viernes, 29 de abril de 2011

Pensando….


Ya, un poco más recuperada de la sorpresa, me siento algo menos errática. De hecho anoche después de una seguidilla de mensajitos míos entre chistosos y hot jajjaja, abogando por el Plan B, lo llamé y conversamos de algunas cosas que seguramente seguiremos aclarando el sábado.

Hay cosas que rondan hoy por mi cabeza Esta danza que ha tenido alrededor de retractaciones como “me gustaba lo que teníamos” o “sólo me sentí incómodo al final, porque ibas a otro ritmo, nada más”. ¿Y qué pasó con eso de “no siento lo mismo y creo que ya no lo sentí?”.

Me confunde un poco eso, lo confieso y de pronto toda la mi claridad y rudeza tambalea. Vuelve la pena y el dolor y esa maldita idea que ronda en mi cabeza: “pudimos haberlo tenido todo”….. así lo siento, y eso es doloroso. Perdimos los dos, acá no hay nadie menos ni más herido. Eso hoy lo sé.

Me llama la atención ese dolor tremendo que sintió tan sólo porque esa noche triste cuando supe la verdad, terminé media borracha durmiendo (sólo durmiendo) en mi cama con un amigo. M me dijo que no me entendía, que cómo yo podía desligarme tan rápido de lo que teníamos que era tan bonito, (palabras suyas), que otro tipo había dormido en mi cama…. ¡mi cama! Y me preguntó (jamás me lo había preguntado antes) si había pasado o no algo con él, que le dijera la verdad… y me lo preguntaba en serio!

Obvio que le dije que no, pero también le advertí que sí así hubiese sido con él o con otro, yo estaba en todo mi derecho, porque lo nuestro se había acabado….. me duele aún dar con esta declaración tan tajante. Crudo, pero real, en todo caso.

Volvió a repetir mil veces cuán importante soy para él, que no soy cualquiera, que él también está afectado con lo que pasó….. hablamos de esa pasión que nos une, esa cosa física explosiva, hormonal, hot, como se quiera llamar…. Y me confunde esa sensación mía (y es compartida) que no quiero que nadie lo toque a él, ninguna otra, porque él es mío y yo soy solo suya…. Es algo bien instintivo, no tengo mucha explicación para eso, porque pocas veces me ha pasado con alguien.

Y pregunté ¿tu crees que vamos a encontrar algo parecido con otras personas? Y él además de decirme que “no”, me agregó “tengo la certeza que no”. Y yo hoy tengo otra certeza tremenda que no logro descifrar del todo, y esto es que si esto llega hasta acá no más, si de veras, finalmente se llega a la conclusión que es mejor huir del Plan B y quedarnos con los recuerdos, ¡va a ser un grave error!

Siento que la historia que está escrita (como dice mi amiga) va por otro lado y sí, quizás no va en convertirnos en materia netamente sexual, pero tampoco va en alejarnos y no vernos nunca más. ¿Habrá algún punto intermedio? ¿Habrá la posibilidad de un Plan B 1? Tal vez mi amiga P tiene razón, aunque yo lo intente, ya lo de nosotros no puede ser sólo sexo como pudo ser al principio, porque ya hay sentimientos de por medio. Pero a la vez, tampoco puede ser una relación de amor como yo quiero. ¿Qué hacer?

Y empiezo a merodear por otra vereda, ¿y qué tal si yo me precipité? ¿y qué tal si yo me embalé o me aferré muy rápido por este miedo a estar sola? Pero a la vez no puedo obviar el hecho, que siento cosas por él, que eso es real, en un 100%. Y tampoco puedo pensar que fue un error decirle que lo quería cuántas veces me nacía, o abrir mi corazón, aún con el riesgo de que no fuera recíproco. Eso es de cobardes y yo, con mucha humildad, me considera más power que eso.

Justo el día antes del suceso mi amiga me sacó el tarot y ahora que lo pienso me aconsejaba no quedarme sólo en lo físico, sino que me enfocara en la pasión por vivir, en la vida… también hablaba sobre su constante estado dubitativo y mi fortaleza. Hablaba sobre algo que pasaba, que le generaba a él desconfianza y lo hacía huir… ¿será lo que pasó? Puede ser, pero mi amiga me rectificó que no implicaba que se terminaba…

Anoche después de hablar con él, sentí que se sintió un poco más claro respecto a las cosas y respecto a mí. Porque eso es lo más chistoso, pareciera que tuviera miedo a que yo le haga daño, como si una relación más clara pudiese ocasionarle más inseguridad que una donde no había nada claro. Funcionamos distintos en ese aspecto, supongo, porque yo prefiero mil veces algo claro que algo que no sé a lo que voy.

Ahora, yo tampoco soy de fierro, no es como que yo haya dejado de quererlo el martes o que ya me dé lo mismo…. Ahhhhhhhh…. Jajajaaj ahora estoy yo confundida. ¿No será realmente que haya otro tipo de salida que esto del Plan B? Que claro, me calienta ene y uf! me pasan cosas con él, pero quizás más pasa por una cosa fantasiosa que un estado permanente.

Por otro lado, tampoco puedo estar con él tal cual estábamos antes, yo sintiéndome vacía e insatisfecha, pensando en todo aquello que no somos o que me gustaría que fuéramos. A la vez, no quiero que nos alejemos, porque algo me dice… algo me dice algo! Jajaajaja. Me sopla al oído y vuelvo a recordar esos sueños que tuve…. Y esos malditos presentimientos… en fin.

El asunto es que hoy por la tarde se supone que me va a llamar para que nos pongamos de acuerdo para el sábado, para HABLAR. Estoy nerviosa por esa conversación, que casi como ritual, va a darse en una plaza (nuestros inicios y finales de etapa siempre son en una plaza jajajaaj). Le pregunté ayer medio en serio, medio en broma “¿Me vas a dar la patá en la raja en la plaza?”. Se río y me dijo “No… no sé, tenemos que hablar”.

Y pienso en viejas convenciones como el que cuando uno quiere terminar algo de raíz, uno lo termina no más y no necesita juntarse a conversar nada. Onda, se acabó, listo, adiós. Si él estuviera tan seguro de todo lo que pasa y de lo que pasó, no me contestaría ni los llamados ni los mensajes. Lo conozco, y él es igual de radical que yo, a veces, podría ser más rudo que yo.

Por la mañana le volví a mandar otro mensajito, esta vez más reflexivo. Bueno… quién sabe qué irá a pasar, pero me estoy preparando para lo que sea. LO QUE SEA.

jueves, 28 de abril de 2011


Ya, esto parece chiste o una mala broma, no sé. Yo, feliz con mi Plan B y ahora resulta que M me sale con que está confundido. Sí, confundido. Que anoche no durmió nada dándole vueltas al asunto que el día que hablamos y me habló de la “incomodidad” que le daban mis “te quieros” y demostraciones de real afecto, había sido un muy mal día para él, que, las cosas han ido transformándose en estas ¿72 horas?

Que tiene inquietudes de cuán sano o dañino puede ser para él o para mí o para los dos. Que no soy cualquier persona para él, que soy importante, que no sabe si puede emprender este camino, así, de ¡sólo sexo! Jajaajajaja. Sí, él me dijo eso y yo por suerte estaba sentada. Si me lo cuentan, yo no me la creo. Y no es porque no sepa que sí, efectivamente siente cosas por mí, que soy importante para él, sino porque la calentura entre los dos ha sido un temazo, se ha ido desarrollando contra viento y marea.

Dice ahora que no sabe qué es lo quiere, por lo que me pidió tiempo. Tiene un plazo incluso, sábado por la tarde. Porque me dijo que independiente de lo que pasara o pensara, él quería verme y hablar conmigo. Hablar, hablar, más bla bla? Que quería decirme cosas que le han quedado en el tintero, que quería que le dijera todo, que quería explicarme bien por lo que ha pasado estos días, para que no quedaran dudas.

Le salió caro más encima el Plan B jajjja porque ameritó dos sesiones terapéuticas. Dios mío. Yo, desde mi trinchera, abogué por mi Plan, por todos los pros, por el increíble sexo que teníamos y que por una “teoría” o una posibilidad ¿iba a echar por la borda? Le recordé lo que éramos en cama….. surgió sus efectos, obvio jajajaaja, que en verdad era volver a lo que éramos al principio, pero me suplicó tiempo para pensar.

Le expliqué que estaba clara, que me quedó bien claro lo que me había dicho el lunes de que no íbamos a la par, pero como que dio vueltas por estas palabras y me sugirió de nuevo, que había estado mal ese día….. pero que no quería decirme nada más hasta estar más claro.

Si aplico mi intuición, esa tan certera que tengo, esa cosilla en la guata que me sugiere más o menos lo que puede pasar, la verdad es que ahora estoy confundida. Nuevamente no sé a lo que voy jajajaaj, ¡cómo es posible! La claridad me duró con cuea 24 horas. Capacito que ahora me salga con que me quiere demasiado para tenerme sólo para la cama ¿? Lo que sería contradictorio. Pero que a la vez como no puede darme amor (por decirlo así) tampoco quiere tener sexo conmigo porque no quiere hacerme daño o hacerse daño. ¿Alguien entendió algo? Yo, no! Eso no sería ni chicha ni limonada. Una mezcolanza de sentimientos que marean. Eso sería igual a ni pan ni pedazo para los dos.

En todo caso me dijo que no sacara conclusiones precipitadas, que necesitaba aclararse y que para eso, me pidió que por favor nada de palabritas cochinas por el momento jajaajja ni insinuaciones sexuales – eróticas. Igual me gusta molestarlo con eso jajajaja, pero bueno, qué más puedo hacer que darle el tiempo para que lo piense bien…. No sin antes un sugerente “acuérdate…. Acuérdate”.

Me habló algo así como que no quería estar en esto sintiéndose mal o pensando en “todo lo que hubo, y en todo lo que no hubo”… me habló de lo bonito que era ¿yiaaaaaaa??? Jajajaja.

“Sería una lástima que no tuviéramos más sexo”, le dije, así como quien dice cualquier cosa jajaja soy brava cuando quiero serlo, claro que con esto, mierda me desarmó el mono, ese mono que tenía tan claro, onda las cosas son así y asá, listo. Me dijo que esto no era matemática….. y le lancé “Bah que raro, el lunes me pareció todo tan matemático y claro”….. fue tan frío y pragmático…. ¿arrepentido? En una de esas ¿y yo? Confundida ahora, pero a la vez estoy preparada para lo que venga porque siento (y qué raro esto) salgo ganando en todas.

Si me da una PLR por amor jaajajaja bueno, qué rico igual que sea capaz de dejar la calentura de lado en nombre de mi bienestar y en lo que hubo. Si quiere seguir con el plan, bakán, vamos a tener sexo, pero está claro que le di harto que pensar y le removí los sentimientos. Algo es algo.

Y a la vez, con esta confusión que le entró me aclara que no en vano me desconcertó tanto cuándo me lanzó lo de la “incomodidad”, por qué no lo vi venir, por qué me resultó tan ajeno y frío…. Y una vez más me acuerdo de mis intuiciones, de mis sueños…. No me hago ilusiones en todo caso, porque capacito que en serio me diga que no más sexo, que mejor cada uno por su lado, porque ¡me quiere! Jajaajaj. Ay, estas cosas me pasan a mí no más….

PLAN B


Mi vida en tan sólo 48 horas tomó un giro inesperado o quizás esperado, pero no de esa manera o quizás no tan luego, quién sabe.

Sé que puedo estar cometiendo un error (de esos garrafales), y sé que seguramente voy a estar contradiciéndome con esta determinación, así como sé que quizás decepcione con esto, pero qué más da, es la historia de mi vida, siempre he hecho lo que he querido, porque cuando yo quiero algo, voy y lo tomo, no le pregunto a nadie.

El lunes obtuve mi respuesta, mi revelación, esa que venía esperando y buscando hace rato, que me tenía media angustiada y chata. ¿Estás conmigo o no? Le pregunté a M y adivinen, la respuesta fue otro no, otro para la colección, pero quizás el más importante, porque fue el último de lo que fue esa parte de la historia.

Luego vino lo peor, lo inesperado y cito: “comenzaron a aumentar los te quieros, me empezaste a hablar de estar enamorada y yo comencé a sentirme incómodo”. Con eso me mató y llegué a escuchar cómo mi corazoncito se quebraba. Me quedé sin habla. Y sólo atiné en ese momento a agradecer la sinceridad, los buenos momentos y adiós.

Quedé para adentro. Y más tarde, ahogando mis penas con un compañero de trabajo y después de mi cuarto mojito, me di cuenta que él no vale la pena, en ese sentido por lo menos. Y no quiero sonar despechada, pero, se la farreó heavy, porque al final del día, soy buena mina y sí, lo quería. No sé si tanto como llegué a pensar, pero lo quería y me proyectaba con él románticamente y me imaginaba que podíamos ser pareja y me pasaba el rollo ese, rosado entero con gusto a chicle. Me quedo tranquila en el sentido que esta vez hice las cosas bien, yo quise, esperé, fui sincera y di lo que tenía que dar…. Simplemente no funcionó, porque lo que yo necesito en el corazón, él no me lo puede dar.

En medio de la pena y de esta pérdida, comencé a masticar la idea de que con ella, se iba también ese sexo increíble que teníamos. Sí, pensaba en eso, así es que no sé cuánto amor había acá. Y comencé a imaginarme que otra tipa lo iba a tocar y que yo en algún punto iba a ser tocada por otro tipo y ahí me entró la verdadera angustia. Porque él era mío…. Y yo era suya en ese aspecto por lo menos.

Así di con el PLAN B, plan que puede no resultar como que sí. Le mandé un mail ayer por la mañana, bastante claro de mi intención de continuar con nuestras maratones sexuales y de separar bien las cosas, aclarando que creía poder hacer eso en nombre de la calentura y de los orgasmos múltiples, que podía volver al punto de partida. Y… picó.

Tuvimos una larga conversación respecto al tema, y sobre las nuevas normas. Porque el lunes para mí todo se acabó desde la perspectiva romántica y ese día los dos perdimos, no sólo yo. Yo perdí mis ilusiones de tener algo formal y estable con él y él me perdió a mí, hablo bien en serio.

Se acabó la ñoñería, se acabaron las tomaditas de la mano, se acabaron los abrazos extendidos y las miradas comprometedoras, la sobredosis de caricias, se acabaron los regalos mamones, los paseítos, las cartitas amorosas, y por supuesto los “te quiero”. Esto último es lo primero que se fue aguado y ahogado en mis mojitos.

Y para mí sólo quedaron las ganas de culear. Sí, así de cruda y brutalmente sincera. Sólo queda la calentura y bueno, el cariño, el recordatorio que el que hoy me da como caja es mi amigo y nada más que mi amigo.

Esto para mí es pasajero, insostenible en el tiempo, como siempre lo he dicho, y que a penas aparezca un hombre que me haga sentir cositas en el corazón y no en la zona baja de mi vientre, Plan B se acaba. Porque al final, yo sigo teniendo ganas de tener una pareja, una relación de amor con alguien y no sólo sexual. Quise que fuera con él, pero él no quiso, ya habrá alguien que quiera. No he perdido la fe en el amor, quiero dejar eso en claro, pero sí la fe en él específicamente.

Hay cosas de las que ya hemos conversado, pero me quedan varias en el tintero de las que me explayaré cuando lo tenga en frente. Me da un poco de miedito ese reencuentro. Porque obvio, me hago la súper chora, pero tengo mi corazoncito, que aclaro, se lo quité.

Ahora, sé que esto me debe estar contraindicado, porque hay sólo un paso para volver a ser esa persona no muy buena y bien dañiña que era cuando estaba casada. Winner sí, todo el rato, tomaba lo que me servía y lo que no, chao no más, bien práctica, pero fueron varios años de terapia los que debieron reparar todo el daño que me hice en esa época. No quiero volver a eso ni cagando, porque no me sirve para mi misión de buscar amor. Por lo mismo, debo poner límites y no irme al chancho. Y si no puedo, aborto el Plan B y punto, total, lo que abortaría sería sólo sexo.

Quienes me conocen saben bien que yo soy radical y puedo dar dos pasos hacia atrás en lo que se refiere a sentimientos. Durante años he hecho esto, y claro, si sé (por favor no quiero sermones) no es muy sano, porque justamente a mí me cuesta lo contrario, o sea juntar sentimientos y no separarlos, pero mi rudeza en materia afectiva me permite respirar hondo y dejar de querer a quien no tiene sentido seguir queriendo.

¿Qué beneficio saco acá de todo esto, además del evidente? Esa es la pregunta clave. Y les tengo la respuesta: CONTROL y saber a lo que voy. Eso es impagable para mí y hasta sorprendentemente afrodisíaco.

martes, 26 de abril de 2011

¿Estás conmigo o no estás?


El amor vale callampa. Sí, así de positiva ando hoy. A la mierda lo políticamente correcto y la generosidad. Y sí, me voy a arrepentir de esta entrada, pero no, no pienso borrarla (jamás hago eso).

Bueno, quizás no sea el amor lo que valga callampa, si no tal vez sea la falta de él o la conciencia de que hay carencias en ese aspecto, porque si una no se da cuenta o te haces la loca, en realidad no te das cuenta y vives feliz.

Pero… ¡adivinen! No soy ni loca ni gueona, incluso hoy lo lamento un poco jaajajaja. En fin, quizás le estoy poniendo color. Pero ayer, ¿se acuerdan que me preguntaba si M iba a darme apoyo ahora que estaba en la dimensión desconocida? La respuesta no tardó mucho en llegar: NO.

Y es un no por mil razones, porque él tuvo una recaída, no porque no puede apoyarme cuando él estás así, no porque no tiene fuerzas, no, no, no. La respuesta sigue siendo no y anoche lo supe, cuando lo llamé (no se había aparecido en todo el día, sabiendo que no estaba muy bien) toda amorosa, y claro, lo encontré con voz rara, le pregunté qué le pasaba y me dijo que estaba todo bien, le creí.

Pero la realidad me pegó una bofetada cuando le dije en tono dulzón más encima “pucha, mañana aparece poh, porque te necesito ahora”. Su reacción fue de un silencio seguido a un desganado “ya”. Y obvio, yo reaccioné ante eso como sé no más, con un arañazo: “Bueno, si quieres no más”, ahí me volví a encontrar con una respuesta fría. Le corté emputecida. Le mandé un mensaje de texto, en que le decía que pensaba que yo le importaba, pero que parecía que no tanto, que me dolía eso y que lo liberaba de la “lata” de acompañarme en lo mío.

Me contestó, contándome la verdad, que estaba pal pico y que no quería contarme para no darme más problemas. Bien buena la fórmula. Hablamos después y nada… me di cuenta que camino sola, así es, sola. Que no cuento con él, o sea, sí, pero cuando puede, y eso, al parecer no me sirve, ¿a quién le sirve?

Sus rollos son como una amante codiciosa, loca y celosa, que lo tiene amarrado hace años, no lo deja y él como que se emboba con ella, no la quiere, pero no puede dejarla. No puedo competir con eso, y de pronto, una vez más, estoy echada a un lado. No hay espacio para mí, ni tiempo ni ganas. Y fíjense que yo podré ser muchas cosas, pero lo que nunca he sido es segundona.

Y me duele que él esté tan ciego, y que, tal como me dice mi amiga P, no haga el esfuerzo (de corazón) de acompañarme. Y sólo pido estar, ni siquiera físicamente, sino que cuando a mí se me derrumbe el mundo, yo al estirar mi mano, esté él, pero ayer lo hice y no había nada, no había nadie.

Eso no es estar conmigo, ni si quiera es andar conmigo….. es sólo ilusión y yo no estoy para amores juveniles de media temporada ni de medio tiempo. Yo lo quiero todo, quiero amor, compañía, alguien que me deje acurrucarme a su lado y me haga saber sin decirme nada, sin solucionarme nada, que estoy segura y protegida. Y quiero esto, porque así soy yo con mis parejas, así fui yo cuando él estuvo peor. Y pensar que me dijo hace poco que él jamás olvidaría eso… palabras, palabras… sólo palabras, bla bla. Estoy harta del bla bla. Hasta del mío.

lunes, 25 de abril de 2011

En la dimensión desconocida (turururtururu)


Me encanta esta serie de los años 50, esa que era en blanco y negro. Especialmente el principio cuando aparecía este tipo estilo Carlos Pinto anunciando el nuevo capítulo freakeado.

Bueno, hoy estoy internada en mi propia dimensión desconocida, donde, tal como se decía en la serie, cualquier cosa puede pasar. Y estoy sola. Sí, sola como dedo. Llevo dos días llorando y desesperada por sentir el vacío metido en medio de mi alma y haciendo presión en mi garganta. A ratos hasta me cuesta respirar.

Me dan ganas de salir volando por la ventana, esperanzada de que quizás así, voy a dejar de sentir esto. Luego, me calmo y si es por evadirme, es mejor que me tome una botella de vino antes que ser seducida por mis instintos suicidas.

Supongo que ya es hora que lo enfrente. No quiero, claro que no, porque me duele, no en vano he evitado este instante toda mi vida. Pero ha llegado el momento de enfrentarme a mí misma, al vacío que está instalado en mi corazón y que me hace pensar que no sólo estoy sola, sino que además no tengo nada, que no siento nada….

Obviamente 30 años de evasión, hacen que se me ocurran fácilmente miles de ideas locas y otras no tan locas para seguir evadiéndome. Porque si no puedo evadirme con el amor de una pareja, podré hacerlo con sexo o con vino o con pega o con alguna otra nueva obsesión. Da lo mismo, la cosa es dejar de sentir, no pensar, da lo mismo el precio. Estoy furiosa.

El fin de semana pasado me evadí con sexo y funcionó de maravillas. El efecto duró hasta que me subí a ese auto de M y llegué a mi casa. Ahí estuve sola de nuevo, sintiendo nada y llorando por todo.

M…. cuán grande debe ser el vacío que siento que ni con él ya lo puedo llenar. Incluso en estos días no he tenido cabeza para él ni para lo que tenemos, mi lado furioso incluso ya no le interesa. Mi lado furioso incluso me aleja de él y de lo hay.

Y por otro lado, hay una parte mía que está expectante de ver cuánto apoyo real tengo de su parte. ¿Cuento con él de veras? Cuando él estuvo mal, yo estuve ahí, estoica, certera, fuerte. Y lo siento, pero yo espero lo mismo, lo que no es sinónimo de que pretenda que él me solucione la vida, pero yo lo necesito cerca, presente y no, en forma de una llamada tardía o de un mensaje de texto insulso.

Y si no es así, si resulta que es sólo una llamada tardía, un mensaje de texto insulso o una maratón sexual de varias horas… prefiero saberlo más temprano que tarde, porque hoy yo quiero más, mucho más. Veremos qué es lo que pasa.

jueves, 21 de abril de 2011

Sexo oral: ¡ALELUYA!


El otro día me junté con mi amiga J, y en medio del fervor del happy tour, terminamos hablando de sexo. Ella acerca de sus aventuras con un gringo que conoció en un viajecito al extranjero, del piercing que la llevó al cielo y de lo emocionada (o caliente más bien) que estaba porque él venía a Chile en mayo.

Yo, en cambio, le conté de mis aventuras con M, de nuestra complicidad en la cama, de las maratones de varias horas y de por supuesto, lo bendecida que me sentía por encontrar a un hombre que no sólo hacía sexo oral, sino que más encima lo hacía bien, durante todo el tiempo que fuera necesario y que como guinda de la torta, ¡le gustaba!!!!!

Fue así que surgió el tema de los hombres pencas para el sexo oral. Según me comentó, su gringuito era dedicado en esa zona, por lo que no me queda más que pensar o deducir que quizás son los hombres chilenos los que están al debe en esta práctica que es maravillosa para las mujeres…. bueno, sé que no a todas les gusta, a algunas les da pudor, otras asco y otras se ¿aburren? Aunque estoy casi segura que es porque se han encontrado con hombres poco diestros con la lengua.

En mis 30 años, me he encontrado con de todo. Siempre recuerdo a uno con particular curiosidad jajajaja. Un amantillo por ahí de una sola ocasión, tan bien dotado, pero tan ¡torpe! Al “bajar” me decía “oye, ahí viene el cocodrilo” jajajajja, no daba ni para lagartija!

Porque cuando un hombre hace mal sexo oral, duele, da cosquillas, molesta, aburre, y la verdad es que una lo único que quiere es que termine luego sea lo que sea lo que esté haciendo.

También están los que no lo hacen tan mal, pero son desubicados y apurones. Los que en medio "de", y cuando una recién agarró vuelito, te preguntan “¿Te falta mucho?” o los que simplemente se agotan y dicen “ya, no puedo más”, cuando una estaba a punto de ver estrellitas.

¡Ah! Están los que juran que a nosotras nos gusta la mezcla lengua y dedo furioso (digo furioso, porque lo meten como si se fuera acabar el mundo, mucha porno parece.

También están los que hacen bailar la lengua en el lugar equivocado (muy abajo) donde en verdad no se siente mal, pero no es orgásmico como lo es en el clítoris.

Y por último está el peor de todos, peor que el pobre cristiano que lo hace mal, el que simplemente NO LE GUSTA hacerlo y se rehúsa porque o le da asco, o le da lata o porque ¿no le gusta el olor que tiene la vagina? Sí, hay varios que he escuchado decir semejante boludez.

Y no estoy hablando de hombres que se han topado con mujeres despreocupadas de la higiene o con seres vivientes ahí, estoy hablando de hombres que no les gusta el olor natural de la mujer. Y ahí estamos mal, porque habrá mucho jabón y muchos truquitos con olor para que abajito huela mejor, pero no podemos pretender que huela a jazmín.

Por lo mismo, si pudiera elegir, optaría por el tipo que lo hace pésimo antes que el que se niega a hacerlo. Por último el primero podría algún día aprender a hacerlo bien con un par de instrucciones en terreno.

En cambio un hombre que hace un buen sexo oral, según mi experiencia, es aquél que de partida tiene una naturaleza generosa en la cama, es decir, que le gusta entregar placer, que le gusta ver gozar a la mujer.

Es aquél que se entrega a la práctica, que no mira la hora, que no está apurado, que es capaz de estar ahí abajo todo el tiempo necesario sin preguntar gueás y sin mostrarse agotado ni suspirar de cansancio. Aquél que se nota que le gusta estar allá abajo, que le gusta el sabor, el olor, todo… y que más encima ¡te lo dice!

Es el hombre que no le da miedo ni se inhibe con unos “más arriba” o “ahí, sigue ahí”. Es un hombre que sigue incluso las instrucciones de los gemidos que uno da cuando realmente se siente rico. Es aquél que sigue ahí hasta que una vea estrellas y elefantes rosados.

Hombres así, por lo menos acá en este país, escasean. Y hay que ser bien brutos para no enterarse que la mayoría de las mujeres tienen orgasmos a través de esta práctica y no a través de la penetración. El obviar un hecho así, creo que vale por lo menos un intento ¿o no?

martes, 19 de abril de 2011

Nostalgiatitis


Me carga tener algunos pensamientos rarírificos dando vueltas, siendo que en realidad debería andar con pajaritos en la cabeza o cantando, o no sé. No debería sentirme así y estoy pensando que quizás algo pasa, algo anda mal y me molesta como una piedra en el zapato, más aún cuando no tengo muy claro qué es.

Me siento culpable en parte y sé que en vez de andar latigándome por esto, debería dejarlo ser y guardar el látigo. Pero me cuesta hacer eso.

Hoy cuando iba camino a la pega y miré para afuera, me sentí de nuevo con ese hoyo en medio del alma y con esa angustia entrampada en mi garganta. Y me da pena, y rabia a la vez, el constatar de pronto, que este tipo de sensaciones y sentimientos no se han ido del todo. Aparecen menos que antes, pero siguen ahí.

Ando nuevamente en silencio, versión mute. Sin ganas de hablar mucho de lo que me pasa. Ni siquiera quiero hablar con M, prefiero no enterarme si es que hoy amaneció con la luna, sin la luna…. Porque tengo la sensación que si me entero de eso, voy a colapsar y en mala.

Es curioso, pero con este derroche de energía que ha tenido en estas últimas semanas, el mismo que he mirado con cautela y a la vez con sorpresa y porqué no decirlo, ilusión y emoción, creo que difícilmente puedo volver atrás, vale decir, volver a dar ánimo, volver a esperar que le den ganas de salir, volver a que le den ganas de verme… No. Y lo peor es que me siento culpable por eso también, sueno como un ogro, como el grinch de las relaciones…. Me siento egoísta (latigazo).

Y sé… sé que para estar con él debo estirar mi generosidad como un chicle. Dar sin mirar, entregar sin esperar. Pero en días como hoy, realmente me empieza a fastidiar el asunto de tratar de ser tan solidaria. Mmmm estoy enojada. Y cuando estoy así siempre hago y digo leseras.

Luego se viene otro pensamiento nefasto a mi cabecita, y es que por más que trato y trato, por más que le pongo color, por más que me ilusiono o sueño despierta, por más que construyo y armo…. Pareciera a ratos que no estoy lista para tener y asumir una nueva relación, como la gente. Y eso se me clava como un puñal en medio del corazón. Hay algo que obstaculiza eso, y capaz que sea yo, que sea yo y mis miedos y contradicciones. O capaz que sea mi tendencia al autoboicot o capaz que sea que busco justamente situarme en una relación donde la proyección es prácticamente imposible o que cuesta harto, por lo bajo.

Ayer de hecho me pasó algo rarísimo, un compañero de trabajo me empezó a hablar lo que había hecho con su polola el fin de semana, que fueron a comer y a no sé qué más y a mí me vino un vacío tremendo, tipo caída libre. Sentí como un agujero sin fondo en medio del alma y comenté “hacía esas cosas con mi ex…. a veces extraño hacer esas cosas”…. Y él me respondió “eso lo da el tiempo no más”, deduciendo que con M, no tenía eso.

Es cierto, no tengo eso… y no sé qué chucha me pasa, pero me duele. Tal vez lo que me pasa a mí es que no estoy hecha para “andar” con alguien, que me genera inseguridad y cierta angustia esta cosa que es, pero no es… esto de andar con miedo y dando pasos como caminando por un campo minado, un paso en falso y cago. Me tiene cansada esto de andar probando sin arriesgarse demasiado, esto de acercarse pero no tanto para que no duela, esto de estar ensayando cosas para ver si resultan o no. Una mierda.

Me duele no tener a alguien (pareja) con quien contar en serio, me duele no poder saber con certeza, (de esa ciega y casi sin explicación), que si yo ahora, en este preciso momento o un lunes de madrugada o un miércoles por la noche lo necesito, presente en cuerpo y/o en alma, va a estar y no, mirándose el ombligo, sin contestarme, perdido en medio de sus rollos.

Me duele no tener esa cosa de llamarlo y decirle espontáneamente “oye, veámonos, vamos por un café” o “acompáñame a esto o pasemos el día juntos, te quiero ver porque sí”. No lo tengo, por mil razones y me doy cuenta que todas esas apuntan a él….. que él no es espontáneo, que él está bajoneado, que él se siente absorbido. ¿Y yo? En nombre de la solidaridad, me recojo, retrocedo, como un animalito asustado, amenazado. Dejo de hacerlo porque ya han sido demasiados “no”, y como que el ego se me resiente y como que la vanidad y el amor propio alzan una banderita blanca.

Y ahí me quedo, esperando, hasta pensando que quizás soy yo la que está mal y que debo recapacitar. Estoy chata de recapacitar. Y creo a ratos que me merezco más…. Y me duele sentirlo y me duele decirlo porque tampoco es justo para él, porque sé que no puede más, por ahora… y digo por ahora, con una esperanza y una ilusión que me quema y me ata. ¿Y si nunca puede?

También estoy hastiada de medir las palabras, de tener un súper filtro, porque es tanto lo que me he reprimido en ocasiones que ya estoy dudando de lo que siento… porque claro, reprimir las palabras y las emociones, por la razones que sean, las van matando y enterrando de a poco. Y lo que es aún peor, se me van yendo las ganas… de decirlas o de sentirlas. Así de sincera. Es quizás un poco lo que me dijo una vez M “por algo aún no puedes decirlas”.

lunes, 18 de abril de 2011

Nuestro primer paseíto


Sí, finalmente se desarrolló ayer domingo. Lo pasamos bien, y pasaron hartas cosas dignas de recordar.

Y sí, saqué fotos, me costó sí, lo reconozco, porque mientras estábamos en Punta de Tralca (bello, pero pucha que había viento) pensaba “ya, saca la cámara, ahora sí.. emm no mejor después, ya ahora sí” jajaajja y así me la llevé hasta que me aburrí y la saqué no más. Primero fueron paisajes, luego él y luego nosotros.

Nunca había visto cómo nos veíamos jajaja nos vemos bien!! no es que seamos modelos para nada, pero hacemos sentido, todo el rato. Igual me da nervio mirar de nuevo las fotos, así de loca, pero ya están las imágenes de nuestro primer paseíto eternizado por siempre (jamás borro fotos, independiente de lo que pase con la relación).

Comimos rico en el Quisco yo me zampé mi paila marina, la misma que venía fantaseando durante toda esa semana, mi pisco sour… luego mi empanada camarón queso mmmm jaja ya me dio hambre de nuevo.

Entre las curiosidades del viaje estuvo su reencuentro fortuito con su mejor amigo de la infancia, el famoso Juanito, a quien conoce hace nada más ni nada menos que 30 años! Se encontró con él y yo también de paso lo saludé y conocí. Ah… mi trauma con este tipo de presentaciones sigue vigente, no puedo evitarlo. Él se bajó del auto para saludarlo, y yo me quedé dentro…. M me presentó (nótese): así “Ella es Jessica”. Y yo amorosamente lo saludé, pero, no atiné a bajarme del auto (ñurda) más rato M me dijo “oye, pero bájate”, en buena sí, yo le hice caso altiro. Soy tan cortada para esas cosas y eso que Juanito era súper amoroso.

M también me mostró por fuera el depto de su mamá en Algarrobo y otros lugares clásicos de su infancia, donde cazaba lagartijas, arañas pollito, donde trotaba… me contó de aquella vez que le dio alergia por Litre y la mamá de Juanito lo curó con una planta milagrosa... incluso me señaló la Iglesia blanca y monona empinada en un cerro donde se iba a casar. Sí señor, tal cual. Y yo la miré desde lejos, con cierto celo, no lo niego, pero celos sólo de su pasado con ella, celos sólo de aquella mujer que una vez tuvo su corazón. Leseras, porque el presente es lo que importa ¿no?

Y así estuvimos recorriendo en auto y a pata (más en lo primero porque M es más de cuatro ruedas que peatón jajajaaj), conversamos ene y lo conocí un poquito más, eso siempre es bueno. Anduvimos de la mano y nos besamos con un viento terrible y sentados en un roquerío en el que se instalaba un letrero poco amistoso que decía “peligro de muerte” jajaaja, sólo espero que eso no haya sido ninguna señal de nada.

Luego de marearnos dando vueltas en el auto, nos quedamos en una parte del Quisco donde se veía linda la puesta de sol.. que vimos, claro en nuestra particular manera: en el auto (hacía mucho viento ya) y dando vida a una de las mil fantasías de las que habíamos estado hablando hace ya su tiempo. Mmmmm me dio un deja vou! Como que esto ya lo había escrito antes…

En fin… acá publico una de las fotitos que saqué de Punta de Tralca, olvídense que voy a publicar las fotos de los dos, porque yo podré escribir sobre sexo, semen, posturas, deseo y palabras cochinas, sin problemas, pero cuando se trata de cosas sentimentales soy hiper pudorosa!!! Quizás algún día, quizás.

jueves, 14 de abril de 2011

Fotos de a dos


Lo reconozco. Esto sí que es absurdo, pero yo tengo una tranca con el tema de las fotos en pareja. Sí, creo que se me desarrolló cuando me separé, como que después de este episodio, me ahogaba y topaba a cada rato con fotos de mí y del que fue mi marido por más de dos años en poses románticas, algunas mamonas y otras más normales.

Quizás eso me generó algo raro, un pensamiento medio depresivo del estilo “para qué sacarse tanta foto, si al final todo se va a la mierda y terminan doliendo los recuerdos”.

De hecho, hace tan sólo un año decidí por fin, sacar el álbum de fotos del matrimonio del living y guardarlo en mi clóset de los recuerdos. Recuerdo muy vívidamente cuando volví a revisar esas imágenes por primera vez luego de separarme. Uf! Dolían.

Por lo mismo quedé con un trauma. Recuerdo que al principio de los principios de mi relación con J, él intentó sacarme una foto y yo como que me trastorné un poco, le tapé el lente y le dije que ni ca, que sería raro, así es que mejor que no. Pero al final creo que igual me sacó la foto.

Esa primera foto nunca se me olvidará, estábamos acostados. Era de mañana y los dos teníamos cara de tuto, yo andaba con una polera verde suya. Esa fue nuestra primera foto juntos. Por ahí la tengo. De ahí seguí con el tema de las fotos sin rollos, por lo mismo hay muchas de nosotros y luego de nosotros con Marley.

Es la primera foto la que siempre me cuesta. Supongo que es porque de alguna forma siento que al sacar fotos, lo que hay se vuelve realidad, toma forma y de inmediato se transforma en recuerdo tangible. Sé que el hecho en sí es una lesera, pero quizás haya un trasfondo en lo que hay detrás.

Bueno, el asunto es que este fin de semana se desarrollará un hito con M. Nos vamos por el día a la playa, nuestro primer paseíto juntos, la primera vez que acordamos hacer algo distinto a la cama, un evento que no tiene nada que ver con la cama mejor dicho. O sea, hemos ido a otras partes, al cine, a comer etc, pero acá quizás no haya sexo, y eso es algo bueno ahora… Dios, no sé de qué estoy hablando jajajaa, pero lo que tengo claro es que debemos repartir el porcentaje a 50 – 50 entre sexo y otras actividades si queremos que lo que tenemos tenga una base más sólida.

El cuento es que desde que sé que vamos, tengo la sensación que acá habrá un nuevo antes y después. Es un paso y obvio que me da miedo, pero como que no hay opción tampoco, ya está bueno.

Por lo que caminando hoy a la pega, se me ocurrió volverme loca un rato y llevar la cámara fotográfica. Sí, para ¡adivinen! sacarnos fotos. Nuestras primeras fotos. A pesar que éramos amigos, no tengo ninguna foto con él, qué raro eso.

Qué nervio, quizás cómo nos vemos juntos, a mí me tinca que bien, que nos vemos de lo más mononos, los dos tenemos cara de tiernuchos jajajaja. Y bueno, ahí quedarán esas fotos por la eternidad (nunca borro fotos aún cuando ya la relación deja de existir) y cuando las vea recordaré el primer paseíto…. En fin. Ya está decidido y hoy lo anunciaré, por si él también tiene trancas parecidas.

miércoles, 13 de abril de 2011

Deseeeeeeeeooooooooo


“Desire”. Me encanta esa canción de U2. En fin. La cosa es que hoy pillé en la revista Ya una entrevista a Sylvia de Béjar, una educadora sexual española, que encendía la polémica entre las feministas más acérrimas, al asegurar que una no debía negarse a tener sexo con la pareja aún cuando te sintieras chata, cansada o simplemente sin ganas.

En primera instancia suena medieval y claro, esa pequeña feminista que vive en todas nosotras comienza a patalear, ¿cómo? ¿obligarse a tener sexo sólo porque él tiene ganas?

Pero el argumento de esta mujer es bien sensato en verdad. Habla que las mujeres (la gran mayoría) tiende a negarse a tener relaciones en varias oportunidades escudándose en que están exhaustas todo el tiempo, van perdiendo así su deseo, porque no lo cuidan y esto se desencadena generalmente porque están furiosas con sus parejas, ya sea porque no hay comunicación o porque tienen que trabajar fuera y dentro de casa y por mil razones, entonces castigan al hombre con el veto sexual.

Hacen esto en vez de hablar, en vez de decirles que están enojadas, chatas, furibundas y obviamente sin ganas de nada. Entonces la educadora sugiere que en vez de taimarse, hablar y a pesar de no sentirse como una leona salvaje, acceder a intimar, porque al final iba a hacerles bien, tanto a ellas como a la relación misma. Incluso sugiere que las mujeres se animen a tener sólo 10 minutos de sexo, si es que están muy agobiadas. Ella misma esclarece “una relación que tiene buen sexo es menos rompible, porque eso significa que hay complicidad y juego entre la pareja”.

Si me pongo a pensar en esto de “oye, hoy no quiero y no es no”, me parece que realmente es un intento femenino de mandar en la cama. Y al final lo único que conseguimos es estar eternamente peleando, siendo que una relación es de a dos, hay que negociar, hay que hablar y claro, quizás esto no tiene nada que ver con el amor romántico de película que estamos acostumbradas a ver en el cine, pero es el amor real. Esto último lo acabo de aprender y lo digo con el pecho inflado jajajaaja.

Igual mi opinión no es muy objetiva porque hoy soy una fanática del sexo y sus derivados jajajaajja. Mucho tiempo en la oscuridad han forjado en mí una grupie del deseo y del placer. Entonces me cuesta entender a estas mujeres que les da pereza tener sexo, pero sin duda, que esto pasa porque están chatas, desmotivadas, y aburridas principalmente y eso ya es culpa de los dos, no sólo de ella.

Siempre he dicho, si un hombre quiere tener un buen sexo, tiene que mantener a su mujer muy feliz. En serio. Cuando yo me siento happy, mimada, amada, me dan ganas de hacer muchas cosas jajajaajaj. Y cuando me siento no tomada en cuenta, me pasa el efecto contrario. Es cosa de lógica.

Toallita Nova rehabilitada


Advierto que esto es un tema delicado para mí. Toallita Nova son aquellas mujeres ultra absorbentes con los hombres que se convierten en sus parejas. Que levante la mano las que han sido aunque sea un poquito así… mmm, demás que hay muchas manos alzadas y yo soy una de ellas.

Pero obviamente no existiríamos nosotras, las novas, si no existieran los hombres que están dispuestos a quererlas y obvio, a tolerarlas.

Hace unos días con M tuvimos una mini discusión sobre esto. El osó (de osadía) a decirme que a veces (sólo a veces, recalcó) yo tendía a ser un poquitito (recalcó el diminutivo de poquitito) absorbente.

Pedí ejemplos, y va y me dice que se sentía así cuando yo me preocupaba mucho respecto a cuándo nos íbamos a juntar en la semana. Me dio una rabia…. Le hubiese mascado la cabeza si hubiese podido. En cambio sólo me taimé y me dormí pensando ¿qué se ha creído éste?

Mi rabia básicamente se encendió porque yo me he estado sacando la cresta justamente por no ser Nova. Y cuando digo que me he sacado la cresta, estoy diciendo que me he tenido que morder la lengua varias veces, he tenido que ser generosa aún cuando sólo he querido ser mimada y lo he hecho con el rostro lleno de risa.

Todo con tal de tener una relación sana y feliz. Porque es verdad, el ser Nova no permite emprender un romance, un noviazgo o un pololeo saludable. Y como esa es mi meta, yo me esfuerzo.

Entonces cuando va y derriba todos mis esfuerzos y mi trabajo personal en menos de 1 minuto, me enfurezco, más aún cuando yo vendría siendo hoy la virgen las Novas. Cero atadosa, lo incentivo a que salga y comparta con su familia, que tenga amistades. No lo ando hinchando por las puras, ni lo ando llamando como las locas. Lo dejo ser la mayor parte del tiempo (los otro minutos quizás me vuelvo novita, pero de ahí recapacito).

En fin, el asunto es que hay un fila de hombres (la mayoría que conozco) que alegan y se quejan de que sus minas no los dejan ser, que no los dejan tener su espacio, hacer sus cosas (que generalmente consisten en jugar Wii, ver fútbol, tomar chela, tocar el bajo, juntarse con los amigotes y participar de pichangas).

Lo chistoso es que estos hombres pelan y pelan, y estoy casi segura que ninguno de ellos les ha dicho en la cara a sus parejas todos sus alegatos. Y si lo han hecho, no son para nada muy convincentes, porque no consiguen nada. ¿Conclusión? Los hombres cuando están en pareja no saben poner límites. Son unos mamones y más encima nos echan la culpa. Linda la cuestión. Lo curioso es que si bien a nosotras nos gusta un poquito absorber, nos aburren los mamones. Hombres, nunca olviden eso. Mujeres, tampoco.

Si bien soy una Nova rehabilitada salgo en defensa de aquellas que lo siguen siendo. Porque como se dice, para bailar tango, siempre se necesitan dos. Que no les vengan con cuentos.

martes, 12 de abril de 2011


Estoy algo confundida, a ratos hasta mareada. Hacía tiempo, quizás años, que no me sentía así. A veces peco de soberbia al creer que tengo todo tan claro, que casi vengo de vuelta y que ya pocas cosas pueden sorprenderme, ya que siempre estoy dos pasos adelantada. Pero como siempre, la vida se encarga de cuando en cuando en ponerme en mi lugar.

El fin de semana nos vimos con M y hubo de todo, desde cosas lindas, proyecciones, lujuria, pelea, reconciliaciones y mucha conversación. Pasaron y nos dijimos cosas importantes, tan así que creo que hay un antes y después de esto. Hoy tengo una nueva perspectiva respecto a “nosotros”, respecto a lo que genuinamente me pasa con él y con lo que hay.

Es curioso, pero si bien he sentido en este último tiempo que soy yo la que tiene la película más clara, la que sabe bien lo que quiere y que hace cosas para llegar hasta ese lugar, él con un par de reflexiones acerca de algunas cosas que hemos incorporado a nuestra relación o sobre algunas actitudes mías, me dejó callada.

Me da un poquito de rabia no haberlo visto antes. Estoy pensando que quizás me hice la loca, porque tengo la sensación que me escondo un poco en esta etapa hipersexual que tenemos. Estoy como cabra chica con juguete nuevo, bueno, creo que ambos estamos igual. Experimentando, viendo cuáles son los límites, disfrutando de lo que hay en ese aspecto.

Pero de pronto, se me olvidó que hay cosas en la cama que no quiero repetir, se me olvidó que no quiero más personajes, sino ser yo misma, siempre. Se me olvidó que hay cosas que no quiero ser, que me hacen daño y que por alguna loca razón, (de auto boicoteo, supongo) he estado empeñada en tratar de ser. Y como somos parecidos en ese aspecto, creo que él también ha estado en eso. Por suerte para los dos, él se dio cuenta y me lo dijo. Y ahí quedé confundida, sorprendida en verdad porque él me lo dijo y porque no me diera cuenta antes.

“Yo no quiero tratarte así, y si lo hiciera en la mitad, me sentiría mal”, me dijo, poniendo punto final a una fantasía que queríamos desarrollar al pie de la letra. Cuando me lo dijo me emocioné, porque ahí me acordé de mí misma y del daño que me he hecho con este tipo de cosas y es raro que yo misma haya querido inmolarme de esa forma, situarme por voluntad propia en una situación que me podría generar daño y hasta podría cambiar el rumbo de las cosas.

Me dijo también una verdad de esas que pesan: “el sexo no puede ser la base de una relación”. Y tampoco sé por qué me olvidé de esta idea tan básica, que incluso abracé cuando le dije que yo no estaba ni ahí con ser sólo su amiga con ventaja. Y estuve pensando en tanto olvido.

Independiente de mi discurso, creo que me ha acomodado el sentir que un gran porcentaje de lo que tenemos sólo puede ser sexual y que por el momento no hay posibilidad de proyección alguna, que no hay para qué decirle al mundo sobre lo nuestro, que no hay para qué contarle a mis papás, que no hay para qué compartir tanto, que no hay para qué empecinarse en crear nuevos recuerdos…. Que es mejor esperar. Creo que este stand by que tenemos me ha acomodado demasiado, al punto que al comenzar a disolverse, me genera un cierto grado de… ¿angustia? Siendo que lo normal sería que me pusiera ¿feliz?

Bueno, en realidad son sentimientos encontrados, entre que me da pánico y me pone contenta que él quiera esto. Y creo que todo esto redunda finalmente en que, a pesar de lo que yo pensaba o sentía, no estoy lista o preparada para asumir una nueva relación, con todas las de la ley. Y quizás nunca lo esté o tal vez, lo que es peor, puede que no quiera estarlo. Es decir, que de manera inconciente, yo busque pretextos o razones para no dar ese paso. Hay de sobras.

viernes, 8 de abril de 2011

Cuéntame otra historia….


He llegado a la conclusión que mi oído debe ser una de mis zonas erógenas más poderosas, incluso quizás aún más que las evidentes. Mi oído erótico le llamo y vaya que es un arma poderosa cuando se trata de navegar por el placer y las fantasías, desde las más clásicas hasta las más inconfesables.

No sé en qué momento descubrí que me excitaban las historias, las palabras (decirlas y escucharlas), quizás fue algo que se fue dando hasta que pillé el efecto erotizante que tenía el vocablo triple X en mí. Ha sido imposible para mí hasta ahora, extraer del menú sexual básico el decir y que me digan frases subidas de tono.

Ahora, debo confesar que hubo un tiempo en que este tipo de cosas me hizo bastante daño al punto que le agarré fobia. Hoy me doy cuenta que eso me pasaba porque con el que practiqué esto de la fantasía hablada no ajusté como base la confianza absoluta y tampoco el precedente de que las fantasías más hardcore (esas en la que incluso se agregan terceros o terceras) sólo quedaban en eso y no implicaban que yo tenía que hacer todo lo que él me confesaba como fantasía.

Sin embargo, después de algunas conversaciones y revelaciones, con M, logré tal sincronía y confianza que sé que fantasía es fantasía y que ninguno de los dos pretende que el otro participe de un trío o haga ni el 5% de las cosas que nos decimos en el furor del momento, porque nos respetamos, nos queremos y no hay espacio para nadie más.

Esto, sumado a la coincidencia que él disfruta tanto como yo de las palabras y de las frases hot, equivale a un festín de un diálogo propio de una película porno o hasta a veces, mejor jajjajaaja.

Me erotizan nuestras fantasías. Me erotiza saber y darme cuenta que yo formo parte de sus fantasías, que si se calienta, no sólo piensa en Mega Fox o en alguna otra chica voluptuosa y elástica de alguna cinta porno, sino que también piensa en mí, en mí que no tengo nada que ver físicamente con ellas, pero que lo excito por ser yo, con mi cuerpo no perfecto, con mi celulitis, estrías y todas esas cosas que tenemos las mujeres reales.

Los dos somos capaces de calentarnos hablando por teléfono sobre nuestras fantasías o incluso leyendo sobre ellas. Así de potente es el tema. Y curiosamente no importa que sepamos que nunca haremos nada de lo que decimos, pero es un deleite para la mente escuchar al otro susurrar aquello que quizás hasta ahora era un gusto inconfesable. Es un deleite, escucharlo gemir o hablar cortado por la respiración y escucharse a uno mismo responder y seguir una historia, sin estar pendiente del “qué pensará de mí” o “quizás esto sea muy fuerte” o “no quiero que me malinterprete”.

A veces estamos juntos y yo le digo “quiero detalles de esa fantasía tuya”, me acerco a él, cierro los ojos y mi imaginación navega hasta ese lugar donde me señala, hacia ese paraje, o hacia ese auto, o donde él sitúe la situación. Mi imaginación y mi oído son tan potentes que puedo llegar a sentir la sensación, el gusto, sólo a través de su descripción de lo que él haría o me haría.

Supongo que cosas de esta índole hacen darse cuenta que el sexo no es sólo genital, especialmente para nosotras. El sexo tiene mucho de cabeza. Soy una convencida que con la debida estimulación podemos hasta tener un orgasmo sin que nos toquen directamente, sólo con la imaginación. No por nada, podemos hacerlo a veces en sueños.

Lo que tenemos me encanta y lo atesoro, porque sé que no es fácil de encontrar. Yo, personalmente me demoré 30 años en encontrar a alguien que en la cama no me juzgara. Por lo que ni muerta descuido esto que tenemos.

El poder en el sexo


Últimamente los noticiarios han estado plagado de noticias sobre abusos sexuales a niños y jóvenes. Está el caso Karadima, hace unos días se supo de la denuncia en contra de este fonoaudiólogo pervertido que abusó de niñitos de entre 3 y 4 años. Hace un día una mujer aseguró que fue besada en la boca reiteradamente por una monja ursulina y hoy me enteré que un par de niñitas de octavo básico de un colegio de monjas no encontraron mejor entretención que obligar a otras niñitas de primero básico a besarse en la boca frente a ellas y frente al celular inquisidor que las grabó.

Tengo hartas reflexiones en torno al tema. La primera y la más visceral es que repudio cualquier acto que huela a abuso en contra de niños o jóvenes, ya sea de índole sexual, de bullying de lo que sea. Los pedófilos me dan asco, y si son curas o monjas, se me revuelve aún más el estómago. Puedo ser muy open mind para muchas cosas, pero que te gusten las guaguas, los niños o los jovencitos (as) es perversión y si pasa eso, hay que hacerse ver, urgente.

Pero hay otra reflexión y que tiene que ver con otro tema del que no se habla mucho, quizás porque la línea entre lo sano y lo insano es tan delgada: el poder en el sexo. Porque sí, el poder se cuela no sólo en el dinero, en lo social, en el amor, sino que también en la cama.

Creo que el poder en el sexo está presente en todas las relaciones que mantenemos en nuestra vida, ya sean casuales o estables, da lo mismo. Hay quienes encuentran gran y placer en esto de tener el poder en la parte sexual y otros lo encuentran en someterse a ese poder. Muchos de ellos lo llevan al extremo con prácticas voluntarias (ojo, no impuestas) como el sadomasoquismo y la infinidad de alternativas que derivan acá desde el gagging, las asfixia, el fetichismo y toda esa larga lista.

Y estamos (en esta lista me incluyo) los que prefieren coquetear con el tema anterior y no llevar acciones al extremo. Un poquito de rudeza, un poquito de “hazme lo que quieras”, un poquito de “eres mío” y un poquito de palabras subidas de tono, vienen de perillas en el acto, pero nada de empujones ni de hacerse daño.

Con los años he aprendido que para vivir una sexualidad en pareja de manera sana, el poder del sexo debe ser compartido y acordado. El pelear en la cama no sirve de nada… va anulando la cosa de a dos y al final nadie se entiende. Y, en este momento de mi vida, soy muy cuidadosa con lo que hago o digo, porque estoy atenta a lo que podría hacerme daño o dejarme enrollada.

Pero en otra vereda, están aquellos que se excitan con el sufrimiento ajeno, con el someter a otra persona. Los que se calientan sabiendo que están haciendo algo malo a otra ser humano, los que se calientan al sentir que en ese minuto son todo poderosos, que pueden hacer lo que quieran, sin Dios ni ley. Los que les parece nada más hot usar su autoridad, ya sea de cura, de profesor, de adulto, de padre, de lo que sea, para someter al otro. Este es el uso del poder del sexo en su forma más pervertida y por cierto, condenable. Y para ellos no es un juego, es la única forma en que pueden vivir su sexualidad.

Soy una convencida que todos tenemos un parte oscura, incluso las más inocentonas y puritanas. Si indagas un poco en tu mente encuentras cosas que te calientan que no son clásicas, por decirlo de alguna forma. Y está bien, creo que esto es parte de lo complejo que somos, pero una cosa muy distinta es pensar en esto y jugar, y otra muy distinta es imaginarte tirando a bebés y lo que es peor, ir y a hacerlo porque crees estás en tu derecho.

martes, 5 de abril de 2011

Estoy andando



Haciendo memoria, esta es la primera vez en mi vida que “ando” con alguien tanto tiempo (ya cerca de 5 meses). O sea, cuando era un adolescente anduve un par de veces, pero no más de 1 mes y generalmente este tipo de relaciones no prosperaba en nada.

El resto de mis relaciones y más aún las ya de adulta, siempre han sido intensas, rápidas, de esas que de inmediato se formalizan en pololeo, en las que uno ya se dice de todo (promesas de amor eterno, incondicionalidad, pactos de sangre, de muerte etc etc) al mes.

Supongo que esta es la primera vez que estoy con alguien con el que las palabras han ido saliendo muy lentamente. Partimos con “me gustas mucho”, para dar paso al “me encanta estar contigo”, para avanzar al “te extraño” y hoy ya vamos en la etapa del “te quiero mucho”. Todo esto en 5 meses, tampoco ha sido a paso de tortugas, pero en comparación con mi anteriores relaciones, claro que pareciera que sí.

Ahora, no es que lo que hoy sienta sea menos intenso, porque lo es en todos lo sentidos que uno puede imaginarse. En realidad tiene que ver con las circunstancias y con la edad que tengo.

O sea, a mis 30 años ya no siento ganas ni energías de andar regalando palabras tan importantes como “te amo”. Para decirla, tengo que estar 100% segura, tanto de mí como del otro. Soy mucho más cautelosa, porque hoy sé cuánto duelen las partidas, las desilusiones. Camino con valentía, pero ya no a ciegas, por lo menos (aunque cueste) intento estar con un pie sobre la tierra.

En fin. El asunto es que a veces me pregunto ¿cuánto tiempo es el que uno debe andar antes de formalizar algo o simplemente darle un término? Siempre he creído que hay un punto en toda la relación donde o se avanza o se acaba. Bueno, quizás no haya un tiempo determinado (onda, 7 meses máximo), pero sí creo que al igual que el asunto del amigo con ventaja, esto de andar es insostenible en el tiempo. En algún punto debe haber un upgrade y creo que es lo vendría después de lo que tenemos.

Obvio que a ratos me da miedo que nos quedemos pegados o que al final nuestra relación tome otro camino o que no resulte, o lo que es peor, que yo quiera avanzar y él no quiera o no se sienta listo. Son miles las posibilidades, pero creo que pasará lo que él me dijo hace un tiempo: “sabremos” cuando la relación haya que pasarla a otro nivel, será una especie de “sensación”.

A pesar de todos mis miedos, si me pongo a pensar bien en cómo hemos ido avanzando, me doy cuenta que ha sido de menos a más en ambos frentes. Jamás se me va a olvidar el horror que sentí cuando él me tomó de la mano por primera vez en público. Casi me morí, como si lo que hubiese hecho fuera pedirme matrimonio. Hoy, soy yo la que siempre busca que me tome de la mano cuando andamos por la calle.

Me acuerdo que me ponía demasiado nerviosa cuando me miraba a los ojos, en esos lapsos de miradas eternas, o cuando él con cierto hastío, me hablaba sobre lo mucho que le encantaba tener esta cosa libre de rollos conmigo, de lo mucho que él necesitaba estar solo. Recuerdo cuando veía que era incapaz de incluirme en ciertos pasajes de su mundo.

Hoy, las cosas han ido cambiando de a poco. No podría haber sido de otra manera, de lo contrario, no seguiríamos juntos. Y claro, yo fui la que dio el empujoncito, tipo ultimátum (lo reconozco), pero de ahí que yo solté. Ha sido él quien ha seguido y claro, yo también aporto.

De todos modos, entre lo que hoy tenemos y una relación formal, hay bien pocas diferencias. Supongo que la más patente es esto de anunciarle al mundo sobre la otra persona, contarles a los padres, que conozca a todos los amigos bla bla bla. Y bueno, el tema de la proyección, el comenzar a soñar de a dos. Mmmm, creo que de alguna medida yo, por ejemplo, igual lo hago, y creo que él también…

Confieso que para mí es cómodo esto de la no presentación a mis padres. O sea, lo chistoso es que ellos lo conocen hace años, y lo aman, cierto. Pero Frank y Paris tienen esa maldita costumbre de tirarme para abajo mis relaciones, siempre hay un “pero”, por lo que mantenerlos marginados es ciertamente m3ucho más cómodo para mí, pero claramente también insostenible en el tiempo.

¿Conclusión? Tiempo al tiempo no más, además no hay para qué apurarse. Además estoy tratando de seguir el método de vivir el presente y no enredarse con lo que aún no ha pasado.

Mmm y es heavy, pero después de releer esta entrada, me di cuenta que es la primera vez que digo públicamente que estamos andando. Y no hablo de "lo que tenemos" o "esto". Plop.

Comentarios, por favor


Esto es casi un servicio de utilidad pública, obvio que para ¡mí! Jajaja. No fuera de leseo, como ya muchos sabrán yo trabajo en la revista Dato Avisos. Y resulta que hace unas semanas se decidió potenciar el segmento femenino a partir de los 30 años (antes la revista estaba enfocado en mujeres de 55 a 70 años)

¡Qué me han dicho! Así es que partí haciendo temas para mujeres de mi edad, que obviamente tuvieran la siguiente mezcla perfecta: amor, sexo, moda, belleza y mucho dato. Incluso hay una columna femenina por primera vez acá.

Como esto está recién partiendo necesitan acá que haya feedback ¡urgente! Por lo que pueden hacer sus descargos o comentarios buenos (espero que sean más estos que lo otros jajaja) al siguiente correo: contactodatoavisos@plc.cl
Si no les llega la revista, acá les mando el sitio para que puedan revisarla online. Además, les adelanto que esta semana sale publicada una entrevista a Mane Swett que está la raja, además ella sale muy mina

Desde chaaaaaa… Gracias!

Web: www.datoavisos.cl