Note to myself 1 : Me acabo de
hacer un test que mide la edad mental. Y ¡adivinen! Resulta que tengo 24 años mentales claro, porque
realmente tengo 33. Esto viene a confirmar que estoy desfasada en el tiempo,
tal como lo he estado sintiendo e intuyendo hace rato. Y es curioso que calza casi
a la perfección: son 9 años de diferencia, bueno, yo me casé hace 9 años. Por
ende, estoy segura que a partir de esta decisión y las posteriores decisiones
de permanecer en pareja de manera aparentemente perpetua, hicieron que se
congelaran mis 20 y algo en el tiempo. He dicho varias veces que yo vivo y
siento como una mujer de 27… al parecer no estoy tan perdida en eso. Y si es
que siento y vivo como tal, seguramente me comporto como una veinteañera en
todo aspecto. Y hay algo en mí que de hecho disfruta con volver a esa edad…
Note tu myself 2: Va de la manito
del punto 1. Soy Chucky cuando no consigo lo que quiero o no me dan en el gusto,
cual niña mimada. Soy exigente con quienes me rodean, y para qué hablar cómo
soy con el ser humano que le toca ser mi pareja. Si bien el concepto de amor
que tengo hoy es mucho más sano que el que tenía hace años, aún falta darle
varias vuelta de tuerca. Me he dado cuenta que tiendo a colocar en el otro, la responsabilidad, no
sólo de hacerme feliz, sino que además de bancarse TODO sobre mi persona: miserias,
preocupaciones, problemas, enfermedades…. Porque sí, soy entregada, es cierto,
pero mi entrega es un mono con navaja. Yo te doy, pero ay de ti si no estás
cuando quiero y te necesito. Yo hace poco que di en el clavo con este aspecto
muy niña y egoísta de mí. Y estoy trabajando para convertirme en la primera en
saber cómo bancarme solita. Claro, necesito apoyo, un abrazo, cariño, pero debo
entender que el otro no tiene la responsabilidad de llevarme a lapa. Tengo
claro que una vez bien logrado esto, habrá que ponerlo en práctica, es
imposible pensar que con la teoría me basta, en la cancha se verán los gallos.
Note tu myself 3: Me he
reconocido como una mujer bakán. Mi primer impacto fue cuando otros externos
enumeraban mis gracias y virtudes y yo los quedaba mirando, como no entendiendo
lo que me estaban diciendo. Así que un día dije ¿cómo es posible que otros
tengan que advertirme sobre mis cosas buenas y yo no sea capaz de verlas?
Durante estos meses me he puesto de cabeza para fijarme en esos detalles que me
caracterizan y no sólo redondear en lo malo y en lo que tengo que mejorar. Y
digo sin falsa modestia que soy divertida, atractiva, simpática (cuando me
siento a gusto o me interesa serlo), inteligente, generosa (lo que más puedo),
tengo buen gusto para vestirme, confiable ( a la gente le encanta contarme sus
historias y desgracias), soy buena hija y en general buena persona, y me veo
linda en tacos. Ah! Y exitosa jajajaajja, soy un partidazo!
Note to myself 4: Aún cuando a
veces tiendo a ser media cerrada para conocer a personas nuevas, debo decir que
de a poquitito me he ido flexibilizando en eso. Este año la vida me regaló a
nuevas amigas, las que quiero y que sé que me quieren. Y lo mejor es que se
unieron a mis amigas y amigos de siempre. Dato curioso: no soy ni la mitad de
ermitaña que siempre he dicho ser. De hecho, salvo cuando estoy muy cansada, me
encanta salir, reírme, conocer lugares nuevos, platos ricos…
Note to myself 5: Soy una persona
particular y me encanta serlo. No llevo mi vida como la lleva la mayoría de la
gente. Y claramente no tengo las preocupaciones de una mujer de 33. No añoro la
casa propia, ni lloro por los hijos que aún no tengo y mucho menos me ando
probando vestidos de novia (ya tuve uno, gracias). No ando pensando en que me
quedaré sola, sólo acompañada de mis gatos. No me da miedo el amor, aún cuando
he sufrido por amor. Al contrario ¡me encanta el amor! Jejejee. Soy muy amiga
de J, mi ex, con el cual me conecta un gran gran amor, pero no de pareja,
sino que de hermandad, de amistad. Quizás en otra vida él fue mi hermano o algo
así.
No tengo problemas hoy tampoco en
decir y comentar que quiero a mi ex N, con quien espero poder cultivar algún día
un nivel de amistad. ¿Por qué no? “¡Ay yo no podría!”, me dicen muchos, pero,
yo nunca le he hallado sentido borrar del mapa a alguien que fue tan querido
por una, salvo que claro… te hayan hecho alguna chanchada o salvo que una se
haya mandado una cagada.
Y lo confieso, soy de esas
personas a la que le pasan cosas que nadie entiende y que reacciona de una
forma, no sé si calificarla de moderna, pero sí de poco común.
Note to myself 6: Mi mamá. Este
2013 debo decir que pasaron muchas cosas con mi mamá. Bueno, en realidad vienen
pasando desde finales del 2011 y 2012. Empezamos a ser amigas, ella dejó de
juzgarme tanto y aprendió a escucharme, a la vez yo dejé de juzgarla tanto y
aprendí a escucharla también. Nos hicimos muy cercanas, quizás aún más que cuando yo vivía en casa. Aún así, siempre lesa yo, trataba de mantener ciertas
distancias porque me ahogo a ratos. Luego, un día, la vi amarilla, me preocupé,
sentí una cosa mala en el estómago, lloré por adelantado, se hizo exámenes:
primero fue el hallazgo de un tumor en la vesícula, luego la operación y el
diagnóstico crudo: cáncer. Jamás olvidaré esa noche cuando mi papá me llamó
para contarme. Paseaba a Marley en el parque cuando recibí la llamada fatal. Me
tuve que parar, y lloré amargamente sin decir nada que aportara mientras mi
papá, seguramente consciente de mi miedo, me hablaba tranquilo y sin ponerle
color a nada. Esa noche de junio mi vida cambió y para siempre. Nunca más volví
a ver las cosas cómo las veía hasta ese día, y creo que nunca había sentido
tanto dolor. Recuerdo que llegué gateando a mi departamento para contarle a F…
y lloré, lloré y lloré, no había consuelo y todo lo sentía y veía como una injusticia tremenda. A
6 meses de esa tragedia, puedo decir que mi mamá está bien. Tras la operación ya
no se detecta cáncer, ella decidió no hacerse quimio, pero sí hacerse terapias
naturales. Cuándo me preguntan cómo está ella, siempre respondo lo mismo: “está
mejor que tú y yo juntos”, porque es cierto, mi mamá es una luchadora. Y de
ella aprendo. Nunca la he visto llorar. Nunca la he visto quejarse. Nunca la he
visto enojada. Al contrario, el otro día me mostró que se había comprado un
traje de baño porque quiere irse a las termas con mi papá. Esa es mi mamá, la
que combinó su batita rosada con sus pantuflas rosadas cuando fue
hospitalizada. Un día mi mamá me dijo que cada vez que se sentía abatida, ella
se decía a sí misma “¡vamos que se puede!”, y me aconsejó que eso era lo que
tenía que decirme a mí misma. ¿Qué puedo decir? ¿Qué puedo decir de mi papá? Con
el cual siempre he mantenido una relación distante y a ratos algo fría, pero
que me dio una serie de lecciones de amor y sabiduría que jamás olvidaré. ¿Qué puedo
decir de mi hermana? Que a pesar de la distancia y las piedras en el camino,
nada ha sido lo suficientemente fuerte para romper el lazo. Así son las relaciones
fuertes. No importa la distancia, ni el tiempo, ni las complicaciones.
Note to myself 7: Soy libre. O
sea, siempre lo he sido, pero no me había sentido así ¿nunca? Y esto no tiene
que ver con el tema del pololeo ni el compromiso, tiene que ver con algo más
profundo. Soy libre de tomar el camino que se me dé la gana. Soy libre de dejar
todo tirado si me da la gana, soy libre de comerme 20 hamburguesas, de escuchar a Aretha Franklin todo el día o irme a casa caminando si quiero. Soy libre de viajar a dónde se me plazca. Soy libre de amar a quién yo
quiera, soy libre de estar con quienes quiero estar y libre para dar un paso al
costado cuando siento que tengo que darlo.
Note to myself 8: Soy intuitiva,
me pasé. Sueño en HD, me pasé. Presiento no sólo en mi corazón, sino que en mi
cuerpo, cuando un evento desconocido se avecina.
Suena estupendo, pero no
siempre es así, porque a veces no es tan fácil de manejar y uno tiende a
asustarse o angustiarse antes de tiempo. Es como el parche antes de la herida.
Y lamentablemente uno no saca nada con preocuparse por anticipado. Así que hay
que aprender a respirar hondo y entender que sea lo que sea, será para mejor.
El plan de la vida es perfecto y aún cuando a una puede no gustarle, hay que
hacer el esfuerzo por no intervenir y soltar el volante.
Note to myself 9: Soy feliz con
lo que soy, con lo que tengo y he logrado. Nadie me ha regalado nada y me
encanta decirlo, porque mi vida la he construido a pulso; con errores y
aciertos. Mis relaciones personales también, todo ha sido una construcción. Y
espero poder seguir construyendo.
Note to myself 10: La vida puso a
prueba mi valentía. Y siento que a ratos flaqueé, mi mente comenzó a llenarme
de miedos, porque siempre es mi mente loquilla que me llena de cosas raras. Y
me di cuenta que una no puede ser valiente con la mente ni la lógica, la
valentía viene de otra parte, viene del corazón, de su parte más profunda, de
aquella que sobrevive el dolor. Una mujer me lo dijo de pasadita este año “los
problemas no se resuelven con la mente, sino que con el corazón”; su frase
estoy segura que no fue al azar, fue una señal. Ser valiente no es dársela de
cool y superada por la vida, no es andar lanzando mierda sólo porque una
está enojada, no es juzgar al otro con reglas de la inquisición, no es andar a
la defensiva, ser valiente en realidad es respirar hondo (1000 veces si es
necesario), darse cuenta de lo frágil que uno es, y mostrarse vulnerable con
aquellas personas que importan; que el resto sean espectadores del show del
lente de sol con el pañuelo en la cabeza, pero no quienes nos importan. Ser
valiente es soltar la rabia, es pedir disculpas, reconocer los errores propios,
así como los ajenos. Es ser humilde y bajarse del pony. Es mirar al otro (a
quien sea) y decirle, "¿sabes? La cagué. Perdóname", aún cuando quizás ese otro
también cometió errores. Ser valiente se logra a través de la disciplina del
corazón. Y todos podemos serlo cuando logramos entender que el miedo es sólo
algo racional. Ser valiente es confiar en una y en los demás. Es confiar en lo que te susurra la vida. Lo que me lleva a otra gran lección: SER PACIENTE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario