La vida siempre se encarga de ponerte
en tu lugar y siempre se encarga de hacer que todo confabule para que
llegues a donde te está destinado. Por eso uno debe sentir que siempre
donde uno está es el lugar indicado, por algo uno está ahí, a esa edad y con
esas personas. Nada es al azar jamás.

Ahora, por ejemplo, siento por
primera vez que la rabia acumulada durante 1 año ya no me sirve de nada, como que
me estorba más que me aporta. Antes, esa rabia fue motor, movilidad, fue
creación de nuevas ideas y teorías. Hoy no es más que un montón de sentimientos
vetustos con olor a naftalina acumulados en un rincón, llenos de polvo.
Mi vida ha tenido también movilidad
en otros sentidos creativos. Mi cabeza está llena de ideas, historias, de cosas
que quiero hacer, de viajes que quiero emprender en fin… siento que se acabó.el
odio parido, la rabia amarga, el rencor y el sentimiento de injusticia. Así
suelen ser mis procesos, los míos no acaban porque otros me dicen que está mal
o porque otros intentan sacarme de un lugar o alejarme de una persona, acaban
cuando mi naturaleza indica “ya basta”, y siempre lo dice, yo jamás me quedo
pegada para siempre. Me demoro, a veces, pero siempre doy vuelta la página y
sí, perdono, siempre perdono.
Me siento mucho más grande en este
nuevo ciclo. Tengo más conciencia de mis dolencias, de mis dolores, de mis
defectos, de mis miserias, de mi lado oscuro. En el ciclo que se acaba bailé harto
con mi sombra, miré fijamente a los ojos de la parte más macabra que tengo y
que creo que todos tenemos. La diferencia con otros es que quizás yo sí me
atreví a aventurarme y ver qué hay debajo de esos escombros. Mugre, obvio, pero
ojo, hasta la mugre sirve para crecer y mejorar.
Si uno no conoce su lado más feo, su
lado más loco, su lado menos equilibrado, su lado más apasionado y desatado,
uno no se conoce bien. Uno se oculta, uno vive con miedo porque no vaya a ser
que te desates sin querer… pero ese es un viaje personal que yo quise tomar,
pero ya estamos Ok. Tengo bastante material.
Ahora, me gustaría en este nuevo
ciclo estar más asertiva y más creativa, también, dentro de lo posible, más
tranquila, pero no por eso menos intensa, pero ahora intensa en otros sentidos
en unos más productivos. Yo siempre he tenido una energía muy poderosa, que
destruye pero que también construye. Yo quiero ahora construir y ver qué me
depara la vida que a todo esto cada vez me gusta más. A veces se comporta como
una verdadera casquivana, es cierto, pero a veces también es una dulzura. No
puede ser sólo una todo el rato, tiene que ser de las dos formas.
Algo se viene en mi vida. Y siento
que mi historia se ha ido construyendo de tal forma para llegar a este momento
que está cerca. Todo lo que ha pasado y lo que no también está hilado de tal
forma para que yo llegue ahí, justo ahí. Justo ahí….
He descubierto o mejor dicho,
redescubierto mi pasión por las buenas historias ajenas y propias. Soy
realmente una coleccionista de historias, de amor, de tragedia, de desamor, de
locura, de cordura, de valentía, de cobardía…. Amo los buenos personajes. Esos
que te hacen pensar, esos que conviven con su lado oscuro, esos que desafían sus destinos. Me gusta la gente que vive y que no está viva solamente porque
respiran. Amo a esos personajes que se arriesgan, que se la juegan por una
verdad, por un sentimiento, por una premonición, por un amor, por una idea, por
una aventura, por sí mismos, por el resto…
Amo lo real con toda su amargura,
injusticia y oscuridad. Amo lo real con toda su luminosidad, amabilidad y
belleza. Amo bailar (sola o acompañada), amo cantar cuando estoy sola, amo reírme y la
gente que se ríe a carcajadas de sus desgracias, amo la amistad, amo a los
animales, amo escribir con todo mi cuerpo y corazón, amo a mi familia, a mis amigos, amo aprender y darme cuenta que
todos los días se aprende algo de la forma más inesperada. Amo el sexo salvaje y tierno, amo entregarme en ese espacio. Amo tantas cosas…
amo la vida, amo mi vida.
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