Estos días han sido de mucho salir, happy
hours, conversar, escuchar, aprender, entender, de consejos recibidos y también
entregados. Han sido de grandes y pequeñas revelaciones. De mucho recordar,
pero a la vez de mirar hacia adelante…. Hacia adelante, de avanzar con pasos de
bebes, con pasos agigantados. De avanzar segura, de avanzar bailando y riendo.
Algunos me han preguntado “¿cómo lo haces?”, ya
que me explican que debido a los últimos sucesos difíciles de mi vida,
cualquiera se tumbaría en el piso a llorar. Y bueno, yo estuve ahí, en el piso,
tumbada y llorando, pero un día, hace bien poco, me levanté. Y fue como esos
milagros que ocurren en la vida y que a veces uno no se detiene a ver. El
milagro de sentirse viva y capaz de hacerlo TODO, porque se tiene TODO para
hacerlo. El cosquilleo de esa cosa, llamada felicidad.
Y a poco andar puedo descifrar algunas señales
que tenía nubladas. Señales relacionadas en primera instancia (porque son
muchas) con lo que ha sido hasta ahora mi vida amorosa. Con cómo he sido hasta
ahora en mis relaciones y en mi interacción con el amor y las cosas del
corazón. Con mis energías siempre puestas en esta parte de la vida y del eterno
romance que he tenido con la palabra AMOR.
Hoy todo eso ha cambiado y probablemente para
siempre. A partir de hace como un mes he comenzado un romance conmigo misma y
mi vida. Con mis ganas, mis motivaciones, con lo que soy realmente y vaya que
me he ido sorprendiendo. Y no tiene que ver con este discurso híbrido de “ay
no, los hombres valen hongo y yo no tengo tiempo para ninguno, ahora me
dedicaré a la pega”. No, el discurso feminista rabioso trucho no va conmigo,
porque siempre hay tiempo para el amor y estar en pareja, pero…. Hay tiempos
para estar y otros para estar sola, sin pareja. Y este es mi tiempo para
emprender un camino así. Un camino que seguramente me viene esperando hace
mucho, mucho tiempo, paciente a que estuviera lista. Y yo, ya me siento lista
como jamás pensé que estaría. No tengo miedo.
Por lo mismo y aunque a primera instancia
pareciera contradictorio, comencé a pensar en todos los hombres que han marcado
hasta ahora mi vida. Hombres buenos, todos. Hombres que me mimaron, me amaron,
me protegieron y dejaron huellas en mí. Hombres con los que crecí y aprendí y
de los que estoy eternamente agradecida que hayan aparecido en mi vida, sin
importar que al final, las cosas no hayan resultado como ellos o yo hayamos
querido.
JL: Comienzo por ti. Mi primer pololo digamos
que en serio. Tenía 17 años si mal no recuerdo y estuvimos 5 años juntos, toda mi
época universitaria. ¡Me sacaste canas verdes con tus celos! Jaajajaa, pero yo
ya te perdoné tus leseras. He pensado que si pudiese retroceder el tiempo, yo
habría preferido haber disfrutado más esta época estando soltera, pero… al
final, supongo que eras el hombre con que me tocaba estar en ese tiempo. Hoy,
me alegro saber que encontraste esa Jessica que anhelabas tanto, que no era yo.
Que te casaste, y tuviste una hija. Espero que seas feliz. Yo creo que lo eres.
H: Mi ex marido, el más machucado de todos por
mi inseguridad, traumas, torpezas e infantilismo. Estuvimos juntos 4 años. De
esos, 2 de casados. Fuiste el primer hombre con el que dormí por la noche, el
primero con el que conviví. El primero de muchas cosas. Lo siento por todo el
daño que te causé, jamás fue de maldad, sólo fue de estúpida, de inexperta y
egoísta. Reconozco hoy que fuiste un buen hombre conmigo, cariñoso y que diste
tu mejor intento por hacerme feliz, el tema es que no era tu responsabilidad
esa, sino que la mía. Gracias por amarme tanto. Y ojalá espero que algún día
puedas perdonarme. Y si no, bueno, por lo menos espero que seas feliz.
JC: Hoy mi amigo fiel. Estuvimos juntos 3 años
como pareja con altos y bajos, con muchas peleas y diferencias, pero siempre
estuviste y has estado conmigo. En las buenas, en las malas. Yo sé que contaré
contigo hasta el fin de mis días. Lo siento por haberte presionado con algunas
cosas, yo no entendía nada en esa época y le daba importancia (demasiada) a
cosas que en verdad no la tienen. Gracias por haberme amado tanto (sé que me
amaste con locura) y yo te amé con la misma intensidad. Nuestros caminos se separaron,
pero no así nuestro deseo de permanecer en la vida del otro. Una vez alguien me
dijo que a pesar que no eras mi pareja, eras mi compañero de vida. Y lo eres.
Hoy lo pasas mal y te veo luchar. Dale, lucha!!! Yo estaré siempre.
M: Mi famoso M ¡pucha que me sacaste canas
verdes tu también! Nos conocimos en la Universidad un día en una sala fría y en
una clase latera. Nos convertimos en grandes amigos. Nuestra relación siempre ha
estado marcada por algunos tiempos de distancia, pero siempre han sido
temporales porque por alguna razón siempre nos volvemos a reencontrar. Y en
esos reencuentros un día nos miramos de otra forma y nació algo más que una
amistad. Así estuvimos durante un año con muchos altos y bajos. Yo te amé con
locura, como esos amores medios ciegos y egoístas. Significaste muchas cosas
para mí, fuiste importante en un determinado aspecto de mi vida que necesitaba resolución
y sanidad. Y contigo logré resolución. Pero la vida hizo que ambos qui
siéramos cosas distintas. Lo siento si te quise cambiar. Yo espero de corazón que seas feliz, y que encuentres la fuerza para salir adelante. La vida es demasiado linda para quedarse estático. VIVE!!! Mientras tanto, estoy feliz que nuevamente la vida nos haya hecho nuevamente reencontrado.
N: El amor más difícil de describir, ya que es
el más reciente. Seguramente en un tiempo más tendré más cosas que decir, pero
por el momento sólo puedo decirte GRACIAS! Por haberme amado tanto, por haberme
hecho sentir tan amada y deseada. Nos conocimos una noche de abril reporteando
el matrimonio de Maca Pizarro. Nunca lo olvidaré. Y la vida nos hizo ser amigos
durante 6 ó 7 años. Hasta que un día, hace algo así como 1 año y medio atrás la
vida quiso que fuéramos más que amigos. Y así comenzó todo. De manera
sorpresiva, como debía ser. Te amé con un amor muy distinto al resto, un amor
más concreto, más maduro, menos egoísta. Te amé con proyección, como una mujer
de 30 años. Contigo aprendí muchas cosas de pareja, de negociar en pareja, de
conversar, de dar y de aprender a recibir. Contigo me hice una mujer mucho más
fuerte, autónoma y concreta. Lo siento si mis miedos sociales fueron una carga
para ti. Lo siento si en ciertos momentos mi mal carácter o mis silencios
fueron una carga para ti. Pero yo sé que tú sabes que yo di todo lo que pude
dar. Y sin importar que no haya resultado, me siento tan feliz de haber estado
contigo y sólo puedo desearte más felicidad en tu nuevo camino que seguramente
te estaba esperando. Si bien es prematuro aún decirlo, siento en mi corazón que
seguirás en mi vida y celebraremos nuestros triunfos personales desde otra
vereda.
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