jueves, 9 de septiembre de 2010

Como una rock star


Ayer a la hora del happy hour me junté con mi amigo N. Nos conocemos desde hace varios años y por asuntos del destino enganchamos en esta cosa de la amistad y de la buena onda.

Con varias copas de más, lo escuché maravillada hablar acerca de sus múltiples viajes que ha podido solventar gracias a sus variopintos pitutos periodísticos.

Me contó sobre su viaje a lo divo a Nueva York, a Miami. O la vez que se fue a Cartagena de Indias. Y me dijo “un día podríamos viajar juntos, sería entretenido”. Ahí, como que se abrió una caja de Pandora.

Tengo 30 años y nunca he viajado con amigos. O sea, tengo algunas millas en mi cuerpo, pero siempre que he viajado o fue con Paris y Frank, o fue con mi pareja de turno. Y de pronto, en sólo segundos me lo imaginé, yo, guatita al sol, caipiriña en mano, soltera ¡qué rico!

Así es que una de mis próximas metas cuando tenga un sueldo digno, será viajar. Por lo pronto, y por esas cosas absurdas de la vida, nunca me había enterado que a mi amigo de los viajes amaba bailar, así es que pusimos una fecha a nuestra cita de dancing.

Mi amigo N, vive la vida como un divo, como un rock star. El no aguanta trabajar por dos pesos, porque sabe que es bueno en lo que hace, se va de los lugares que le aburren y no duda en negarse en trabajar en lo que podría considerarse un mega medio de comunicación, por menos plata de lo que se hace como freelance. ¡Idolo!

Supongo que en eso nos parecemos bastante.

No hay comentarios: