El triple pack, ese tan difícil de conseguir,
de lograr, concretamente de sentir. No siempre viene así. A veces estos verbos vienen por separado o a veces en
dúo, pero cuando se obtienen los 3, como que algo nos hace cambiar, como que
algo se remece en el corazón. Y no estoy
hablando de una siutiquería que se puede escuchar en una canción de Arjona, ni de una frase trillada y melosa que se puede
leer en una tarjeta, estoy hablando de algo real y concreto.
Supongo que todo parte por el deseo. O sea,
imposible tener un interés de tipo amoroso, si a uno no le parece mínimamente apetecible el
otro. A veces igual viene de la mano del cariño. Pero supongo que en cosas de
pareja, da lo mismo el orden de los factores, el resultado sigue siendo el
mismo.
Hoy yo quiero, yo amo, yo deseo. Y es una
maravilla reconocerlo en privado y también en público, en silencio, pero
también a grito pelado. Y en este proceso de volver a amar, debo confesar que
sentí miedo y que a ratos, hasta hoy me baja el pánico. Pero a pesar de todo
eso, hoy tengo la fuerza y el
convencimiento de seguir hacia adelante, sin mirar atrás, eliminando dudas e
incertidumbres en cada paso que doy, en cada paso que doy tomada fuerte de su
mano.
Las desilusiones amorosas, incluso aquellas
que me marcaron el corazón, me parecen tener sentido y hasta cierto punto, las
agradezco. Es como que sin ellas, sin
ese dolor grande o dolorcillo que me generaron, hoy no sería quien soy, hoy no
amaría de la forma que amo y hoy no valoraría la relación que tengo ni al hombre que está a mi lado.
Porque hoy sé cuánto cuesta estar en una
relación bonita, sana para el alma, el corazón, el cuerpo y la mente. Uno puede amar mucho, amar toda la vida, pero
el tema está en amar bien, amar para bien. Y esto no tiene que ver con amar a
quien te ama de vuelta, sino en amar a alguien que te hace bien. Ese es el milagro.
Hoy declaro que amo a N y que amo lo que hemos
ido construyendo lentamente, sin apuros ni presión, casi a pulso, a punta de
conversaciones, a punta de conocimiento mutuo y propio, a punta de mucha paciencia
y por supuesto, a punta de amor. Y cuido
lo que tenemos y lo que siento por él todos los días, porque así he comprendido
que hay que hacer cuando se ama, porque el verdadero desafío está en mantener, cuidar y
proteger ese sentimiento.
Ahora, yo no puedo, por más que quisiera,
predecir el futuro, ni saber qué puede pasar más adelante. Pero sí puedo decir
que en mi corazón puedo sentir que vamos a estar un buen tiempo juntos, porque
esto, señores y señoras, está recién
comenzando. Y eso me hace tan feliz…
2 comentarios:
la trilogía de la vida
Así es!! :D saludos!
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