lunes, 6 de septiembre de 2010

Sexo sentido



Hace unos días mi amiga P me recomendó la película “Amante a domicilio”, por el sólo hecho que en ella se podía ver al guapo Ashton Kutcher (ahora odio un poco a Demi Moore) tirando de todas las formas imaginables y con sus tonificados glúteos casi en primer plano.

Y yo, como soy obediente, la arrendé ayer para ver si era tanta la maravilla y la verdad es que sí, lo era. A mí no me gustan mucho los veinteañeros – suelen tener gusto a leche – pero es tan sensual Ashton que a una se le olvida la edad del lolo.

En fin. Tanta escena hot me hizo pensar acerca del nuevo apronte que tendrá mi vida sexual ahora que soy soltera y que no tengo compromisos, bueno, por lo menos en la teoría.

Pensando en cómo quiero que sea hoy mi vida sexual, casi como respuesta reflejo, digo que quiero a un hombre al estilo Ashton, ganoso, insaciable, incansable y bien dotado. Pero de pronto, no sé si será la edad o la experiencia o qué, me veo forzada a agregar una serie de requisitos mucho más profundos al tema, porque lo otro ya no me es suficiente.

Quizás varios me encuentren una latera, pero con la mano en el corazón, me da una lata feroz tirar por tirar con algún fulanito que quizás nunca más vuelva a ver. Tengo cero interés de llenarme de polvos sin alma y sin sentimiento. Y bueno, quienes conocen mi historia personal, entienden que esto viene después de un largo tiempo ocultándome en la sensación de “no sentir”. Pero ya no quiero esconderme más.

Por el contrario, ahora sí quiero sentir y no estoy hablando de orgasmos o de buen sexo, estoy hablando de sentir que uno está haciendo el amor, aunque suene cliché, sentir que estoy compenetrada con una persona más allá de lo físico y de lo obvio. Sentir complicidad, y sentir verdadera intimidad. Sí, esa intimidad que tanto me ha aterrado.

Siendo brutalmente sincera, me daría una risa incontenible encontrarme de nuevo con personajes que disfrutaban del estilo “azótame”. Ja, como una dama no tiene memoria, no voy a dar nombres, pero jamás se me ha va a olvidar uno que le gustaba, en medio del acto, dar anuncios del tipo “aquí viene el cocodrilo”.

Supongo que lo quiero decir es que me gustaría en un futuro toparme con un hombre que no tenga problemas de intimidad, que no lo piense dos veces antes de dar un abrazo o un beso bien dado, que no dude al momento de entregar tanto fuera como dentro de la cama, que sea generoso y que escuche ¿Será mucho pedir?

3 comentarios:

Univocidad dijo...

En algunos parajes de tu escrito me has dejado pensando y en otros me has sacado carcajadas, me encanta esa forma tan tuya de expresión que si bien es clara y precisa no deja de ser picara. jejeje

ah!! no creo que sea mucho pedir... a nuestra edad queremos algo más que una cara bonita y un cuerpo perfecto.

Un abrazo.

Alos30 dijo...

¡Amén! jajaja gracias, eres siempre bienvenida.

RED dijo...

"Tengo cero interés de llenarme de polvos sin alma y sin sentimiento."

Qué frase!!