lunes, 25 de abril de 2011

En la dimensión desconocida (turururtururu)


Me encanta esta serie de los años 50, esa que era en blanco y negro. Especialmente el principio cuando aparecía este tipo estilo Carlos Pinto anunciando el nuevo capítulo freakeado.

Bueno, hoy estoy internada en mi propia dimensión desconocida, donde, tal como se decía en la serie, cualquier cosa puede pasar. Y estoy sola. Sí, sola como dedo. Llevo dos días llorando y desesperada por sentir el vacío metido en medio de mi alma y haciendo presión en mi garganta. A ratos hasta me cuesta respirar.

Me dan ganas de salir volando por la ventana, esperanzada de que quizás así, voy a dejar de sentir esto. Luego, me calmo y si es por evadirme, es mejor que me tome una botella de vino antes que ser seducida por mis instintos suicidas.

Supongo que ya es hora que lo enfrente. No quiero, claro que no, porque me duele, no en vano he evitado este instante toda mi vida. Pero ha llegado el momento de enfrentarme a mí misma, al vacío que está instalado en mi corazón y que me hace pensar que no sólo estoy sola, sino que además no tengo nada, que no siento nada….

Obviamente 30 años de evasión, hacen que se me ocurran fácilmente miles de ideas locas y otras no tan locas para seguir evadiéndome. Porque si no puedo evadirme con el amor de una pareja, podré hacerlo con sexo o con vino o con pega o con alguna otra nueva obsesión. Da lo mismo, la cosa es dejar de sentir, no pensar, da lo mismo el precio. Estoy furiosa.

El fin de semana pasado me evadí con sexo y funcionó de maravillas. El efecto duró hasta que me subí a ese auto de M y llegué a mi casa. Ahí estuve sola de nuevo, sintiendo nada y llorando por todo.

M…. cuán grande debe ser el vacío que siento que ni con él ya lo puedo llenar. Incluso en estos días no he tenido cabeza para él ni para lo que tenemos, mi lado furioso incluso ya no le interesa. Mi lado furioso incluso me aleja de él y de lo hay.

Y por otro lado, hay una parte mía que está expectante de ver cuánto apoyo real tengo de su parte. ¿Cuento con él de veras? Cuando él estuvo mal, yo estuve ahí, estoica, certera, fuerte. Y lo siento, pero yo espero lo mismo, lo que no es sinónimo de que pretenda que él me solucione la vida, pero yo lo necesito cerca, presente y no, en forma de una llamada tardía o de un mensaje de texto insulso.

Y si no es así, si resulta que es sólo una llamada tardía, un mensaje de texto insulso o una maratón sexual de varias horas… prefiero saberlo más temprano que tarde, porque hoy yo quiero más, mucho más. Veremos qué es lo que pasa.

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