martes, 9 de octubre de 2012

Querer, amar, desear


El triple pack, ese tan difícil de conseguir, de lograr, concretamente de sentir. No siempre viene así. A veces  estos verbos vienen por separado o a veces en dúo, pero cuando se obtienen los 3, como que algo nos hace cambiar, como que algo se remece en el corazón.  Y no estoy hablando de una siutiquería que se puede escuchar en una canción de Arjona,  ni de una frase trillada y melosa que se puede leer en una tarjeta, estoy hablando de algo real y concreto.

Supongo que todo parte por el deseo. O sea, imposible tener un interés de tipo amoroso, si  a uno no le parece mínimamente apetecible el otro. A veces igual viene de la mano del cariño. Pero supongo que en cosas de pareja, da lo mismo el orden de los factores, el resultado sigue siendo el mismo.

Hoy yo quiero, yo amo, yo deseo. Y es una maravilla reconocerlo en privado y también en público, en silencio, pero también a grito pelado. Y en este proceso de volver a amar, debo confesar que sentí miedo y que a ratos, hasta hoy me baja el pánico. Pero a pesar de todo eso, hoy tengo la  fuerza y el convencimiento de seguir hacia adelante, sin mirar atrás, eliminando dudas e incertidumbres en cada paso que doy, en cada paso que doy tomada fuerte de su mano.

Las desilusiones amorosas, incluso aquellas que me marcaron el corazón, me parecen tener sentido y hasta cierto punto, las agradezco.  Es como que sin ellas, sin ese dolor grande o dolorcillo que me generaron, hoy no sería quien soy, hoy no amaría de la forma que amo y hoy no valoraría la relación que  tengo ni al hombre que está a mi lado.

Porque hoy sé cuánto cuesta estar en una relación bonita, sana para el alma, el corazón, el cuerpo y la mente.  Uno puede amar mucho, amar toda la vida, pero el tema está en amar bien, amar para bien. Y esto no tiene que ver con amar a quien te ama de vuelta, sino en amar a alguien que te hace bien.  Ese es el milagro.

Hoy declaro que amo a N y que amo lo que hemos ido construyendo lentamente, sin apuros ni presión, casi a pulso, a punta de conversaciones, a punta de conocimiento mutuo y propio, a punta de mucha paciencia y por supuesto, a punta de amor. Y  cuido lo que tenemos y lo que siento por él todos los días, porque así he comprendido que hay que hacer cuando se ama, porque el  verdadero desafío está en mantener, cuidar y proteger ese sentimiento.

Ahora, yo no puedo, por más que quisiera, predecir el futuro, ni saber qué puede pasar más adelante. Pero sí puedo decir que en mi corazón puedo sentir que vamos a estar un buen tiempo juntos, porque esto, señores y señoras,  está recién comenzando.  Y eso me hace tan feliz…

2 comentarios:

Real Fenix dijo...

la trilogía de la vida

alos30 dijo...

Así es!! :D saludos!