miércoles, 3 de octubre de 2012

Lo que no decimos sobre el sexo


El sexo vende, el sexo llama la atención, el sexo siempre es un tema que genera curiosidad, pero por alguna razón, a la gran mayoría de las personas – hombres y mujeres – les cuesta hablar de sexo. Me refiero a hablar de verdad, no a contar chistes o a pavonearse con cosas imposibles. Hablar, como quien habla del gusto personal por una determinada comida o sobre los lugares favoritos personales: hablar.

Nosotras, las mujeres, tenemos varios tópicos comunes del cual no hablamos o mejor dicho mentimos. Ahora, por suerte, eso ha ido cambiando con el tiempo, pero sigue siendo en líneas generales así.

Uno es el tema del sexo oral. En el mundo femenino es políticamente incorrecto decir que a una le gusta practicar el sexo oral (más hacerlo que recibirlo). Si lo dices, hay dos cosas que pueden ocurrir, o quedas como ídola, o quedas como puta. Allá tu si tomas el riesgo.
Incluso el decir que te gusta que practiquen sexo oral es medio feo también. No tengo la respuesta a esto eso sí, pero es así.

Aunque mucho más que la práctica oral, hay otro tema mayor que genera rechazo, dudas e incredulidad en el mundo de las mujeres: el sexo anal. Anda a decir que lo practicas y que te gusta más encima. Porque claro, puedes hacerlo y hasta sientes apoyo femenino  si dices que lo haces porque él te jode tanto con el tema, pero otra cosa muy distinta  es confesar que lo disfrutas. Así que ahí hay dos opciones, o eres sometida o eres puta. Allá tú si tomas el riesgo también.

Pero si hay algo que NO hablamos las mujeres con otras mujeres es sobre esa palabra tremenda llamada masturbación. A diferencia de los hombres, no andamos contando cuántas pajas (si es que se puede decir así) nos hacemos al día, semana o al mes. Ni no orgullecemos de ellas ni hacemos aspavientos respecto a su intensidad o duración. O sea  ni si quiera usamos la palabras masturbación, masturbar y sus derivados, nos suena fea, pecaminosa, cochina… mal.

Aún así creo que la gran mayoría de las mujeres se masturba (o toca para ser más lady), y no sólo las vírgenes o las que no tienen pareja, sino que  también las con pareja, casadas, con hijos etc. Es parte de la vida, y no tiene nada de pecaminoso, pero aún teniendo eso en cuenta, no hablamos de eso. Es heavy este tema, y sin duda, incide negativamente en nuestra sexualidad.

Otro tema vetado, aunque siento que hoy un poquito más validado gracias a la publicidad y a la abertura de temáticas femeninas, es el uso del juguete sexual. Hoy siento que no todas piensan que son sólo para mujeres cagadas, frígidas o que se les fue el tren. Creo que hoy está la conciencia que sirven de complemento, para pasarlo aún mejor sola o en compañía. Igual, no conozco a ninguna mujer de mi círculo que me haya dicho que ha usado un juguete y mucho menos que le gusta. Pero… es más fácil hablar de este tema porque por último lo tomas como algo lúdico, no es tan serio.
Ahora, los hombres, si bien son en general menos acomplejados en lo sexual, tienen una serie de temas vetados.
Uno de ellos, y el más heavy seguramente tiene relación con cualquier cosa que afecte su pene. Enfermedad sexual, ETS, incapacidad de erección, ¡whatever!  Cualquier cosa que impida su correcto funcionamiento es algo que un hombre difícilmente hablará con otro hombre, o sea, con suerte con su pareja. Es como si la vida se les fuera en un pene flácido y es cierto eeee… un hombre IMPOTENTE es eso IMPOTENTE en toda su vida.

El hombre tampoco habla de placeres propios considerados degenerados o propios del mundo gay. Lo que se puede resumir en todo aquello que rodee el ano. El hombre heterosexual tiene un complejo feroz con esa área, como que si pensara que si alguien le toca ahí, va a convertirse en gay por acto de magia. Un hombre jamás confesará que le guste que le estimulen esa área ni mucho menos que le besen ahí, el llamado black kiss. Da igual si les gusta o no, el hombre llamado bien hombre, NO puede gustarle nada ahí, de lo contrario su virilidad es puesta en duda.

Y para qué hablar de pornografía gay. Es curioso, pero es considerado válido y casi hot que una mujer heterosexual se excite viendo a dos mujeres interactuar en la cama, eso no la hace ser lesbiana, sino que le da la calidad de ídola u “open mind”, pero anda a decirle a un hombre hetero que vea una porno con dos hombres ¡No! Lo ofendes.

También sigue siendo tema un hombre que “acepte” en su cama con su pareja un juguete sexual. No falta el que se pregunta ¿acaso no soy suficiente? Casi como que si fuera una competencia. Difícilmente un hombre admitirá que en su intimidad juega con su pareja con un consolador o vibrador.
En fin, podría seguir eternamente. Pero la verdad de la milanesa es que la sexualidad es muy personal y creo que eso merece respeto. 

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