viernes, 27 de mayo de 2011

A dos días de distancia de mi cumpleaños


El domingo cumplo 31 años (paso el dato jajaja). No, pero hablando más en serio, estando, tal como dice el título, a 2 días de esta fecha tan personal, tengo algunas acotaciones de lo que ha sido mi arribo a la década de los 30.

Ha sido un viaje memorable y que lo ha cambiado todo. No sé si será porque coincidió con mis transformaciones y crisis personales o porque efectivamente esta edad de pronto te hace cambiar. No lo sé, es como preguntarse qué vino primero el huevo o la gallina, pero sólo sé que los 30 años han sido decidores, por lo menos para mí.

Y tanto cambio no tiene nada que ver con estas crisis medias ridículas estilo “oh, tengo 30 años y se me va a ir el tren” o “oh, tengo 30 años y no tengo nada”. No, creo que ese es un complejo que no tengo, sino que tiene que ver con otras etapas, con tomarse ciertas cosas de la vida con más humor y otras con más seriedad. Lo que quizás a los 20 años resultaba vital, hoy parece ser un mero detalle, y lo que antes era prescindible, hoy pareciera que cobra mucha fuerza.

Y pasa con el amor, con las relaciones con el mundo, con la familia, con el trabajo, con el sexo, con todo.

Adportas de cumplir 31 años, puedo decir con propiedad que hoy me gusta mi vida y me gusta mucho quienes hoy forman parte de mi núcleo vital, la gente importante, los VIP, la gente con la que cuento en las buenas y en las malas. Me gusta como soy hoy, y bueno, cierto, puedo estar hecha un desastre a veces, pero al final del día, entro en razón y hago lo que tengo que hacer.

Quizás porque se viene mi cumpleaños o porque simplemente andaba cerca, ayer me di una vuelta por la que fue mi Universidad. Procuré hacer el mismo recorrido que hacía para llegar hasta allá todas las mañanas. Y mientras caminaba escuchando mi MP3 podía casi verme desde afuera, como antaño, con mi pelo crespo más largo y oscuro, mucho más flaca, con mi ropita de color, muy combinada, mi mochila ploma colgando de un hombro y escuchando mi personal stereo (sí, se me cayó el casette jajjaa).

Esa niña que iba a la U, tan aplicada y matea, tan ordenadita, existe sólo en parte hoy. Y no sólo lo digo por los cambios físicos y de look, sino que por las transformaciones que dan los años, todas las experiencias acumuladas, los sueños realizados y frustrados, las personas amadas y perdidas.

Al encontrarme con mi Universidad, hoy mucho más moderna y grande, sentí cierta nostalgia por aquella época en que prácticamente todo era novedad, donde tenía el corazón un poco menos dañado, donde todo era principio. Sin embargo, me dio algo de alivio el entender que hoy soy mucho más sabia que aquél entonces, hoy amo mucho más y soy capaz de dar mucho más, aún cuando siento a ratos que aún me cuesta.

Por otro lado me pongo a pensar en cómo cambia la vida de un año a otro. Al cumplir 30 yo estaba con la idea de irme a Los Vilos a poner mi tienda de ropa, estaba aún con J… mi vida era mucho más triste, jamás pensé que iba a estar donde estoy hoy, ¡jamás! Totalmente impensando y mucho menos que iba estar con M, eso sí que es cosa del destino.

Cuento aparte, anoche mi amiga P me sacó el tarot y como siempre, me habló solito del amor. Esta vez apareció que yo en estos momentos estaba en un proceso importante donde esperaba, si bien algo ilusionada, también triste. Como que si de pronto mi mente era la que me jugaba en contra por cuestionarme. Que el consejo era dejarme ir, entregarme y dejar de pensar tanto. Que se venía una nueva transformación ¡otro cambio más!

Y que el final de ese camino iba a ser, todo lo que yo he podido cosechar, que si cosechaba sólo cosas mentales y de cálculo, eso iba a tener, pero si cosechaba entrega y amor, eso era lo que iba a obtener. Que la sanación de mis heridas y miedos, estaban ahí, en la entrega. Supongo que en eso estoy… y en eso estaré por mucho tiempo jajajja.

A todo esto, la ruta de mi cumpleaños de este año es distinta que la de años anteriores donde optaba por una celebración organizada. Esta vez, las cosas salieron solas y parto los festejos el sábado, esa onda. Lo que me encanta es saber que estaré con los más vitales y eso como que me pone alegre el corazón. A mis 31 años ya no necesito tanto ruido, hoy necesito cariño y paz.

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