miércoles, 8 de junio de 2011

Pasado pisado no condena


Mi amiga P, siempre opina que no hay para qué contarle todo a la pareja, que no hay para qué contar detalles de nuestra historia o pasado, que no es necesario y que por el contrario, una siempre debe dejarse algún secretillo.

Mmmm, sí puede ser, es una opción válida. La verdad es que, yo por el contrario, soy del otro bando. Creo que si uno tiene pareja es porque hay confianza, cariño y por ende uno debería ser capaz de contar cualquier cosa sin que el otro termine espantado o huyendo. Y si pasa que una historia personal pasada engendra en el otro desconfianza o cuestionamiento, bueno, ahí hay que preguntarse qué es lo que pasa…

Yo, por ejemplo, odio que me pongan en altares, lo han hecho algunos de mi pasado y ¡les ha ido pésimo! Jajja qué quieren qué les diga. Porque yo soy una buena persona, pero estoy lejos de ser una santa y tampoco me interesa serlo, no, qué lata. Soy normal, de carne y hueso, con virtudes y defectos.

Y obvio que una tiene sus historias, su pasado, a veces lindo, a veces malo, a veces iluminado, a veces oscuro. Pero lo importante es entender que al final cada historia, cada experiencia es lo que finalmente te convierte en la persona que eres en el presente. El que no entiende eso o es necio, tarado o pendejo.

Estos últimos días han sido de muchas confesiones, más de parte de él que mías, yo creo que le he contado (creo) la mayoría de mis aventuras y desventuras más importantes, incluso algunas bien íntimas y que por primera vez salieron de mi boca, algunas escondidas en un rincón de mi corazón.

En relación a sus historias (unas bien tristes que me partieron el corazón, y otras bien hot que ya se convirtieron en parte de mi catálogo mental y visual triple X), sólo puedo decir que su pasado no sólo no me espanta ni me hace cuestionarme nada, sino que me hace entender un poquito más sobre quién es él y el por qué de algunas cosas suyas. Si bien pudo haberlas callado, (sin dilema alguno), me las contó. Le pregunté por qué y me dijo que no lo tenía claro que fue un impulso, una necesidad suya que yo supiera esa parte de su vida que incluso no llegó a conocer ninguna ex pareja y que fue hablada tan sólo en una consulta con el sicólogo.

¿Por qué yo? Él me dice que es porque confía plenamente en mí, aún cuando igual tuvo el temor que yo fuera a reaccionar mal o a mirarlo como si fuera un extraterrestre. No pasó ni lo uno, ni lo otro. Más allá de la primera impresión, no hubo nada más. Me queda el halago de ver que siente que puede contármelo todo, que no soy prejuiciosa, me gusta eso. En todo caso, me pasa que la gente suele contarme sus dramas y pasados rancios jajaja, quizás proyecto confianza.

1 comentario:

Real Fenix dijo...

bueno igual ienso que el pasado es para contarlo bueno o malo, generalmente lo oscuro o delicado se guarda y queda allí haciendo daño en silencio creando trancas, es bueno contar nuestras cosas sabiendo en todo caso a quien contar y la pareja que mejor...y como a ti me a pasado lo mismo muchas personas me cuentan sus cosas ya que dicen que les proyecto confianza...y no queda otra que serles confiables y guardar lo que nos cuentan...aveces.