martes, 5 de abril de 2011

Estoy andando



Haciendo memoria, esta es la primera vez en mi vida que “ando” con alguien tanto tiempo (ya cerca de 5 meses). O sea, cuando era un adolescente anduve un par de veces, pero no más de 1 mes y generalmente este tipo de relaciones no prosperaba en nada.

El resto de mis relaciones y más aún las ya de adulta, siempre han sido intensas, rápidas, de esas que de inmediato se formalizan en pololeo, en las que uno ya se dice de todo (promesas de amor eterno, incondicionalidad, pactos de sangre, de muerte etc etc) al mes.

Supongo que esta es la primera vez que estoy con alguien con el que las palabras han ido saliendo muy lentamente. Partimos con “me gustas mucho”, para dar paso al “me encanta estar contigo”, para avanzar al “te extraño” y hoy ya vamos en la etapa del “te quiero mucho”. Todo esto en 5 meses, tampoco ha sido a paso de tortugas, pero en comparación con mi anteriores relaciones, claro que pareciera que sí.

Ahora, no es que lo que hoy sienta sea menos intenso, porque lo es en todos lo sentidos que uno puede imaginarse. En realidad tiene que ver con las circunstancias y con la edad que tengo.

O sea, a mis 30 años ya no siento ganas ni energías de andar regalando palabras tan importantes como “te amo”. Para decirla, tengo que estar 100% segura, tanto de mí como del otro. Soy mucho más cautelosa, porque hoy sé cuánto duelen las partidas, las desilusiones. Camino con valentía, pero ya no a ciegas, por lo menos (aunque cueste) intento estar con un pie sobre la tierra.

En fin. El asunto es que a veces me pregunto ¿cuánto tiempo es el que uno debe andar antes de formalizar algo o simplemente darle un término? Siempre he creído que hay un punto en toda la relación donde o se avanza o se acaba. Bueno, quizás no haya un tiempo determinado (onda, 7 meses máximo), pero sí creo que al igual que el asunto del amigo con ventaja, esto de andar es insostenible en el tiempo. En algún punto debe haber un upgrade y creo que es lo vendría después de lo que tenemos.

Obvio que a ratos me da miedo que nos quedemos pegados o que al final nuestra relación tome otro camino o que no resulte, o lo que es peor, que yo quiera avanzar y él no quiera o no se sienta listo. Son miles las posibilidades, pero creo que pasará lo que él me dijo hace un tiempo: “sabremos” cuando la relación haya que pasarla a otro nivel, será una especie de “sensación”.

A pesar de todos mis miedos, si me pongo a pensar bien en cómo hemos ido avanzando, me doy cuenta que ha sido de menos a más en ambos frentes. Jamás se me va a olvidar el horror que sentí cuando él me tomó de la mano por primera vez en público. Casi me morí, como si lo que hubiese hecho fuera pedirme matrimonio. Hoy, soy yo la que siempre busca que me tome de la mano cuando andamos por la calle.

Me acuerdo que me ponía demasiado nerviosa cuando me miraba a los ojos, en esos lapsos de miradas eternas, o cuando él con cierto hastío, me hablaba sobre lo mucho que le encantaba tener esta cosa libre de rollos conmigo, de lo mucho que él necesitaba estar solo. Recuerdo cuando veía que era incapaz de incluirme en ciertos pasajes de su mundo.

Hoy, las cosas han ido cambiando de a poco. No podría haber sido de otra manera, de lo contrario, no seguiríamos juntos. Y claro, yo fui la que dio el empujoncito, tipo ultimátum (lo reconozco), pero de ahí que yo solté. Ha sido él quien ha seguido y claro, yo también aporto.

De todos modos, entre lo que hoy tenemos y una relación formal, hay bien pocas diferencias. Supongo que la más patente es esto de anunciarle al mundo sobre la otra persona, contarles a los padres, que conozca a todos los amigos bla bla bla. Y bueno, el tema de la proyección, el comenzar a soñar de a dos. Mmmm, creo que de alguna medida yo, por ejemplo, igual lo hago, y creo que él también…

Confieso que para mí es cómodo esto de la no presentación a mis padres. O sea, lo chistoso es que ellos lo conocen hace años, y lo aman, cierto. Pero Frank y Paris tienen esa maldita costumbre de tirarme para abajo mis relaciones, siempre hay un “pero”, por lo que mantenerlos marginados es ciertamente m3ucho más cómodo para mí, pero claramente también insostenible en el tiempo.

¿Conclusión? Tiempo al tiempo no más, además no hay para qué apurarse. Además estoy tratando de seguir el método de vivir el presente y no enredarse con lo que aún no ha pasado.

Mmm y es heavy, pero después de releer esta entrada, me di cuenta que es la primera vez que digo públicamente que estamos andando. Y no hablo de "lo que tenemos" o "esto". Plop.

2 comentarios:

Real Fenix dijo...

jaja andar...paso previo a pololear, yo poco me las di de andador, a lo más un par de veces y claro solo duraron un mes exacto...curioso... el mes como que marco el límite o seguimos andando o pololeamos...?

Alos30 dijo...

Ayy sí, es una cosa media confusa. Para ser sincera a veces es una joda esto de las calificaciones y los nombres, al final es lo mismo, pero quizás requerimos de ponerle otro nombre para no angustiarnos y acostumbrarlos a la idea de que estamos en pareja jajaajaj.

Saludos!