domingo, 7 de abril de 2013

Peleas de pareja


A lo largo de mis orgullosos y joviales 32 años he tenido distintos tipos de relación de pareja con por supuesto distinto tipos de personajes. Yo creo que cuando una es más chica (estoy hablando de los 15 hasta los 27, ó 28) una tiende a ser más drama queen. Todo es bien intenso. Si una está enamorada, uno siente que anda en una nube, si una está enojada, no hay mañana, si el pololo dijo o hizo algo equivocado, esa relación se acabó y punto.

Concluyo esto porque mis relaciones justamente a esas edades eran así. Y para mí era lo normal y lo esperable, sino yo creo que me habría aburrido. Así como uno amaba, de un momento a otro, uno podía terminar odiando con las mismas ganas.

Pero llega un punto en la vida en que tanta intensidad agota, o más bien, ya deja de ser atractiva, imponiéndose otro anhelo cuando se está en una relación: tranquilidad y  paz.

Mi relación con N, la calificaría como tranquila, que no es sinónimo de aburrida, sino que todo lo contrario. Pienso que se debe a muchos factores, a mi edad, su personalidad enfrentada a la mía, años de amistad, la sintonía, al amor, pero principalmente a la madurez y a las ganas que las cosas resulten.

Discutimos bien poco y cuando lo hacemos, nunca nos gritamos ni nada parecido, eso es algo completamente fuera de las reglas de lo que hemos construido. Ni nos insultamos ni nos herimos. Suena obvio, pero la verdad es que no es tan obvio cuando se trata de a dos.

Por más que no me agrade discutir y por más triste que me ponga o que él se ponga cuando aparece algún mal entendido o alguna barrera entre los dos, sé que es parte del pack, del famoso triple pack del que vengo hablando hace un tiempo que es tener una relación de pareja sana.

De hecho, desconfío de quienes cuentan que nunca discuten con su pareja. Porque ello se debe a una sola razón, no hablan y uno de los dos o ambos, se bancan todo. Pero eso al final estalla, y lo que peor, estalla cuando ya no hay nada de qué hablar.

También desconfío de quienes pelean todo el tiempo, convirtiendo así la relación de pareja en un campo de batalla, donde alguien tiene que ganar, imponerse el otro. Ejemplo: "A mí no me gusta que salgas sin mí, así que te haré escándalos hasta que te aburras y no lo hagas más para evitar peleas". Ese es el peor camino.

Siempre habrán cosas que del otro a una le molesten y siempre habrá cosas que de una al otro le molesten. Hay cosas que se pueden limar en una conversación, y otras que no (me refiero a cosas no tóxicas) para ellas, deben primar dos cosas: entendimiento y paciencia. Y si no se puede, bueno… hay que ser sincera con el otro y con una misma.

Recuerdo que en relacionas pasadas cada vez que había alguna pelea o descuerdo con alguna pareja, de inmediato se hacía presente la amenaza de terminar, la idea de que la cosa no daba para más, dando inicio a esto de la relación con elástica que siempre cansa.

Pero hoy, las cosas han cambiado. Y aún cuando de repente tenemos algún desacuerdo o punto de vista distinto sobre alguna cosa, lo último que se me ocurriría sería terminar o tirar todo por la borda. Como que no tiene sentido… no sé cómo explicarlo bien. Supongo que es porque siento que todo se puede conversar cuando hay ganas y amor.

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