viernes, 5 de noviembre de 2010
Lohan ¿qué hiciste?
No es que sea media esquizoide ni nada, ni soy biopolar ni tengo un trastorno de personalidad, pero mi lado B se llama Lohan, sí, aunque suene ridículo y hasta me dé un poco de vergüenza sacarlo a la luz pública.
Lo inventó mi amiga P, en esos tiempos turbios míos, medios caóticos, medios divertidos y muy aleccionadores. Cada vez que hacía alguna travesura, mi amiga me decía “Lohan”, obviamente inspirada en la actriz Lindsay Lohan que por esos tiempos – sigue igual en todo caso – se mandaba cada embarradita. En fin.
Siempre hemos leseado con “Lohan” y “Lily”, que es el alter ego más siniestro de P y que junto a Lohan son dinamita, jajajajaa, por algo somos amigas ¿no?
En fin. Hace un tiempo, varios años ya, diría yo, di por muerta a Lohan, para enrielar mi vida que en ese momento estaba llena de mentiras, dobles y triples vidas, de sexo sin sentido y muchas otras cosas más.
Goodbye Lohan, QEPD, RIP, escribí hace unos años, dedicándole varios homenajes sentidos y otros no tanto. La cosa es que me he dado cuenta que Lohan aún vive en mí, claro que una versión mucho más nice, más ingenua y menos truculenta que la de antaño, de lo contrario no podría ser compatible con mis actuales 30 años, con el camino que he tenido que recorrer para saber qué es lo que quiero y quién soy realmente.
Lohan es mi versión más sexual, se maneja mejor con los hombres que yo, y sabe exactamente qué decir o qué hacer para salir winner. Es estratega, todo el rato y a los hombres les encanta jajajaa. Supongo que ella es mi muletilla para enfrentarme a ciertas situaciones y me funciona aún, pero me la tengo que tomar a sorbos pequeños porque too much de Lohan es… fatal
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