miércoles, 8 de septiembre de 2010

Conviviendo con mi ex


Em, hay algo que no les he contado. Por lo demás sólo tres amigos muy queridos están al tanto mi actual, y por lo bajo, curiosa situación.

Yo, convivo con mi ex. Sí, vivo en la misma casa, dormimos en la misma cama (tamaño king, para que quede claro), pagamos las cuentas a medias, a la noche nos contamos cómo estuvo nuestro día, a veces nos reímos, a veces nos enojamos y eso sería, hasta el día siguiente.

Supongo que las circunstancias han hecho que el asunto haya resultado así, puesto que cuando volvimos a convivir – hace tres años lo intentamos por 11 meses, pero con desastrosos resultados – aún éramos, o, por lo menos así lo pensábamos, pareja.

En medio del camino, y tras darme el último golpe contra esa maldita pared que generalmente separa a las personas, decidí dar por terminada la relación. Sin embargo, por cuestiones monetarias temporales, aún no nos hemos podido separar en cuanto a convivencia, pero eso cambiará cuando… ¡na! No voy a decir cuando para que no se fune.

Ya sé que muchos ya estarán pensando que es lo más extraño que hayan escuchado/ leído o que es poco saludable. A decir verdad, creo que son ambas cosas, pero por otro lado no me extraña ¡para nada! De hecho, siempre he hecho las cosas a mi pinta, con mis propias reglas y lo más importante, con mis tiempos. A veces he acertado y otras, me he equivocado, ese es el riesgo y yo los tomo, feliz.

Sé que al final del día somos muy buenos amigos. Y claro, hay días en que no lo puedo ni ver, y otros en que me da la nostalgia, que dicho sea de paso, es sacudida de manera rápida al recordar por qué terminé la relación.

Y no estoy para nada alargando o estirando el tan llamado chicle, ya que ¡sorpresa! Hace rato que ya lo estiré y no pasó nada. Tan “terminados” estamos que incluso, con mucha madurez, hemos hablado que cada uno puede hacer de su vida lo que se le antoje. En todo caso, por mi parte, voy a esperar a que nos separemos físicamente antes de si quiera pensar en tener algo con alguien, es por una cosa de respeto a lo que alguna vez fuimos.

No puedo dejar de acordarme de esta película ultra melosa “Tienes un e- mail” con Tom Hanks y Meg Ryan. Hay una escena en que ésta última le dice a su novio- con quien convivía y se llevaba la raja, pero que no amaba – que la relación con él debía terminar. Su novio le pregunta si es que hay alguien más en su vida y ella le responde: “No, pero está el sueño de alguien más”.

Cuando saboreé esa maravillosa frase en mi mente, me di cuenta que nuestra historia como pareja había concluido. Y lo que pondré a continuación sí que es freak. Sé que él aún me ama, pero como diría mi amiga P “a su manera” y es curioso que yo lo diga, pero su “manera” de amarme hoy ya no me es suficiente, hoy ¡lo quiero todo! Y… quizás un poquito más.

3 comentarios:

Univocidad dijo...

... me he reído mucho con tu post, desde el titulo la imagen ...todo!...me has hecho recordar mi historia que algún día si me lo permites te contare junto a una taza de café.

me gustan esas relaciones extrañas que a veces por las circunstancias se van a acomodando. Genial!

Cariños

Alos30 dijo...

Vaya.. creo que debes ser una de las pocas personas que no ha tildado mi historia y mi decisión de freak :) Encantada de escuchar tus historias.
Saludos y gracias por tus posts!

Univocidad dijo...

Freak!!...naaa! ... te puedo decir algo? así entre nos, es más común de lo que piensas, tan solo es algo que no se comenta muy a menudo por el qué dirán. yo vivo algo parecido. y me gusta!, no quiero que cambien las cosas.

Un abrazo Amiga!