Tuvieron que pasar varios meses para
que yo pudiera sentirme así. Para algunos, fueron demasiados meses, para otros,
fueron muy pocos, (nadie se pone de acuerdo en estos timings). En lo personal
sentí la necesidad de vivir a concho la pena del duelo amoroso, la rabia y la
confusión que también van de la mano con ella. Y dejé de tomarme el
tiempo mientras realizaba esta tarea porque descubrí que hacerlo, me generaba
ansiedad. Así que, traté de fluir lo mejor que pude.
El tema es que ahora estoy soltera,
me siento soltera y hago cosas de soltera. Y este es un mundo que realmente yo
no conocía, o sea, sin ánimo de exagerar, la última vez que estuve sin pareja
fue cuando tenía… 16 años y no estoy gueviando, en serio, tenía 16 años. Y
ustedes comprenderán la gran diferencia entre la soltería de una niña de 16 al
de una mujer de 33 años.
En este nuevo mundo, muy diverso por
lo demás, me he topado con distintos especímenes del género masculino, y ahora
que lo pienso muy, pero muy distintos unos de otros. Hasta ahora han sido 3:
tenemos el guatón culiao, el herido y por último el rockero guena onda.
Con el primero fue una experiencia Fail.
Bueno, ya, no, del todo. O sea, a él digamos que lo “usé” como una forma de
avanzar en el nivel de superación post drama amoroso. Me invitó a almorzar, me
dio la opción de elegir (me encanta eso, pero también como que me aburre hacer
siempre lo que yo quiero). Me tomé 2 sours (en esa época aún no se me
vaticinaba la alergia), y me fumé como 10 cigarros. Más encima pedí porotos
granados, mis favoritos. Estaba pasando por un momento de rebeldía donde
realmente me importaba un cuesco la opinión ajena y menos la de un hombre. Mi
actitud fue como: “Mira guachito, esta soy yo, fumo ene, tomo harto y como lo
que se me antoje también, no vengo acá a impresionar a nadie. Take it or leave
it”.
Tras esto, me invitó a un “parque”.
Sí, un parque, ese lugar con banquitas y arbolitos. Yo me reí en su cara
(insisto, andaba rebelde) y le dije (lo que es verdad) que no me
invitaban a un parque desde que tenía 15 años. Bueno, fuimos al parque,
no sentamos y él se me abalanzó, yo lo detuve porque me dio lata, o sea mínimo
que me conversara una media hora antes de darme un beso y luego…. Nos besamos.
Estuvo Ok, no esperaba mucho en verdad.
Luego de eso, lo operaron de algo (no
recuerdo qué), pasaron un par de semanas y quiso volver a verme pero su interacción
fue un FAIL, al invitarme por chat que fuera a verlo a su casa (donde vivía con
sus papis), aún estando en conocimiento que yo vivo lejos de él y que ya estaba
acostada en mi cama. ¿Habrá pensado que de verdad yo me iba a levantar en mitad
de la noche, me iba a vestir bonita, a perfurmar e iba a tomar un taxi
para meterme en su cama donde seguramente tiene aún sábanas del Hombre Araña?
No sé, pero le dije que ni cagando, así que dicho esto, me bloqueó y se hizo el
ofendido. Como verán, fue una gran pérdida. CUAK jajajaajaja.
Pero no puedo obviar que él me sacó
de mi ostracismo o mejor dicho, lo ocupé para salir de mi ostracismo. Y
bueno, eso sería todo lo que tengo que
decir sobre él.
Tras esto aparecieron otros personajes
y así voy, disfrutando como una cabra chica de las personas que voy encontrando
en mi camino. Porque pienso que si bien no quiero por el momento volver a estar
en una relación, que no quiero ser la polola de nadie y que no quiero tener un
pololo, tengo la filosofía que la vida debe ser integral, vale decir, yo no
creo en esas vidas cercenadas donde sólo es pega, familia y amigos, debe haber
espacio para lo “otro”, y lo otro es asumir que una es mujer sexuada, que una
tiene ganas de tirar de cuando en cuando, que una tiene ganas de salir a alguna
cita, coquetear sanamente. Y claro, hoy para mí “lo otro” no es igual a pololo,
pero sí a salidas causales, a reírme con alguien, pasarlo bien, siempre en
buena onda.
Esas cosas creo que hacen bien,
bueno, por lo menos a mí me hacen bien, me ponen el pelo brilloso, la piel más
tersa y además me hacen sonreír.
Ahora, la vida de soltera tiene sus
cosas amargas también, como todo en la vida, como por ejemplo el tener que de
cuando en cuando dar explicaciones de por qué una no pololea hace 7 meses, de
por qué una prefiere tener cosas light, de por qué una decide irse de viaje
sola, de por qué el tema guagua a los 33 años no es tema, de por qué una toma
cierta distancia al molde que se tiene respecto a ser pareja. Uf! Pero está en
una también poner límites…. Y que esos comentarios o suspicacias no lleguen al
corazón. Hay que estar en mis zapatos para saber bien por qué he decidido por
un tiempo dejar en stand by la idea de tener una pareja y formalizar algo con
alguien.
Yo no dudo que en este camino me
encontraré con alguien especial, pero esa persona tendrá que remecerme como un
terremoto para que yo decida arriesgarlo todo y decida poner en práctica todo
lo aprendido y decida además intentar compatibilizar quién soy yo hoy con
ser pareja. Y no es sólo por eso, porque para ser súper sincera, mi relación
anterior fue súper linda, tuve un pololo que me amó mucho y al que yo amé mucho
también, por ende…. La vara está alta.
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