Es una verdadera disyuntiva a nivel de pareja y creo que
nadie tiene la respuesta correcta o alguna conclusión definitiva. Creo que al final
depende de cada uno, del gusto particular por el control a todo terreno o por
la seducción de un misterio.
Hay parejas que se cuentan todo. TODO. Desde qué desayunaron hasta la conversación textual que tuvieron con alguien en el día. Perfecto. Hay otras que en realidad se cuentan las cosas generales y más importantes del día y estaríamos, y otras que no se cuentan nada.
En cuanto a los sucesos más íntimos y profundos que marcan la vida, hay parejas que se cuentan todas sus aventuras y desventuras hasta de la relación, las penas más grandes, los triunfos más increíbles, etc. Y están los que en verdad piensan que el pasado, pisado y que éste debe quedar atrás cuando se parte una nueva relación.
La tendencia femenina es atraída absolutamente por el saberlo todo. Queremos saber cuántas hubo antes de nosotras, si eran bonitas o no (el Facebook en este caso es de gran ayuda), si estuvieron enamorados alguna vez, cuál fue la mujer que lo marcó más. Queremos saber cuáles son sus traumas. Todo.
Los hombres, por el contrario, a mí parecer, son bastante más moderados en este aspecto. O sea, hay excepciones, obvio. Hay hombres que celan el pasado o que son tan inseguros que sólo quieren saber que ellos fueron los únicos en entrar al corazón de una etc, pero en términos generales, poco o nada les interesa saber acerca de los que estuvieron antes de él. Creo que tiene que ver con una cosa de territorialidad, algo medio primitivo. No lo tengo muy claro.
En lo personal, yo he sido de todo tipo de mujer. He sido la que cuenta todo, así como la que no cuenta nada. Ninguna de las dos fórmulas es muy buena, y como siempre, el equilibrio es lo mejor. O sea, me parece bien contar las cosas que me afectan, que alguna vez me afectaron (esas heavys, medias inconfesables a veces) pero con la finalidad de que el otro pueda entender por qué a veces soy como o por qué reacciono de ciertas formas frente a determinados estímulos. Y se cuenta una vez y ya. Listo, porque si sacas el tema a cada rato es porque algo pasa que no has soltado o estás pegada y eso no le hace bien la relación.
Hoy no estoy de acuerdo con contarlo TODO, tampoco. Siento que no se trata de andar mintiendo o engañando a la pareja, ni tampoco de un caso de omisión de información, sino que de una forma de hacernos recordar que somos personas individuales e independientes antes de ser pareja y como tal, tenemos derecho a tener secretos. Sí, yo creo en ese derecho; cosas que no queremos contar porque quizás no aportan en nada a la relación.Cosas de una.
Y también creo que jugar un poquitito con el misterio, aviva la pasión, matiene la expectación. Para mí no hay nada más latero que un gallo demasiado obvio. Un hombre demasiado previsible, al punto que sé que qué está haciendo en este minuto porque su vida es como la película El día de la Marmota.
Ahora, tampoco me gusta un mentiroso que me diga una cosa y la verdad sea otra o que ande con el celular escondido de lo misterioso que es jajaja, no! Pero alguien que me haga pensar o imaginarme en qué está etc.
El tema es complicado y creo que bien personal también. Pero yo, no quiero tener una relación con un hombre que se transforme en una cosa obvia y sentir que la persona que está a mi lado, jura de guata que me conoce demasiado y que no hay nada más por descubrir. Que es lo que hay…. ¡No! Qué lata…
2 comentarios:
saber mucho aveces afecta aunque algunas mujeres quieeren saber hasta como eran las ex en la cama o como eran ellas y si lo hacian mejor jaja...mantira piadosa como respuesta
JAJAJJAJ sii eso es una cosa muy femenina.. no lo hacemos con malas inteciones, pero yo digo que es como recrear pasajes de la historia del otro, para saber cómo llega a nosotras... igual como dices tu, basta un "oye no, no era buena" jajja para que nos quedemos tranquilas. :)
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