jueves, 20 de febrero de 2014

La chica de los cabellos rojo fuego

Señores y señoras, costó, me costó. Ha sido todo un viaje, con pasajes escabrosos, cansadores, bonitos y sabios. Ha habido de todo y he procurado sacarle una foto a cada detalle, a cada cosa, a cada sentimiento por doloroso que haya sido. No estoy diciendo que el viaje ha terminado, sino que todo lo contrario: ¡esto recién comienza!
Puedo decir con propiedad, sin auto engaño, sin ganas de impresionar y con cero falsa modestia que estoy ya parada en mis dos pies. Y bien parada. Cable a tierra check!, ojos bien abiertos, check! Perdonazos varios, check! Ganas de avanzar check! Ganas de comerme la vida, check!

Ahora, tengo muchas ganas de poner en la práctica todo aquello que entiendo y aprendí de la teoría, llevar a la realidad aquello escrito en el manual. ¿Se podrá? Yo creo que sí. Y si no, bueno, siempre habrá Plan B, C, D, y hasta Z.

Me encantaría poder transmitir bien esta sensación a todos los que me leen, pero más que nada, a quienes en este minuto se sienten tristes por alguna cosa, situación, persona…. A los que sienten que han perdido algo o a alguien, a los que se sienten amargados, frustrados o desesperanzados, pensando que el corazón se cierra y no hay caso… no es así. El amor es una fuerza poderosa, mucho más poderosa que una ruptura o una pena. Es un sentimiento que nos impulsa a seguir y no me estoy refiriendo al amor romántico por otro, sino que al amor por una misma. El más importante de todos!!!!


Ha vuelto a este mundo…. Esa mujer crespa de los cabellos rojos…. Esa que siempre he sido. ¡Abran paso!!!!!! 

lunes, 10 de febrero de 2014

Soltera versus polola

Soy buenaza para pensar. Siempre pienso y repienso y a veces me sale humito de la cabeza de tanto pensar ajajaj. Igual creo que es una actividad saludable el no andar como pajarito por la vida, pero tampoco no hay que irse al chancho… y yo en realidad me voy al chancho a veces en materia de teorías e ideas.

Por ejemplo ahora, estoy como en toda la onda de hacer cosas, conocer a gente, ir a lugares, fluir, descubrir etc. En poco tiempo he hecho grandes, pero grandes hallazgos, cosas que no había visto en 33 años logré divisarlas en sólo unos cuantos meses; cosas de mí misma, cosas relacionadas a mis miserias y a mis virtudes; temas relacionados básicamente a quién soy realmente, qué cosas me gustan y qué no, qué quiero y qué no e incluso qué imagen proyecto en los demás, qué cosas hay en mí que atrae a las personas y qué cosas hay de mi que distrae a las personas; qué quiero mejorar, qué quisiera aminorar (porque para ser sincera a estas alturas creo que hay cosas que ya no se pueden cambiar, pero sí mitigar y controlar de alguna forma).

También me he visto envuelta en crisis existenciales, onda ¿soy quién quiero ser? ¿me parezco mínimamente a mi idea de mí misma cuando tenía 15 años? ¿tengo el estilo de vida qué quiero? ¿me gustaría más, estoy conforme? Y un largo listado que podrían dar para 10 entradas más.

Y voy bien. Voy caminando con los ojos abiertos, aún cuando hay días en que me distraigo, es cierto, pero son los menos ahora. El tema es que yo, Jessica Ramos, siendo siempre una gran visionaria y siempre preocupándome por el mañana (no hay caso conmigo, cuando estoy bien igual siempre me pregunto hasta cuándo me dura), me pregunto algo súper directo: ¿cómo cresta haré para agregar todo esto, lo que soy y no soy en una relación de pareja?

De partida me di cuenta que yo, soltera, soy muy distinta, a yo, polola. Y eso está muy mal. Es casi esquizofrénico. Cuando pololeo me pongo ermitaña, mucho menos sociable, la gente como que me molesta… cuando pololeo algo me pasa en ese ámbito. Cuando no pololeo, soy mucho más sociable, tolerante y afable ¿????? Y quiero trabajar en eso más aún cuando mis amigos son hoy protagonistas de mi vida.

Por otro lado,  yo no me considero como la típica mina de 30 y tantos. No estoy diciendo que es porque soy shúper especial. Sino que más bien soy bastante particular para mis cosas, mis visiones de vida, mis ideas, sentimientos y formas de ver las situaciones y las personas. Soy media atípica cuando se trata de encausar ciertas cosas, y soy bastante atípica cuando se trata de relaciones de pareja. Es que algún día de verdad que intenté seguir con la norma y ser súper normal y hacer lo que todo el mundo hace… ustedes saben, pololear, casarse, tener guaguas, luego nietos y aún cuando se es miserable, seguir con el plan, porque bueno, porque así es la vida y hay que seguir con el plan.

También en el camino traté de tener una relación “clásica” de esas con tardes de cine y copas de helados. Pero en esos intentos por ser “lo más normal posible” me modifiqué entera, y no una, sino que mil veces. Me intervine como quien se interviene con una lipo porque no se está conforme con las curvas. En el camino también traté de ser la ruda, la súper liberal, pero ¿saben qué? Tampoco me resultó. Así que ahora mi plan es otro, el más difícil de todos, el jamás practicado, el jamás visto y el que más da miedo: El ser yo misma en plenitud. Yo… en todo sentido.

Hay cosas que yo ya sé que no puedo modificar y que me hacen ser una mujer distinta a la hora de tener una pareja, voy a enumerar mis rasgos más distintivos o bueno, los que yo veo hasta ahora:

*No soy celosa: No soy de esas mujeres que andan revisando los celulares, correos, redes sociales. Jamás seré la que pide la clave de todo como muestra de confianza. Tengo lemas, varios respecto a esto: el que busca, siempre encuentra.. y creo de verdad que hay cosas que no quisiera saber, si es que yo me siento súper feliz y tranquila en una relación. Dos, ni cagando me gustaría que mi pololo viniera a invadir mi privacidad. Porque así como yo no soy celosa, me enferman los celosos, no los tolero.

*No estoy para lumas: No me da el cuero transformarme en estas minas que están todo el rato jugando al gallito con los hombres, onda chequeando a dónde van, con quién van…. Esa cosa del control, me da lata… tampoco me gusta andar forzando cosas que no se dan no más. Y menos andar controlando horarios raros. Puaj!

*Sólo soy mamá de Marley y mis tortugas: No tolero a los hombres mamones, esos que buscan a mamá. Yo no estoy para hacerme cargo de nadie… será que mi instinto maternal es bajo o será porque me aburrieron los hombres amamados, pero la verdad es que me interesa un hombre que sea capaz de resolver sus propios problemas. Yo soy súper apoyadora y aperrada con mis parejas, pero siempre estoy al lado, no encima. Eso lo tuve que aprender con el tiempo y creo que de ahí nadie me mueve.

*Independiente: Soy tremendamente independiente y libre. Me carga que me anden controlando. No puedo entender cómo hay parejas que se hablan 10 veces al día para saber qué almorzaron. Para mí con una llamada al día, basta. Dos, ya bordea en lo innecesario y 3 es como ¡ya para de gueviar! No me gustan los hombres que dicen “ay, ¿ya vas a salir de nuevo?” o los que ponen en duda mis amistades con hombres. “¿Es sólo un amigo?”. Me cargan. Soy una leona defendiendo mis espacios y como que ahora estoy más brígida para eso. No sirvo para validar cualquier inseguridad ajena, con las mías, me bastan. Además, yo confío en mis parejas ciegamente, si a mí me dicen “estoy a las 4 am, comiéndome un helado de chocolate con una amiga”, eso es lo que creo que está haciendo, no dudo. Claro que a mí me mienten una vez y se acabó eso… pero así como doy en esta categoría de súper confianza, también espero que confíen plenamente en mí, en todo sentido.

*Exes: Esto ha sido, es y siempre será una batalla para mí, ya me di cuenta de eso, pensé en algún punto que habían hombres que podían entender plenamente que yo soy de las personas que no pueden comprender que cuando se acaba  una linda relación, uno tiene que extirpar a esa persona de raíz como un tumor maligno. Sin embargo, está difícil la cosa… ¿por qué? Porque acá entran a batallar: EGOS masculinos y ya sé perfectamente que algunos son tan grandes como el planeta tierra (o más). Entonces hacer entender al pololo del presente que tengo un amigo, que fue mi pololo y con el cual no pasa NADA romántico ni sexual, es tan difícil, engañoso y engorroso como intentar tapar el sol con un dedo. Quizás sea una batalla perdida de hecho jajaja, así de deprimente veo el panorama…. Ahora mis queridos!!! Y queridas!!! Yo también me voy al chacho a veces en esta categoría jejeje y digo y hago cosas que no debiese o que en verdad no corresponden, cayendo en la muy certera posibilidad de que el pololo actual, levante un ceja…. Y no tienen nada que ver con cosas amorosas sino más bien con el tipo de vínculo… más encima yo soy como bien protectora y defensora de mis ex parejas cuando han sido importantes. Entonces…. me tinca jejeje que eso afecta el ego masculino ajeno…  y pienso, pucha, pero a la vez digo, ¿por qué tengo que andar cuidando el ego ajeno? Pero no sé…  es un tema no resuelto y ya veré qué hago cuando aparezca esa pareja. Mientras tanto, da igual.

Ego: Si bien me río de los egos masculinos, debo decir que mi ego es bien grande también. Y eso se refleja en hartas cosas, como por ejemplo, que me gusta hacer siempre lo que quiero, cómo lo quiero, con quién lo quiero y cuándo lo quiero. También tengo el lema que yo realmente hago siempre lo que quiero… y eso… es un problema a veces cuando estoy de a dos. Bueno, no, no a veces, siempre ha sido un problema. Me he topado con los dos extremos de hombres: los que hacen todo lo que yo quiero sin alegar, y los que no hacen nada de lo que quiero jajaajaj, no me sirve ninguna de las dos maneras. No me gusta el hombre que me hace caso en todo, me gusta el que me discute y tiene argumentos para hacerlo, el que me hace el gallito, pero… que da también. Está difícil. Es como que creo que necesitaría un hombre que sea lo suficientemente inteligente para cachar cuándo tiene que pelear conmigo y cuándo tiene que ceder, que me dé mi espacio, pero que tampoco me deje botada, que respete algunas ideas mías, pero que tampoco sea tan sumiso para aceptarlo todo jajajaaja. Qué atroz!!!  ¿Existirá un hombre así? No lo sé.

Como verán, hay ene cosas por ajustar aún, pero tal como reza el dicho, hay que partir por casa. No saco nada con ponerme a pololear ahora con cualquiera. Una, porque no me interesa ser pareja de cualquiera, dos porque vuelvo a decir que la vara es alta,  y tres porque tengo que acomodar bien el boliche antes de aventurarme a otro camino de a dos. Me da miedo irme al otro extremo, el transformarme en un ser súper egoísta que no cede en nada…. Porque claro, cómo me ha tomado tiempo conquistar mis espacios, los defiendo mucho…. Pero ¿saben qué? Tengo la sensación que la única forma de que podré hacerlo sin que aquello sea un suplicio chino es cuando ocurra una sola cosa: me vuelva a enamorar. Con eso me consuelo jajaja porque sé que esto será otro parto más!!! Dios.


lunes, 3 de febrero de 2014

Sexo, sexo, sexo y sexoooooooooo

Hace bastante tiempo desde que no hablo nada relativo a sexo. Digamos que pasé un tiempo medio virginal para poder ordenar mi boliche (mente y corazón). Nada qué hacer, me gustará mucho el sexo, pero soy mina, y las minas tendemos a cerrar las piernas cuando algo nos afecta emocionalmente, ya sea para bien o para mal, es un hecho no más.

Pero eso ya es pasado. Y con mucho orgullo y felicidad puedo decir  que hoy  volví a las pistas, bueno, no hoy precisamente, pero ya hace un rato. Se acabaron las veladas virginales, se acabó la idea de que si otro hombre me tocaba yo iba a estallar en llanto o iba a recordar al que se fue. Se acabó la teoría de que tener sexo con otro era sinónimo de bailar sobre la tumba del ex. El sexo es parte de la vida, es natural, lo antinatural es rehuir de él por miedo, por pena, por lo que sea. El sexo es sano.

Desde hace mucho tiempo (pareciera que desde siempre) mi vida sexual se ha encontrado sujeta a un “otro” oficial y con frases de cuando en cuando como: “estoy cansado”, “estoy estresado”, “estoy triste”, “no sé qué me pasa” o la peor de todas: “pero el sábado sí” (dicha un día lunes). Y ahí la pobre Jessica, se tenía que aguantar y con la cara llena de risa, porque no vaya una a ofender el pene masculino. ¡No! No vaya una a mostrar insatisfacción, porque eso sí que es impotencia segura. Dios.

Y así como mi manera de ver el amor ha cambiado en esta pasada, mi manera de afrontar el sexo también se ha visto modificada. Nunca he sido una mujer con muchos tabúes ni muy acomplejada, pero ahora como que me siento aún más liberada. Supongo que tengo menos aprensiones respecto a los temas de cama, a las muchas o pocas ganas que una puede tener en cierto momento, a cuántas veces uno lo hace a la semana, al mes, al año y todas esas estadísticas del terror que sólo hacen que una compare la vida sexual propia con porcentajes mentirosos, porque a la hora de hablar de sexo en una encuesta, estoy muy segura de que nadie dice la verdad, y la verdad del chileno promedio es el que tira una vez al mes cuando está con pareja estable.  

Bueno, en este camino de la relación casual, hay cosas que he ido tomando nota, como por ejemplo, la vigorosidad del hombre soltero y sin compromisos. Ese hombre que aunque tenga 10 copetes encima y sean las 5 de la mañana, tiene toda la motivación para tener sexo hasta que los pajaritos canten versus el hombre comprometido y seguro al que le da sueño, siente cansancio y se pone derechamente fome y mecánico. 

¿Nos pasará lo mismo a nosotras? Capaz que sí, pero para ser súper franca y con la mano bien en el corazón, yo no siento que me achanche cuando estoy en pareja. Bueno no sé, quizás es porque igual le doy la importancia que se merece el sexo en una relación, tal vez mi “achanchamiento” va por otro lado… no lo tengo claro aún.

¿Habrá alguna forma de impedir el estar achanchado? Seguramente que sí, pero como todo lo que implica estar en una relación, lo más probable es que requiera de mucho trabajo en equipo y comunicación; un tema que vamos a dejar stand by por el momento mientras sigo experimentando y tomando nota de lo que es el sexo en la soltería.


sábado, 1 de febrero de 2014

Soltera y on de the market

Tuvieron que pasar varios meses para que yo pudiera sentirme así. Para algunos, fueron demasiados meses, para otros, fueron muy pocos, (nadie se pone de acuerdo en estos timings). En lo personal sentí la necesidad de vivir a concho la pena del duelo amoroso, la rabia y la confusión que también van de la mano con ella. Y  dejé de tomarme el tiempo mientras realizaba esta tarea porque descubrí que hacerlo, me generaba ansiedad. Así que, traté de fluir lo mejor que pude.

El tema es que ahora estoy soltera, me siento soltera y hago cosas de soltera. Y este es un mundo que realmente yo no conocía, o sea, sin ánimo de exagerar, la última vez que estuve sin pareja fue cuando tenía… 16 años y no estoy gueviando, en serio, tenía 16 años. Y ustedes comprenderán la gran diferencia entre la soltería de una niña de 16 al de una mujer de 33 años.

En este nuevo mundo, muy diverso por lo demás, me he topado con distintos especímenes del género masculino, y ahora que lo pienso muy, pero muy distintos unos de otros. Hasta ahora han sido 3: tenemos el guatón culiao, el herido y por último el rockero guena onda.

Con el primero fue una experiencia Fail. Bueno, ya, no, del todo. O sea, a él digamos que lo “usé” como una forma de avanzar en el nivel de superación post drama amoroso. Me invitó a almorzar, me dio la opción de elegir (me encanta eso, pero también como que me aburre hacer siempre lo que yo quiero). Me tomé  2 sours (en esa época aún no se me vaticinaba la alergia), y me fumé como 10 cigarros. Más encima pedí porotos granados, mis favoritos. Estaba pasando por un momento de rebeldía donde realmente me importaba un cuesco la opinión ajena y menos la de un hombre. Mi actitud fue como: “Mira guachito, esta soy yo, fumo ene, tomo harto y como lo que se me antoje también, no vengo acá a impresionar a nadie. Take it or leave it”.

Tras esto, me invitó a un “parque”. Sí, un parque, ese lugar con banquitas y arbolitos. Yo me reí en su cara (insisto, andaba rebelde) y le dije (lo que es verdad) que no me invitaban  a un parque desde que tenía 15 años. Bueno, fuimos al parque, no sentamos y él se me abalanzó, yo lo detuve porque me dio lata, o sea mínimo que me conversara una media hora antes de darme un beso y luego…. Nos besamos. Estuvo Ok, no esperaba mucho en verdad.

Luego de eso, lo operaron de algo (no recuerdo qué), pasaron un par de semanas y quiso volver a verme pero su interacción fue un FAIL, al invitarme por chat que fuera a verlo a su casa (donde vivía con sus papis), aún estando en conocimiento que yo vivo lejos de él y que ya estaba acostada en mi cama. ¿Habrá pensado que de verdad yo me iba a levantar en mitad de la noche, me iba a vestir bonita, a perfurmar e iba  a tomar un taxi para meterme en su cama donde seguramente tiene aún sábanas del Hombre Araña? No sé, pero le dije que ni cagando, así que dicho esto, me bloqueó y se hizo el ofendido. Como verán, fue una gran pérdida. CUAK jajajaajaja.

Pero no puedo obviar que él me sacó de mi ostracismo o mejor dicho, lo ocupé para salir de mi ostracismo. Y bueno, eso sería  todo lo que tengo que decir sobre él.

Tras esto aparecieron otros personajes y así voy, disfrutando como una cabra chica de las personas que voy encontrando en mi camino. Porque pienso que si bien no quiero por el momento volver a estar en una relación, que no quiero ser la polola de nadie y que no quiero tener un pololo, tengo la filosofía que la vida debe ser integral, vale decir, yo no creo en esas vidas cercenadas donde sólo es pega, familia y amigos, debe haber espacio para lo “otro”, y lo otro es asumir que una es mujer sexuada, que una tiene ganas de tirar de cuando en cuando, que una tiene ganas de salir a alguna cita, coquetear sanamente. Y claro, hoy para mí “lo otro” no es igual a pololo, pero sí a salidas causales, a reírme con alguien, pasarlo bien, siempre en buena onda.

Esas cosas creo que hacen bien, bueno, por lo menos a mí me hacen bien, me ponen el pelo brilloso, la piel más tersa y además me hacen sonreír.

Ahora, la vida de soltera tiene sus cosas amargas también, como todo en la vida, como por ejemplo el tener que de cuando en cuando dar explicaciones de por qué una no pololea hace 7 meses, de por qué una prefiere tener cosas light, de por qué una decide irse de viaje sola, de por qué el tema guagua a los 33 años no es tema, de por qué una toma cierta distancia al molde que se tiene respecto a ser pareja. Uf! Pero está en una también poner límites…. Y que esos comentarios o suspicacias no lleguen al corazón. Hay que estar en mis zapatos para saber bien por qué he decidido por un tiempo dejar en stand by la idea de tener una pareja y formalizar algo con alguien.

Yo no dudo que en este camino me encontraré con alguien especial, pero esa persona tendrá que remecerme como un terremoto para que yo decida arriesgarlo todo y decida poner en práctica todo lo aprendido y decida además  intentar compatibilizar quién soy yo hoy con ser pareja. Y no es sólo por eso, porque para ser súper sincera, mi relación anterior fue súper linda, tuve un pololo que me amó mucho y al que yo amé mucho también, por ende…. La vara está alta.