miércoles, 29 de junio de 2011

Mis padres y yo


La otra noche vi una película tan divertida, pero dramática a la vez. Se llamaba “Navidad sin los suegros” (Four Christmases), la dieron por HBO y salía la Reese Witherspoon con Vince Vaughn.

Ellos encarnaban a una pareja que intenta infructuosamente por primera vez zafarse de las cuatro navidades familiares que tienen todos los años (cuatro porque los padres de ambos son divorciados, entonces tienen que ir a visitarlos individualmente).

El asunto que los padres de los dos son terribles y les hacen pasar planchas. Ejemplo: la mamá de ella le muestra a la pareja de Reese fotos suyas de cuando era una niña obesa o incluso cuando pasó por una etapa lésbica…..

Finalmente la pareja entra en crisis y casi terminan justamente por estas situaciones tensas y hasta terribles provocadas por la familia de origen. La parte heavy es cuando ella de da cuenta que quiere más de la relación, casarse y tener hijos y él no. Una vez peleados él se va a la casa de su papá (un caballero raro, frío, criticón y terrible) que al enterarse que su hijo había rechazado la posibilidad de formar una familia, se pone feliz y le dice “eres igual a mí”, algo que obviamente le hace clic al personaje de Vaughn.

Todo esto trasladó a mi mente a Frank y Paris y el pequeño vals en que nos encontramos hoy. Un bailecillo que hoy yo orquesto. En un lado del ring tenemos a mi madre, buena mujer, sin duda, pero apocalíptica como pocas. Aprensiva a morir y con este gusto excéntrico por repetirme a pito de nada “no te entregues tanto, que después uno se decepciona”.

En la otra esquina tenemos a Frank, buen hombre, sin duda, también. Gracias a él tengo mis complejos de abandono, pero bueno, es lo que hay. Pareciera que hoy es el buena onda del trío, ya que no me dice estupideces, pero al escucharlas, tampoco reacciona y no hace nada por detenerlas. Lo que lo convierte en principal sospechoso de que piensa igual o llanamente se hace el gueón porque sabe que Paris piensa que los hombres valen hongo, gracias a él.

Y… en el medio estoy yo, buena chica, nadie lo duda. Media confusa, sí, a veces media errática, sí, pero con buenas intenciones, soy un Work in progress. Y en mi posición del medio, he decidido tomar la batuta e imponer mis tiempos y mis sensaciones. Y creo que ya vamos cortándola con decirme tonteras cuando no son para mí sino que para otro, y vamos cortándola con esto de que mi ex marido vaya a tomar oncecita cuál hijo pródigo, y vamos sacando esa fotito congelada mía vestida de blanco en el living…. Y vamos cuestionando aquellos mandatos que no me aportan porque NO tienen nada que ver conmigo.

Ayer me puse a pensar en algo heavy. Paris me dice que por favor no me entregue al amor, que no confíe en tanto, porque al final del día voy a salir trasquilada. Y me di cuenta que todas mis parejas, más allá de sus defectos y que no haya resultado al final, nunca me engañaron, ni fueron malos conmigo, ni fueron maricones. Esa no es mi experiencia. A mi no me ha pasado nunca (bueno, salvo con el primer sujeto que me acosté en la U, pero eso fue hace ya más de una década y ni siquiera puedo decir que éramos pareja), esta es la experiencia de Paris y de lo que concluyó luego que Frank le pusiera los cuernos hasta que le dio espasmos y que más encima hasta hoy, se jacte de ello. Atroz.

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