Advierto que ya pasé por la etapa del odio parido en contra
del género masculino. Que ya pasé por la etapa de meter a todos en un mismo
saco – ustedes saben, repetir esa odiosa frase que reza así: “todos son iguales”-
y de maldecirlos a uno por uno.
Advierto también que, aún cuando a veces no entiendo mucho a los
hombres, me encantan y que probablemente nunca dejarán de encantarme y
sorprenderme (de buena forma) sin embargo….
Hay algo que me llama mucho, pero mucho la
atención y que me tiene algo jodida y podrida. ¿Dónde cresta quedó el romance?
Yo no sé si es porque me he rodeado de
hombres muy boludos en el último tiempo o si esto es un fenómeno nacional y/o
universal, pero ¿qué les pasa a los hombres con las redes sociales?
Me explico. Ahora, hay hombres – no todos, aún
tengo fe- que ocupan Facebook, Twitter, Whatsapp y hasta el chat de gmail para
intentar tener alguna especie de “relación” con una, y lo que es peor, hay
hombres que creen que poniendo “me gusta” en la foto de perfil o en cualquier posteo, es sinónimo de “conquista”.
Como que con eso, la hacen… con eso, una debiese entender que ellos tienen “interés”
en una. ¿Ya?
Y para qué decir si te hablan por chat ¡uy! Mejor
darse con una piedra en el pecho que te vio conectada y te habló. ¡cuánto
riesgo! ¡cuánta iniciativa! ¡cuánta motivación! CUAK!! ¿perdón?
Yo uso las redes sociales, pero ¿para entablar
relaciones o iniciar romances? Te la creo para los pendejos de 18, ó 20 años,
que nacieron en la era de la cosa online, pero para nosotros, los de la era pre
Internet, donde Messenger en su momento fue furor y donde la llamada del hombre
interesado sí era muestra de interés, el “me gusta”, o el whatsapp vale
CALLAMPA. ¿Quedó claro?
Supongo que estoy acostumbrada a otra cosa, a que me
llamen por teléfono, a que me busquen, a que se junten conmigo a conversar, y
no a que me posteen gueás. Y ha sido así desde siempre. Ahora que recuerdo, en
la adolescencia era brígido, porque el tipo el cuestión no sólo tenía que
llamar (no había otro modo de contacto), sino que también pasar por el filtro
del papá que contestaba el teléfono y preguntaba quién chucha quería hablar con su hija. Eso
era tener cojones, eso era, mostrar real interés, eso era jugársela. No,
escribir cualquier idiotez sentado en la comodidad del hogar, jurando que con eso,
se toma ventaja.
¿Qué pasó con el amor old school? Ese tiempo donde
los hombres eran tipos con iniciativa, que invitaban, que tenían ideas, que
eran creativos. Ahora, no, hay hombres (no todos) tremendamente pajeros que hay
que andar diciéndoles a dónde ir porque a ellos no se les ocurre nada, están
demasiado atentos a sus pelusas en el ombligo o muy preocupados de rascarse las
bolas. Pareciera que no hay tiempo para hacer tantas cosas a la vez…
Tengo que concluir que hay hombres así porque
hay mujeres que los toleran así, que hay mujeres que le prestan ropa y también
el poto. Digamos las cosas como son. Porque si un hombre ve que con esa actitud
se está quedando virgen, es más que probable que se ponga más proactivo. Pero
yo no sé ustedes, pero yo a un hombre
así de pajero, sin mundo, que esconde su
cobardía e inseguridad en sí mismo en las redes sociales, no le prestaría ni una
pechuga y para qué hablar de sexo… porque también concluyo que un gueón que no
es capaz de mover su raja por una mujer que supuestamente le interesa, debe ser
un LATA en la cama… el típico idiota que espera que una haga todo mientras él
está acostado mirando el techo. Literalmente.
Bueno, a raíz de la aparición de estos
personajes – cuya existencia desconocía hasta
hace poquito- también me doy cuenta de las cosas que busco en un hombre,
aquello que me atrae, me calienta y aquello que me mata la libido.
Incluso constatando mi pasado amoroso, puedo
decir con certeza que a mí me gusta el hombre old school. Ese que me pasa a
buscar a la casa, que me llama, que me busca y que me muestra parte del mundo que yo
desconozco y que puede ser tan simple como un local bonito para comer, una
picada, un parque, un lugar… nada tan engorroso.
Me gusta el hombre inteligente, ambicioso, que
ama lo que hace y que hace lo que ama, el hombre que tiene tema de conversación
más allá de fútbol, la cerveza y de sí mismo, que es capaz de hablar de todo
tipo de temas. Me gusta el hombre que me persigue y que es proactivo, que se le
ocurren ideas, panoramas, cosas entretenidas para hacer y que está pendiente de
eso… Me gusta el hombre con humor, capaz
de reírse de todo y de sí mismo y que escucha.
Ni siquiera acá estoy hablando de andar
regalando flores ni bombones (como que
eso es lindo pero tampoco va tanto conmigo). Estoy hablando de un hombre que es
capaz de conquistar en vivo y en directo y no por Facebook, que te dice “me
gustas” a la cara y no se anda dando vueltas con indirectas o estupideces.
El posteo, el mail, el chat y todos lo demás
son sólo apoyos, jamás pueden ser la base y quien crea lo contrario o más bien,
quiera lo contrario, no quiere un relación. Porque en el amor, tener relaciones
online – aún cuando tienes a la persona al lado- es como creer que es lo mismo
tener sexo con una muñeca inflable que con una mujer de carne y hueso.
Bueno, este es un llamado a estos hombres
online, please, ya somos muchas hartas de esto. Muevan sus culitos y háganle un
favor a la humanidad, desconéctense de sus notebooks o celulares y apuesten por
contacto de verdad. Lo otro es… simple y llana… idiotez. GRACIAS.
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