jueves, 2 de septiembre de 2010

La versión jamás contada de “Friends”


Era entretenida esa serie, yo no era grupy, como muchos que se memorizaban capítulos enteros, pero la veía de cuando en cuando y me hacía reír.

Para los que quizás viven en otro planeta, les recuerdo que el grupo de amigos televisivos compartían casi todo el día juntos, tanto que algunos trascendieron en su relación de amistad y terminaron enamorados, emparejados y casados. Súper lindo, pero en la vida real, no suele pasar esto.

Llámenme cuadrada, rígida, como quieran, pero cuando convierto a un hombre en amigo (uno de verdad y no uno encubierto de algo más) éste se transforma en prácticamente un hermano, por lo que la sola idea de pensar en él de manera romántica o sexual me parece casi incestuoso.

Quizás por lo mismo, a lo largo de mi vida, me ha costado encontrar amistades masculinas. Porque en mi experiencia, ellos se enrollan tanto o más que nosotras.

Mi más reciente vivencia fue con M, un amigo con el cual, por cosas del destino, me reencontré hace poco. Nos reconocimos, comenzamos a salir de nuevo, a hablar y yo sinceramente lo pasaba chancho. Nada de afán de conquista, nada de hacerse la linda, nada de coqueteos, ¡un relajo!

Pero…. Esa es sólo mi versión, porque un día cualquiera, M, me confesó que me veía como algo mucho más que una amiga, que le atraía y todas esas cosas que uno dice para ver en qué terreno se pisa.

Y les digo, era un terreno movedizo. Quizás soy ingenua, pero no lo vi venir y si es que en algún punto tuve mis sospechas, concluí que hay cosas que no se dicen para no arruinar algo mucho más potente como una amistad. ¡Error!

A diferencia de la serie, yo no le dije “¡yo también siento lo mismo!” y tampoco terminamos casados. Le dije la cruda y santa verdad, que él sólo me gustaba como amigo y que curiosamente lo quería demasiado como para convertirlo en algo más. Irónico, lo sé.

Con el paso de los días, intenté visualizarlo como él me veía a mí. Pero nada. De ahí fue revelándome otros detalles como que esto venía del tiempo de la prehistoria, incluso antes que yo me casara. Y ahí fui atando cabos, de sus constantes y misteriosas desapariciones.

Estuve dispuesta a hacer como que no me había dicho nada, pero él parece que ya estaba demasiado enrollado como para eso, así es que fin de la amistad y bienvenida nueva desaparición.

Ahora, tengo sentimientos encontrados, porque si bien por un lado, siempre es un halago que alguien sienta “cosas” por uno, pero por otro, me siento algo ofendida, ya que ¿debería concluir que él sólo me hablaba o salía conmigo por la esperanza de que yo terminara en su cama? Qué lata.

Supongo que así como hay mujeres que no saben ser amigas de un hombre, hay representantes del mundo masculino que confunden señales de buena onda y complicidad con un “quiero contigo”.

Y todo es muy loco, porque yo a la vez, estoy empecinada en sentir sólo “amistad” por el hombre que aún amo. Insisto, todo es un gran enredo. Igual, aunque el reencuentro con M, duró menos que un candy, no me arrepiento de nada, ojalá él piense lo mismo.

2 comentarios:

Univocidad dijo...

Mi placer culpable... jejeje, pero tengo que decir que la serie que me marco fue Dawson's Creek, tenía hasta los soundtrack.

vaya historia eh! creo que a todos nos ha pasado algo similar, me lo dice a mí que hubo un tiempo donde todo era confusión, después que me asumí o mejor dicho salí del closet fue un caos entre amigos que se declararon, contarle a mi familia, asegurarles a mis amigas que no eran mi tipo... jaja que recuerdos aquellos y todo esto fue a los 30, es una larga y entretenida historia que algún día te la contare, si estas interesada claro!.

Saludos!

Alos30 dijo...

Me mataste con el dato de Dawson's Creek jajaaj, hasta el día de hoy rallo la papa con la serie y... los soundtracks. Respecto a la historia q me cuentas, me parece súper interesante, amo las buenas historias y feliz que me la cuentes.

Saludos y gracias por tu post!