lunes, 2 de mayo de 2011

Mi huevo rosado (yo me entiendo, después les explico)


Este fin de semana hubo de todo, una especie de Melrose Place chilensis, pasión, tristeza, dolor, nostalgia, reconciliación, revelaciones jajajajajajaa. Realmente amo el drama al parecer.

El viernes me dieron la PLR, así es, tal cual y por mensaje de texto más encima. Cuando vi el mensaje creo que se me cortó la respiración y casi me morí, casi me morí primero de rabia y luego de pena.

No podía creerlo! En un inicio, luego lo entendí y luego me bajó un dolor tremendo. Lo llamé y nada, le mandé mensajes furiosos y luego amorosos y nada. Y ahí me quedé para adentro y confundida. Esa noche y el sábado fueron tremendos. De mucho pensar en él, en nuestras cosas, en lo que hubo, en lo que no hubo, en cómo estaba para el pico y no por miedo a estar sola, sino porque él ya no estaba… tremendo.

El sábado me levanté a patadas, no quería hacer nada, no quería ver a nadie, pero me hizo de ánimo y fui donde mis papás, tal como había pactado y, aunque parezca increíble, me animé y le conté Paris, sí, mi madre, lo de M, claro entre sollozos, pero se lo conté, nuestra historia y cómo fue, cómo me sentia… sólo le pedí que no hubiese sermones ¡plis! Y lo cumplió.

Mi amiga P, jugó un papel tan importante, ella estuvo todo el tiempo conmigo, durmió conmigo y me escuchó hasta la saciedad y me abrazó, sin ella creo que me hubiese muerto.

El tema es que el sábado cuando volví de donde mis papás y estaba sola con Marley en casa, se me ocurrió sentarme en el sillón, así de onda. Y al sentarme se me vino como una avalancha de recuerdos lindos. Fue como rarísimo y fue ahí que decidí pararme para buscar el diario de vida (sí, mantengo uno desde que tengo 12 años, imagínense cuántos tengo) donde aparecía la etapa inicial, esa donde tomamos la decisión de probar cómo nos iba.

Y ahí casi se me cayó el pelo. Me encontré con cosas que no recordaba y que no tengo idea cómo me pude olvidarme de todo eso. Cosas como que él fue el primero en decir que lo de nosotros no era solo sexo, ante mi sorpresa, los detalles de nuestra primera vez, mi torpeza y su ternura, cuando me tomó de la mano en público por primera vez y mi soponcio, de nuestras largas conversaciones, de cuando me dijo “encontrarme contigo ha cambiado mi vida”…. ¿qué pasó con todo eso? me pregunté.

Y de ahí fue empeorando la cosa mis pensamientos eran ¿en qué mierda estaba cuándo el propuse el Plan B?, ¿cómo pude pensar que lo de nosotros podía ser solo sexo si no lo fue nunca? Ahí me di cuenta de que lo hice de enojada, de herida, de vanidosa, de enrabiada, de confundida…. Ahí en ese preciso momento me di cuenta que la había cagado tremendamente y que pudo ser aún peor.

Releyendo esos pasajes sin filtro me fui dando cuenta cómo mis sentimientos hacia él fueron intensificándose, y a la vez cómo me fui aterrando, cómo me fue dando miedo y cómo fui presionando. Sí, presionando porque se me metió en la cabeza que yo quería que fuéramos lo que según mi parecer, necesitaba. Nuevamente tropezaba con la misma fucking piedra de eso de andar teniendo una relación absorbente, esa donde yo requiero que me necesiten y que requiero de atención peor que un recién nacido….. No me di cuenta hasta ese entonces que estaba haciendo lo mismo….

El domingo me sentí triste, pero un poquito más aliviada porque ahora tenía la película más clara. Se lo conté a mi amiga P y ahí me dijo que esto me servía como lección de vida. Toda la razón, pero cómo dolía el que lo haya tenido que aprender a patadas…
Y ahí le comenté que necesitaba decirle todo esto a él, debía saberlo….. pensé por mail.

Pero después de almuerzo algo se apoderó de mí y dije “otro mail más… ¿y si lo voy a ver?”…. después de pensarlo poquito, después de fumarme 10 cigarros y que me temblaran hasta las rodillas, fui a pedirle la opinión de P y me dijo ‘si sientes que tienes que hacerlo, hazlo”, así es que pesqué mis cosas y partí para allá.

A la nada…. Ni siquiera tenía un discurso preparado, nada. Como soy tan desorientada, ni siquiera me acordaba bien cómo llegar o el número del departamento (siempre me pasa a buscar en auto) podía ser todo para peor, podía no estar, podía no querer verme, podía ser tanta cosa…. Y eso pensaba en el metro y me daban ganas de bajarme en todas las estaciones jajaja que me parecieron eternas. Pero no me bajé y caminé por la calle con el corazón acelerado al ritmo de la canción “Rolling in the deep” a todo chancho en mi MP3. Cagá de susto, obvio.

Llegué a su edificio y tuve que preguntar por él y lo llamaron por citófono. Esa llamada para mí fue eterna…. Porque no contestó altiro, pero ¡contestó! Y ahí casi me morí cuando el conserje le dijo mi nombre…. Todo duró menos de 1 minuto, pero fue muy largo para mí…. Y dijo que subiera no más!!! Ahí también casi me morí.

Y subí con el corazón acelerado sin saber qué puta decir. Al llegar abrió la puerta altiro y lo único decente que pude decir fue “emmm, perdona, vine así no más…. Es que tenia que hablar contigo….”.

Esa frase tonta y nerviosa fue el principio de todo lo lindo que vino después. Lo inesperado, porque yo iba con cero expectativa. Le hablé con el corazón, le dije lo que me pasaba, que sabía ahora que me quería, que le importaba, que no sabía porqué había dudado tanto, que no sabía en qué minuto comenzó para mí a ser más fuerte o más importante lo que éramos o lo que no, para dónde íbamos, más que lo bonito que teníamos, las risas, el pasarlo bien…. El querer…. El cariño.

Él estaba visiblemente triste. Y me dijo que me extrañaba, que pensaba que iba a estar mejor, pero que no lo estaba, se sentía triste, mal…. Me habló de sus aprensiones futurísticas que jamás antes me había mencionado, de que se auto presionaba para darme en el gusto…. Y que me quería y que le importaba….

Y nos abrazamos mucho. Volver a abrazarlo fue, como haber encontrado algo que había perdido, como haber encontrado algo que andaba buscando hace tanto tiempo, fue como haber encontrado un tesoro maravilloso. Y en medio del primer abrazo me dijo “necesitaba que tú hicieras algo así”…. Ahí me sentí feliz.

Así estuvimos el resto de la tarde. Abrazándonos, haciéndonos cariño, besándonos y diciéndonos cosas lindas, mezcladas con algunas hot.. obvio. La guinda la torta cuando le pregunté directamente: “¿Crees realmente que lo de nosotros se acabó definitivamente?”…. él me dijo que no y que al contrario, quería darle una nueva oportunidad “quiero que lo de nosotros funcione”. Me dijo, y yo, con una sonrisa, le dije “Ok”.

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