jueves, 23 de septiembre de 2010

¡¡¡¡¡¡¡Hasta cuándo!!!!!!!!!!!!!!!


Iba a escribir hoy de otra cosa, pero el tema del rodeo lo tengo atravesado en la garganta hace varios días.

Ayer cuando vi la noticia de los huasos que “lacearon” a una joven que protestaba en pleno rodea en contra de este “deporte” o “tradición” bestial o como quieran llamarlo, me dieron ganas de salir gritando.

Claro, ellos se defienden diciendo que se vieron en la obligación de llegar a esos extremos, porque creyeron que era la mejor forma de sacar a la joven de la medialuna. Pero yo tengo otra teoría, una que vengo cultivando respecto a todas aquellas personas que agreden, abusan y matan animales sólo por el gusto de hacerlo.

Pienso que quien es capaz de hacer esto con un ser indefenso, como lo es un animal, fácilmente lo puede hacer con su propia especie. Estoy segura que a esos huasos no les dio ni nervio lacear a una mujer, tal cual lo hacen con los novillos.

Y más rabia me da aún cuando lamentablemente me toca escuchar en la tele a los que defienden esta “tradición” argumentando que si esos animales no estuvieran ahí para el rodeo, lo más probable es que terminarían en el matadero.

¿Debo entender que ellos están haciendo un acto de caridad al torturarlos? Porque, hey, yo he visto rodeos en vivo y en directo, y créanme que no les hacen precisamente cariño a los animales y estos no salen felices, sino que magullados, heridos y a veces hasta de manera mortal, el resto, probablemente igual llega molido al matadero.

Siento la misma rabia cuando escucho a los españoles defender con uñas y dientes sus famosas corridas de toros. Me parece vomitivo que gente vaya a mirar cómo un ser humano tortura y asesina un animal que no tiene ninguna chance de sobrevivir.

A la pelea de gallos también le denominaban “tradición”, gracias a Dios que por lo menos esa ya está prohibida, por lo que no pierdo las esperanzas que un día todos nos demos cuenta que los animales, desde el más pequeño hasta el más grande y feroz son seres vivientes, no son sillas ni muebles. Ellos sufren, pasan hambre, y fíjense que cuando se les pega una patada ¡les duele!!!!

Me da la misma impotencia con los circos que tienen a animales haciendo piruetas o bailecitos raros. Bien ya sabemos que los dueños de estos espectáculos sólo lucran con ellos, y algunos más despreciables, les pegan y no les dan de comer. Y nadie hace nada...

Sé que en otras partes del mundo hay harta conciencia de esto, pero en Chile, no mucha. Y voy a denunciar acá, algo que ya denuncié hace unos días. En pleno 18 fui a la Fonda Inés de Suárez, esa bien pitutiquita y por cierto, latera.

Estaba haciendo una fila para sacar un “tiquet” para comprar anticuchos, porque así se estila ahí, cuando de pronto, veo cómo un guardia de seguridad, de esos con chaqueta amarilla fosforescente comienza a corretear a un perro vagabundo para que se vaya del parque.

El perro enfurecido le muestró los dientes, obvio, y el sujeto, ante mi estupor y del resto de los que estaban ahí, va, sacó una especie de luma con electricidad y se lo colocó al perro que lanzó un grito desgarrador de dolor y salió arrancando.

Yo, le grité “¡oye, cómo se te ocurre hacer eso!”, y él me salió con que ese perro había mordido una niña, curiosamente el mismo sujeto hacía una hora antes me había dicho lo mismo de otro perro vago cuando J le dio un pedazo de pan “No le des porque mordió a una niña”, nos retó el sujeto.

Y ahí me quedé magullando improperios en contra del sujeto, con tanta impotencia, que lo denuncié a una persona que estaba ahí preguntando nuestra opinión sobre la fonda.

Pero pensé algo que mantengo para todos nuestros amigos animales. “Estoy segura que el perro va a volver a entrar porque es más inteligente que este tipo”. Horas más tarde vi al mismo can, moviendo la cola en el parque, sentí hasta alegría.

Cuando sé de casos como este o del rodea, me da vergüenza saber que soy de la especie humana. Y creo que no estoy sola en esto. De hecho la foto que coloqué para ilustrar esta entrada es de una usuaria furibunda llamada Viviana Torres que escribió a una página especializada en reclamos argumentando sobre la bestialidad del rodeo. Una imagen, vale más que mil palabras.

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