miércoles, 13 de abril de 2011

Toallita Nova rehabilitada


Advierto que esto es un tema delicado para mí. Toallita Nova son aquellas mujeres ultra absorbentes con los hombres que se convierten en sus parejas. Que levante la mano las que han sido aunque sea un poquito así… mmm, demás que hay muchas manos alzadas y yo soy una de ellas.

Pero obviamente no existiríamos nosotras, las novas, si no existieran los hombres que están dispuestos a quererlas y obvio, a tolerarlas.

Hace unos días con M tuvimos una mini discusión sobre esto. El osó (de osadía) a decirme que a veces (sólo a veces, recalcó) yo tendía a ser un poquitito (recalcó el diminutivo de poquitito) absorbente.

Pedí ejemplos, y va y me dice que se sentía así cuando yo me preocupaba mucho respecto a cuándo nos íbamos a juntar en la semana. Me dio una rabia…. Le hubiese mascado la cabeza si hubiese podido. En cambio sólo me taimé y me dormí pensando ¿qué se ha creído éste?

Mi rabia básicamente se encendió porque yo me he estado sacando la cresta justamente por no ser Nova. Y cuando digo que me he sacado la cresta, estoy diciendo que me he tenido que morder la lengua varias veces, he tenido que ser generosa aún cuando sólo he querido ser mimada y lo he hecho con el rostro lleno de risa.

Todo con tal de tener una relación sana y feliz. Porque es verdad, el ser Nova no permite emprender un romance, un noviazgo o un pololeo saludable. Y como esa es mi meta, yo me esfuerzo.

Entonces cuando va y derriba todos mis esfuerzos y mi trabajo personal en menos de 1 minuto, me enfurezco, más aún cuando yo vendría siendo hoy la virgen las Novas. Cero atadosa, lo incentivo a que salga y comparta con su familia, que tenga amistades. No lo ando hinchando por las puras, ni lo ando llamando como las locas. Lo dejo ser la mayor parte del tiempo (los otro minutos quizás me vuelvo novita, pero de ahí recapacito).

En fin, el asunto es que hay un fila de hombres (la mayoría que conozco) que alegan y se quejan de que sus minas no los dejan ser, que no los dejan tener su espacio, hacer sus cosas (que generalmente consisten en jugar Wii, ver fútbol, tomar chela, tocar el bajo, juntarse con los amigotes y participar de pichangas).

Lo chistoso es que estos hombres pelan y pelan, y estoy casi segura que ninguno de ellos les ha dicho en la cara a sus parejas todos sus alegatos. Y si lo han hecho, no son para nada muy convincentes, porque no consiguen nada. ¿Conclusión? Los hombres cuando están en pareja no saben poner límites. Son unos mamones y más encima nos echan la culpa. Linda la cuestión. Lo curioso es que si bien a nosotras nos gusta un poquito absorber, nos aburren los mamones. Hombres, nunca olviden eso. Mujeres, tampoco.

Si bien soy una Nova rehabilitada salgo en defensa de aquellas que lo siguen siendo. Porque como se dice, para bailar tango, siempre se necesitan dos. Que no les vengan con cuentos.

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