroso. Será que me pasa porque fue en un día como hoy…. Hay una parte de mí que está bastante arrepentida de todo lo que siguió a mis mojitos tristes y me pongo más triste y me asusto cuando pienso que si no hubiese sido porque él fue sensato todo se hubiese ido al carajo, yo hubiese mandado todo al carajo. Y aún me acuerdo de esta imagen mía simbólica, caminando e incendiándose todo a mi paso…. Todo destruyéndose mientras sigo caminando sin titubear. Esa soy yo en esos momentos…. Esos momentos en que puedo cometer muchos (demasiados) errores.

Me da pena eso. Me da pena aún pensar que yo estaba dispuesta a incendiarlo todo, por un ardid, por un dolor, porque no tenía lo que quería y cómo yo lo quería, o eso, al menos pensaba en ese momento, porque aún más lamentable es ahora darme cuenta que sí lo tenía… y que yo estaba pisoteándolo.

Mmmmm, supongo que en días como hoy me siento como la foto de esta entrada, como algo ajeno y solo en un contexto nada que ver. No tengo porqué estar ahí, pero ahí estoy.

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