viernes, 15 de julio de 2011

Aumenta el amor ¿baja el sexo?


Ok, lo reconozco soy una traumada en estas lides. Pero, ¿qué quieren? Si siempre me ha pasado que cuando la cosa se empiece a poner romanticona y seria (más lo último que lo primero) el sexo comienza a despedirse.

Y como siempre me ha pasado y juré al viento, cual Scarlett O’ Hara, que nunca más me pasaría, como que se me erizan los pelos a la menor sospecha que eso podría estarse dando o que podría pasar a la larga. Y me enrollo, lo reconozco.

No ayuda tampoco el escuchar las historias y experiencias de otros que han estado emparejados durante algunos años o que ya están conviviendo. Sus escuálidas frecuencias sexuales comienzan a darme una picazón el en cuello, una reacción muy personal que tengo cada vez que me enfrento a temas que me sofocan y dan pánico.

Y pienso trágicamente “yo no quiero que me pase eso, pero… si a todo el mundo le pasa ¿qué de especial tendría que tener yo para que no ocurra?” y ahí me enrollo en una serie de dudas y cuestionamientos que no tienen final.

Ahora, creo que todo va en encontrar ese puto equilibrio que tanto cuesta encontrar. Porque hace no sé… unos dos meses o quizás un poco más, mi preocupación iba dirigida a todo lo contrario. Sentía que con M lo único que nos movía o motivaba era el sexo y que nos costaba mucho salir de la cama. Incluso había que hacer esfuerzos por entretenernos con otras cosas…

Lentamente creo y siento que eso ha ido cambiando. Lo que implicó para mí una alegría y un alivio en algún punto. Onda, bakán, somos realmente pareja y no amiguitos que se quieren y tiran. Pero de pronto, si bien el sexo sigue siendo bueno y abundante, hoy es más “normal” jajajaj, por así decirlo.

Ya no tiramos 10 horas seguidas. Hoy podemos estar en camita 10 horas, pero de ese tiempo serán 3 de sexo y el resto de conversación y caricias… ¡hasta dormimos! Algo que nunca pensé poder lograr estando en la misma cama con él.

Si, me gusta, pero me da miedo también. La otra vez me lo explicó del siguiente modo “sentimos la necesidad de hacer espacio para otras cosas como el regaloneo”. Lindo, tierno, sí, pero estoy atenta (quizás demasiado) a que todo eso no se vaya a devorar a la lujuria, al sexo salvaje, a la novedad, las ganas de hacer cosas distintas y probar cosas nuevas….

Lo otro que pasaba antes era que nuestras conversaciones diarias ya sea por MSN o por teléfono generalmente eran 80% eróticas y 20% de cosas cotidianas. Ahora son 95% de cosas diarias y si no es que el 100%... muy poco espacio (o nada) le quedan a las cochinadas que nos decíamos antes. Mmmmm a veces extraño un poco eso. Tampoco es como si no pudiese vivir sin ello, y tampoco es como si quisiese que sólo hubiese eso, pero no sé…

No veo mucho el sentido de andar poniéndose exclusivamente tiernos sólo porque ahora somos pareja. Ay no sé, el tema me confunde. Tal vez lo converse con él en buena, seguramente dirá que estoy enrollándome sola y terminemos tirando jajaajaj.

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