Dejar de pensar comenzar a sentir
: Esta es mi primera parada 2014 y no sé hasta cuándo tiempo estaré acá, porque
es algo que me cuesta bastante. Me confieso como una mujer que piensa ¡mucho! Que
le da mil vueltas a los temas, lo que no está mal, siempre y cuando sea en su
medida justa. Pero a veces sucede que mi
mente me hace sentir más sustos que certezas, que me entrega más problemas que
soluciones y que en vez de aliviarme sólo me hace apremiarme por lo
desconocido, el futuro, el famoso “¿y qué pasa si…?”.
Es terrible vivir así. Para ser
honesta, siempre he sido así, sólo que ahora este defecto – virtud (porque al
final reflexionar sobre las cosas jamás puede ser un error) se me amplificó, y
yo creo que pasa porque en algún punto me llené de miedo. Y eso jamás puede
estar bien. Andar con el plan A, B, C y Z debajo del brazo, andar con la agenda
pascualina para todos lados y sentirse ahogada
si no se está súper lista para
todo tipo de imprevisto, tampoco puede estar bien.
La vida está hecha de más cosas
que objetivos y planes, está hecha de sorpresas, eventos casuales y
espontáneos. Y no se puede estar súper ready todo el tiempo. Me cuesta ene
despegar en ese sentido, y ahora como que me cuesta más, así que por lo mismo,
digo que esa es mi primera parada: sentir más que pensar.
Porque les contaré que cuando yo
siento con el corazón, todo parece ser más liviano, claro y evidente. Cuando
siento con el corazón, no tengo miedo, tengo puras certezas, porque yo sé que
mi corazón, jamás se equivoca. Mi mente en cambio, la caga de cuando en cuando,
ve lo que quiere ver, y escucha lo que quiere escuchar y es súper poco asertiva
cuando aparece el miedo. Así que basta ya.
Fluir Jessica… Fluir, es lo que
me repito todos los días, pero aún mantengo un pie aterrizado en el fondo de esa piscina. Despegarme, flotar y nadar en las
profundidades será algo no fácil, yo lo sé, pero es algo que debo hacer para
tener una vida más feliz y para aprender a desapegarme de las cosas y las
personas.
Es la única forma creo yo, de
poder construir relaciones más sanas, de aprender a amar sin egoísmo, de dejar
de lado lo máximo posible ese ego mío, llamado Chucky que siempre viene a dejar
la zorra.
Chucky la puro caga jajajaaj. Y
para ser realistas, no pretendo matarlo y enterrarlo, porque es parte de mi
bello encanto jejeje, pero sí lo tengo encerrado en una jaula bajo siete
llaves. Por lo pronto, no puede ni debe salir, no antes que yo aprenda un par
de muy buenas lecciones.
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