domingo, 29 de julio de 2012

Perdonar una infidelidad ¿puedes?


¿Te ha tocado perdonar una o varias infidelidades? ¿Te ha tocado ser perdonado por una o varias infidelidades? ¿Eres de las o los que simplemente no podrían perdonar y menos olvidar una traición de ese tipo? O quizás ¿de los que primero tienen que ver el contexto en que ocurrió para ver cuál será la actitud a tomar?

Si me preguntan a mí, no sabría qué decir. Nunca me ha tocado perdonar una infidelidad, o sea, hasta donde yo sé (sólo hasta donde yo sé) nunca me han gorrreado. Quizás lo han hecho, varias veces, pero si es así, agradezco que haya sido lo suficientemente piola como para que yo ni siquiera sospechara algo.

Pero esta bonita estadística podría cambiar…. Uno nunca sabe. Ojalá que no, pero uno realmente nunca sabe. Yo creo que lo peor que puede pasarle a una persona en una relación es comenzar a sospechar que te están cagando. Debe ser atroz, porque como que uno tiende a sicopatearse. Onda, andar revisando mensajes, conductas, gestos, llamadas, horarios de salida y llegada ¡uf! Para volverse loco. Creo que es sería más sano, no sospechar nada y enterarse de sopetón. Quedas en schock, demás que sí, pero te ahorras toda la angustia previa. ¡Creo! Quizás me equivoque.

Yo conozco a muchas personas cercanas y no tanto, que les han sido infieles, y han decidido seguir con la relación. Ahora, no sé si han perdonado y menos olvidado, pero por lo menos han determinado con esa “canita al aire” no es lo suficientemente importante para terminar con años de relación y construcción.

No sé si sea totalmente sano. No sé si alguien pueda realmente echar al olvido que su mujer u hombre, besó a otra persona, se acostó con otra persona y arriesgó todo por una calentura o quizás algo más.

Si bien yo no he tenido que perdonar una infidelidad, sí me ha tocado ser perdonada. Pero ahora que miro para atrás, a mí nunca me perdonaron. Al contrario, creo que fui castigada ampliamente tras revelado el acto, con epítetos poco amistosos o con juicios de valor emitidos en mi contra. De hecho pagué infidelidades múltiples hasta con intereses. Por lo tanto, no podría asegurar que alguien pueda realmente perdonar una infidelidad. Los hombres de hecho, son más lapidarios porque vienen computados a ellos ser infieles y no que los caguen, entonces cuando les pasa, como que quedan descompensados. En cambio nosotras, las pájaras, desde chiquititas que nos dicen que ellos tienen “necesidades”, que “son más calientes” y que “así son lo hombres”, entonces quizás como que nos preparamos mejor. No lo sé.

Ahora yo, perdonar una infidelidad… uf! Difícil igual, porque como yo he sido infiel, sé exactamente todo lo que implicar serlo: la alevosía, la premeditación, las mentiras, es decir, todo lo que hay que hacer para cagar (salvo que sea una cosa de una loca noche de alcohol, pero son menos esos casos).  Entonces, uno no sólo debe perdonar el hecho en sí, sino que el hecho que esa otra persona se pasó por buena parte todo lo que había, ya que la calentura fue mayor.  La acción que lleva a ser infiel a alguien, creo que es lo que más duele, más que el acto en sí de tirar con otro u otra.

Mmm yo soy de las personas que tendría que ver el contexto también. No es lo mismo que te caguen con una ex, que con una mina del trabajo, que con una amiga de la vida, que con una hermana de una o una amiga de una. También hay que ver en qué punto está la relación, si hay crisis, si ya está la cagada o si está todo bien… todo puede ser atenuante o agravante.

Tampoco me parecen las personas que gritan a los cuatro vientos que ellos JAMÁS perdonarían algo así. Uno tiene que estar ahí, y en la cancha se ven los gallos, típico que los que dicen eso, después sí perdonan.

También me da risa cuando las personas que abrazan la fidelidad como un valor supremo dicen “si es cosa que diga que no quiere estar conmigo sino que con otra y listo”. Como si la cosa fuera tan fácil, de serlo, nadie sería infiel. También me parece algo irrisorio cuando las parejas se prometen entre sí con un pacto de sangre, que si sienten atraídos por otra persona, lo dirán antes de hacer nada.

Eso, en la vida real suele no suceder. O sea, habrán excepciones y bien, pero creo que casi nadie es tan evolucionado como para prevenir algo inminente.
Creo que tampoco es justo cuando alguien dice “si te fueron infiel una vez, te lo será dos , tres, siempre”. 


Me parece que eso es un poquito duro, salvo que estemos ante un caso de sexopatía. Pero todos tenemos el derecho a equivocarnos, a cagarla y todos podemos aprender de nuestros errores.
En fin, el tema es bien complejo y creo que uno no sabe cómo reaccionará hasta que te pasa.  Por mi parte, sólo espero seguir intacta en mi estadística “nice” que me alza como una mujer virgen de cuernos (hasta donde yo sepa). 

viernes, 27 de julio de 2012

La magia de entrevistar


En La vida me gusta hacer muchas cosas, pero son muy pocas aquellas actividades que me apasionan de corazón y una de ellas es entrevistar.

Me es difícil describir o tratar de explicar por qué me parece tan atractivo conversar con un extraño, escucharlo y luego colocar por escrito lo mejor de ese personaje, pero  me encanta.

Mi gusto por las entrevistas nació ya hace varios años, cuando una ex jefa mía, por alguna razón, vio un potencial en mí y me encargó realizar una entrevista semanal. Una responsabilidad que tuve durante un año completo, que fue entretenido, aleccionador y un gran desafío.

Fue ahí, debido a su exigencias y sabios tips que aprendí que el entrevistar es un arte, que no todos los periodistas son buenos haciéndolo – de hecho son bien pocos los que para mí son buenos entrevistadores – y lo más importante, la lección de mi vida en materias periodísticas que ocupo hasta el día de hoy: No hay entrevistados fomes, ni tontos, sólo hay entrevistas muy malas.

A lo largo de mis ya 7 años en el mundo del periodismo, puedo decir que he entrevistado a un variopinto abanico de personajes públicos, famosos y anónimos. Desde una Adriana Barrientos, pasando por alguna Ministra, dando vueltas por alguna mujer que abortó,  un tarotista, un deportista, una sexóloga y un LARGO ETC.

Y es curioso cómo le encuentro el brillo a cada uno. Cierto, he entrevistado a gente desagradable, mal educada, que se ha ofendido por alguna pregunta y que en plena entrevista me ha intentado arrebatar la grabadora, pero aún en estos casos, me ha gustado la entrevista. Es una locura, lo sé, pero qué le vamos a hacer.

Para mí, no hay nada más motivante luego de apretar el “stop” de la grabadora, sentir que la conversación estuvo buenísima y que logré captar cosas originales de la persona al frente. Y eso es independiente que si logro un golpe periodístico o no. Algunas de mis entrevistas favoritas de todos los tiempos, no han sido golpes, pero las recuerdo con cariño porque siento que fueron una profunda y larga conversación donde logré lo fundamental, que el entrevistado olvidara que había una grabadora separándonos.

Supongo que me gusta entrevistar porque me encantan las historias, las buenas, las malas, las tristes, las alegres o las sorprendentes. Creo que escucho mejor de lo que hablo, también. Cuando yo estoy en una entrevista, mi atención está fija en ese personaje que me habla, en sus movimientos, en sus gestos y en lo que me dice y hasta en lo no me dice. Es en ese momento que se me olvida el cansancio, el hambre, el sueño, el mal genio, el apuro… todo. Creo que hasta podría caerse el mundo y yo seguiría atenta escuchando.

Me agradan también las entrevistas que yo denomino con misión, las por encargo, vale decir, aquellas que me son agendadas para que yo saque algo determinado, una frase polémica, una confesión inconfesable, e incluso una historia triste o desconocida. Para mi es adrenalínico, aunque pocas personas lo puedan entender. Es un desafío que a veces supero y otras veces, no.

Hoy en Chile, hay muy buenos entrevistadores, más que todo, en la tele. Me gusta mucho Francisco Saavedra con sus entrevistas humanas en “Alfombra Roja”, siento que él logra que el entrevistado se relaje y hable. Y también me gusta mucho Eduardo Fuentes en “Mentiras Verdaderas”, es un encanto de hombre y también hace que el entrevistado se sienta cómodo.

Julio César Rodríguez me gusta también, creo que logra buenas cosas con los entrevistados. Tati Penna, aunque la pelaron harto cuando asumió la conducción de “Sin Dios ni Late”, me gustaba igual. Es chora ella.

A Don Francisco no lo agrego a esta lista, sólo porque es Don Francisco. O sea, yo creo que hasta el más hermético del mundo le contaría todo a él, porque es Don Francisco. Siento que en este caso el entrevistador se come al entrevistado.

Vivi Kreutzberger, es  (o era mejor dicho) buena con los entrevistados políticos. Lograba  que hicieran cosas ridículas como cantar, bailar o recitar poemas. Pero ella no es de mis favoritas, pero es más bien por una cosa personal, las dos veces que la he entrevistado, me ha hecho sentir que mis preguntas no son lo suficientemente buenas o interesantes, como que ella necesita desesperadamente hacerte recordar que ella ES UNA GRAN entrevistadora. Un buen entrevistador cuando es entrevistado, jamás hace eso. Ah! y está loca jajaaja. (nota aparte).

A Andrés Caniulef lo destaco por su versatilidad. Quizás no sea un brillante entrevistador, pero  es capaz de hacer lo que pocos periodistas hacen, y esto es entrevistar a todo tipo de personajes. Por eso, ha pasado del mundo de la tecnología a la del espectáculo sin mayores traumas. Además, notable su entrevista a la Kermit the frog y a Madonna.

Los panelistas de “Primer plano” sacan buenas cosas de los personajes faranduleros, pero no vale mucho porque les pagan para hablar y además copetean a los entrevistados jajaja así, a cualquiera se le suelta la lengua.

Aunque puedan decirme que soy poco objetiva, no puedo dejar de mencionar en este listado a mi pareja como entrevistador. De hecho lo pienso desde mucho antes de  ser su pareja, que es muy bueno entrevistando. Aprendo cosas de él. Logra declaraciones buenas, a través de un método similar al mío: “el escuchar atentamente”. Y además tiene algo que pocos periodistas tienen, un ojo clínico para saber qué personaje puede ser una buena carta para lograr una buena entrevista.

Y también hay unos MUY malos como Vasco Moulian, que ocupa, según yo, la táctica periodística más baja para obtener una declaración decente: la sobajeada de lomo o lo que es peor, el recordatorio al entrevistado que ellos dos se conocen de hace tanto tiempo… como diciendo ‘así que habla po’. Me carga. Chantilly.

Cuando Amaro  Gómez  Pablos entrevista me dan ganas de llorar también. Hay hombres poco afables, cercanos, carismáticos y él. Y no es porque sea español, el hombre es muy desagradable.

Lucho Jara siempre fue un invento con sus entrevistas íntimas con la copa de vino en “Vértigo”. Lo mismo Pedro Carcuro y la entrevista empaquetada. Nataly Chilet con sus entrevistas en “Zona de estrellas” dan un poco de risa. Me tocó ver una donde ella se mostraba nerviosa frente a la poco empática de la Maite Rodríguez (hija de Carolina Arregui, algo así como la versión poco exitosa de la Josefina Montané). Un mal caso de entrevistado se come al entrevistador.

En fin… siempre estoy revisando entrevistas, porque siempre quiero aprender más. No hay como una buena conversación, cercana, afable… de hecho a veces estoy haciendo algo y me quedo pegada a la tele….








Contarlo todo versus ser misteriosa


Es una verdadera disyuntiva a nivel de pareja y creo que nadie tiene la respuesta correcta o alguna conclusión definitiva. Creo que al final depende de cada uno, del gusto particular por el control a todo terreno o por la seducción de un misterio.

Hay parejas que se cuentan todo. TODO. Desde qué desayunaron hasta la conversación textual que tuvieron con alguien en el día. Perfecto. Hay otras que en realidad se cuentan las cosas generales y más importantes del día y estaríamos, y otras que no se cuentan nada.

En cuanto a los sucesos más íntimos y profundos que marcan la vida, hay parejas que se cuentan todas sus aventuras y desventuras hasta de la relación, las penas más grandes, los triunfos más increíbles, etc. Y están los que en verdad piensan que el pasado, pisado y que éste debe quedar atrás cuando se parte una nueva relación.

La tendencia femenina es atraída absolutamente por el saberlo todo. Queremos saber cuántas hubo antes de nosotras, si eran bonitas o no (el Facebook en este caso es de gran ayuda), si estuvieron enamorados alguna vez, cuál fue la mujer que lo marcó más. Queremos saber cuáles son sus traumas. Todo.

Los hombres, por el contrario, a mí parecer, son bastante más moderados en este aspecto. O sea, hay  excepciones, obvio. Hay hombres que celan el pasado o que son tan inseguros que sólo quieren saber que ellos fueron los únicos en entrar al corazón de una etc, pero en términos generales, poco o nada les interesa saber acerca de los que estuvieron antes de él. Creo que tiene que ver con una cosa de territorialidad, algo medio primitivo. No lo tengo muy claro.

En lo personal, yo he sido de todo tipo de mujer. He sido la que cuenta todo, así como la que no cuenta nada. Ninguna de las dos fórmulas es muy buena, y como siempre, el equilibrio es lo mejor. O sea, me parece bien contar las cosas que me afectan, que alguna vez me afectaron (esas heavys, medias inconfesables a veces) pero con la finalidad de que el otro pueda entender por qué   a veces soy como  o por qué reacciono de ciertas formas frente a determinados estímulos. Y se cuenta una vez y ya. Listo, porque si sacas el tema a cada rato es porque algo pasa que no has soltado o estás pegada y eso no le hace bien la relación.

Hoy no estoy de acuerdo con contarlo TODO, tampoco. Siento que no se trata de andar mintiendo o engañando a la pareja, ni tampoco de un caso de omisión de información, sino que de una forma de hacernos recordar que somos personas individuales e independientes antes de ser pareja y como tal, tenemos derecho a tener secretos. Sí, yo creo en ese derecho; cosas que no queremos contar porque quizás no aportan en nada a la relación.Cosas de una.

Y también creo que jugar un poquitito con el misterio, aviva la pasión, matiene la expectación. Para mí no hay nada más latero que un gallo demasiado obvio. Un hombre demasiado previsible, al punto que sé que qué está haciendo en este minuto porque su vida es como la película El día de la Marmota.

Ahora, tampoco me gusta un mentiroso que me diga una cosa y la verdad sea otra o que ande con el celular escondido de lo misterioso que es jajaja, no!  Pero alguien que me haga pensar o imaginarme en qué está etc.

El tema es complicado y creo que bien personal también. Pero yo, no quiero tener una relación con un hombre que se transforme en una cosa obvia y sentir que la persona que está a mi lado, jura de guata que me conoce demasiado y que no hay nada más por descubrir. Que es lo que hay…. ¡No! Qué lata…

martes, 24 de julio de 2012

5 formas de cagarla con un hombre

Debido a los positivos comentarios sobre la entrada “5 formas de cagarla con una mujer”, he decidido, tras hacer un estudio en terreno del mundo masculino, desarrollar la versión dirigida para nosotras, ya que también a veces cometemos estupideces dignas de ser mencionadas y de no seguir. ¡Acá van!

*Estar pegada: Al igual que ellos, nosotros a veces igual terminamos hablando de un determinado ex. Contamos cómo nos hizo sufrir ese mal hombre, los lugares a los que íbamos con él, y en los casos más perdidos, también hablamos de intimidades sexuales con ese ex. Mal.

*Generalizar: De acuerdo a una encuesta entre algunos conocidos del género masculino, no hay frase que más moleste que la siguiente: “todos los hombres son iguales”. También molesta su adaptación “todos los hombres valen callampa”. Así que si usted está intentando comenzar algo con un hombre, mejor guardarse esta teoría para las amigas.

*Calentar la sopa, pero jamás tomarla: Un poco de insinuación, de coquetería, de calentar la sopita, no le hace mal a nadie, pero a ellos les molesta las mujeres que poco menos lanzan sus colaless sobre la mesa, pero al momento del “vamos” se retractan, dicen que no están listas y lo que es peor, hasta se ofenden.

*Amar demasiado y de manera inmediata: Hay mujeres apasionadas, intensas, eso está súper bien, de hecho, hay hombres que se enloquecen con chicas que son arrebatadas, pero una cosa es eso, y otra muy distinta a esperar petición de noviazgo a la semana de iniciada la relación. Los hombres se cansan de las mujeres lapas que sólo giran en torno a ellos, aún cuando pueda parecerles divertido en un inicio ser el foco de atención, pero a la larga les agota.

Ojo también con amar tipo “atracción fatal”, andar dando alertas que si ellos no hacen lo que uno quiere o si te dicen que no, tú poco menos que te vas a tirar al Mapocho. Hay que amar, pero moderada, ¡por lo menos al principio!

*Nombrar a los hijos no natos: Es una cosa bien femenina esto de proyectarse, imaginarse casada, con hijos… etc. Supongo que no está nada de mal el mencionar que uno quiere eso y que el otro también se pronuncie sobre el tema, pero hay que tener cuidado con llegar a las primeras citas  con los nombres de los futuros hijos ya decididos.

Bonus Track

Sicopatear: Esto incluye

*Revisión profusa y extensa al Facebook o de cualquier otra red social del otro. Por último, si lo hacen, hay que pasar piola, que no se entere.

*Hacer escándalos cuando salga mencionada alguna ex suya. Investigar a través de las redes sociales cada mujer con la que tuvo alguna relación con él.

*No despegarse de su lado ni siquiera para cuando va al baño por miedo a que mire a otra (igual lo va a hacer si eso es lo que quiere).

*Ir instalarse sin previo aviso a su casa por días, semanas, meses, por siempre.

*Dejar el piyama y o el cepillo de dientes a la primera “quedada” en su departamento, vale si es que él lo propone, pero mal si es que se hace como una forma de decir “hey, aquí me quedo”.

sábado, 21 de julio de 2012

Buen sexo


¿Qué es tener buen sexo para ustedes? Es ¿tirar todos los días? O tal vez  ¿dos veces a la semana? Es ¿tener muchos orgasmos por cada vez? ¿es tener un solo orgasmo? ¿multiorgasmos? ¿es gritar? ¿es hacerlo en lugares distintos? ¿es hacer todas las posturas tipo kamasutra? ¿es hacerlo con el amor de tu vida o con un desconocido?

Supongo que cada persona que lea esta entrada tendrá una respuesta distinta para esta pregunta, tan personal. Porque lo que para mí puede ser  sexo increíble, para otro, puede resultar una lata o una aberración.

De acuerdo a mi experiencia, el sexo, así como el amor, va cambiando con el tiempo y va de acuerdo a la etapa por la cual pasa cada persona de manera individual y también en pareja. Hay etapas de la vida donde uno privilegia la cantidad por sobre la calidad, otras donde el orgasmo y ojalá los multiorgasmos parecen ser la meta final.

Y hay otras etapas donde el orgasmo, aún siendo importante, pasa a ser consecuencia de y no el único propósito. Una etapa donde uno disfruta con ver disfrutar al otro, donde uno es generoso con el cuerpo, con las sensaciones y con los gustos del otro también, pero, sin dejar de lado las propias. Creo que es posible lograr ese equilibrio cuando se está con otra persona que sintoniza en la misma frecuencia sexual de una.

Para mí, hoy el mejor sexo es aquél que uno practica con la persona que uno quiere – no es un cliché, el sexo casual también es placentero, pero para mí no hay como aquél que se hace con cariño y confianza – aquél que implica entrega de verdad y que no sólo se practica por satisfacer una necesidad física, y aún cuando se dé el caso – porque el cuerpo pide independiente de lo que opine el corazón –  es aquél que en la misma lujuria sigue estando conectado a la realidad, a un sentimiento, es aquél que construye y genera complicidad, que crea entre dos personas una especie de secreto especial que sólo ellos dos saben y donde no hay cabida para nadie más en ese mundo.

Lograr tener y combinar buen sexo con amor, ha sido una de las grandes batallas de mi vida. Durante mucho tiempo pensé que  era lo uno, o era lo otro. Pero con bastante trabajo, reflexión, madurez y lecciones aprendidas en el cuerpo y en el corazón, me di cuenta que sexo con amor, y buen sexo más encima, son totalmente compatibles.

El resto:  la cantidad, la intensidad de los orgasmos o cuántas calorías se gastan en una pasada, son puras gueás. Así, cortita. Pero eso lo enseña el tiempo no más.

sábado, 14 de julio de 2012

Nosotras, las brujas

Hace tiempo que quería escribir una entrada sobre este tema.
Hace poco escuchaba a alguien referirse de “bruja” a la mujer que tenía de compañera hace ya 7 años. Al preguntarle si estaba enamorado, me hizo una especie de mueca extraña (no supe si era de asco, hastío o de pocker) y me dio a entender que estaba enamorado dentro de las posibilidades y luego me lanzó una teoría fisiológica acerca del enamoramiento, las secreciones cerebrales y una serie de explicaciones que cuando se trata del corazón, no sirven de mucho.

Ten gola sensación que he escuchado muchas, quizás demasiadas historias de hombres chatos, ahogados, apestados, al borde de la locura porque sus mujeres, parejas, esposas (e incluso amantes) no los dejan hacer nada. No los dejan salir a tomarse un trago con amigos, no los deja salir con los compañeros de trabajo, no los dejan ir a pichanguear. En resumen, no los dejan salir o participar de NADA en lo que puedan entretenerse.  No hay negociación, y a él no le queda nada más que hacer que acatar lo que dice esta mujer, porque de lo contrario…arde Troya.

¿Qué onda con esto? Y no estoy hablando de mujeres ya desesperadas, sino también de mujeres jóvenes que no necesitan de amarrar a un hombre para que esté con ellas.
Para que estemos claro, dentro de esta gama de mujeres, están, por ejemplo, las que le ponen horarios a sus maridos para llegar a la casa, otras que dejan que salgan pero que están llamando cada 5 minutos y el resto que se auto invitan a todas partes.

Yo no estoy para nada de acuerdo con la dictadura femenina. Hay hombres, que por personalidad, terminan sometidos al dictamen de la mujer, que digámoslo, a veces, gobierna con mano de hierro. Y como que tengo la sensación que hemos pasado de un extremo a otro, de ser “las pobres gueonas” a ser las brujas malditas. Y como ya sabemos, todo extremo es malo.
Me he preguntado por qué pasa esto. Yo, en alguna oportunidad me puse un poco así. O sea, en verdad era mutua la cosa. Con esa pareja tuve una relación a full, onda viéndonos todos los días, viviendo un tiempo juntos y trabajando juntos también.

Al principio resultaba bien esta ecuación, pero recuerdo que nos empezó a matar también. Él era lejos más sociable que yo (no es tan difícil eso jaajaja) y a veces le hacía atados al pobre porque él quería que fuéramos a un asado, por ejemplo, y a mí me daba lata. Pero yo, la muy bruja, esperaba que él decidiera quedarse conmigo y no fuera. La gran mayoría de las veces pasaba exactamente eso. Y cuando no, me sentía enrabiada, traicionada.

Con mi sicóloga de ese entonces, recuerdo haber tratado el tema y llegamos a la conclusión que era en verdad la sensación nefasta de celos de que existiera algo otro en el mundo, a parte de mi, que le brindara felicidad, que lo entretuviera. Por eso también el sentimiento de traición. Y eso está mal, pésimo y fue una de las razones por la que lo que teníamos también se fue pudriendo. Lección aprendida.

Hoy pienso que, como todo en la vida, todo es conversable y negociable. O sea, tampoco se trata que la pareja de una se mande a cambiar todo el fin de semana, ni que nunca nos invite ni nada de eso, pero se trata de darle un respiro a la otra persona, a darle espacio, a respetar su metro cuadrado, ese que TODOS tenemos y nos merecemos.

Ahora claro que todo depende de la confianza que hay en la relación, porque otra gallo canta cuando estamos frente a una pareja que nos fue infiel, o una relación donde los celos la llevan, etc, estoy hablando de relaciones más o menos normales.

Mi relación actual está equilibrada en ese sentido. Siento que los dos tenemos espacios personales y que nadie se traga al otro. La gente se sorprende un poco cuando, por ejemplo, que él se va de viaje (sin mí) y que más encima yo diga que no tengo rollos con eso. O al revés, que yo aún tengo contactos con ex parejas y que N lo sabe y que hasta con uno, se lleva estupendo.

Hoy no tengo rollos  con que mi pareja se salga a tomar un happy hour con una amiga, pero igual también va en que conozco a la mayoría de sus amistades, por lo menos las más importantes. Y creo que eso también influye. Porque también están los casos que hay hombres que nos convierten en brujas, están los patudos que no presentan nunca a sus amistades o lo que es peor, aparecen de repente con “amigas” de no sé donde.  Y eso tampoco está bien.

El tema es que si bien encuentro de maricón el que un hombre califique a su mujer de “bruja” delante de otros y a sus espaldas, nosotras también tenemos que trabajar un poco en no ser merecedoras de tal apelativo. Si no cuesta tanto. Por último si no te motiva el hecho que sea una buena medida para tener una relación más sano, por último, hay que verlo como una forma de sacar provecho. Porque claro… yo te respeto tu espacio, pero tú también respeta el mío jejejej. Democracia, dicen que se llama.

lunes, 9 de julio de 2012

5 formas de cagarla con una mujer

Chiquillas y chiquillos, debido a los últimos acontecimientos narrados por amigas y otras cercanas relacionados a las nefastas tácticas de conquista de algunos hombres (ya bien viejos y peludos para no cachar nada), he decidido, en símbolo de apoyo al género,  nutrir este blog con una particular lista inspirada en hechos reales, aún cuando parezcan sacados de la ficción.

Les digo desde ya, que si usted se siente aludido de alguna forma o coincide en alguna táctica, o que es peor, piensa que una de ellas da buenos resultados, le recomiendo que lo medite mejor, porque estas son algunas de las estrategias que justamente matan cualquier intento de tener algo con una mujer.

PD: Estoy segura que hay más de 5 formas, pero tampoco voy estar escribiendo hasta mañana. Gracias por su comprensión.

*Hablar de otra mujer: Parece mentira, pero hay hombres que pensando que así se verán más cotizados o generarán algún tipo de celo, en medio del plan de conquista, no encuentran nada mejor que hablar de otra mina, puede ser una compañera de trabajo, una amiga de infancia, vecina etc. “Ay es que ella es tan bonita.. ay es que la pobrecita le ha ido tan mal en la vida”. Dios, ¿cómo creen que a una le va a gustar que te hablan de otra?

*Hablar de la ex y de todas las exes: Mal, mal mal. Incluso, aún cuando seamos nosotras las que preguntamos, un hombre debe mantener reserva respecto a sus relaciones pasadas. A lo más comentar “sí, la quería pero no resultó” y estaríamos. Nada peor que empezar a dársela del sufrido o peor, del canchero.

*Invitar y no insistir: Aún cuando dicen que ahora las mujeres pueden tomar la iniciativa y no ser tan pasivas, yo soy una convencida que en una primera etapa de conquista, es el hombre el que debe invitar a salir e insistir en caso que fuera necesario. Nada peor que un hombre que te dice que salgan un día y después se haga el desentendido, el olvidadizo o lo que es peor, el lindo. Siempre he pesando que un hombre interesado es un hombre con memoria de elefante.

*Pavonearse de su potencia sexual:   Es como el dicho, dime de qué presumes, y te diré de qué careces. Un hombre que en la o las primeras salidas presume de ser bien dotado o un toro salvaje en la cama, es cuestionable. En el sexo, en la cama se ven los gallos, no hay necesidad de andar promocionándose, además es de pésimo gusto.

*Ser pesado: Sí, hay hombres que ocupan la técnica de conquista del jardín infantil donde el niño que te tiraba de las trenzas, era el niño al que le gustabas. Incapaces de decir lo que sienten, hay ciertos sujetos que prefieren hacer bullying para llamar la atención de su objeto de deseo. Esto incluye, empujones “chistosos”, críticas pesadas, bromas desubicadas y hasta lanzamiento de proyectiles de oficina a la cara o en el suelo. Sí, true story.
Bonus track
*Preferir la pelota: Cuando un hombre te dice que no puede salir contigo porque tiene la pichanga con los cabros o porque tiene que juntarse a ver un partido, es como un fuerte y sonoro CUAK. Si está bien la pasión por el deporte, la roja, los bulla y no sé qué lesera más, pero por lo menos, hay que moderarse cuando se conquista. ¡Un rato que sea!

domingo, 1 de julio de 2012

Cuántas veces a la semana

Parto con una pregunta, pero que en realidad va dirigida a las personas que están en una relación de pareja estable. ¿Te importa cuántas veces tiras a la semana? ¿llevas la cuenta? ¿te preocupa cuando piensas que estás por debajo de la media?

Para ser súper franca y honesta yo creo que esto es una pregunta que se hace todo el mundo, tanto hombres como mujeres. Aviso, por si no se han dado cuenta, hoy el sexo es una materia de interés universal, ya no es propio del mundo masculino.

Yo me lo he preguntado cada vez que he estado en pareja. Hasta hoy me lo pregunto, pero quizás la diferencia de antaño es que antes le daba demasiada importancia al sexo, era casi si que no tiraba todas las semanas, era porque la otra persona no me amaba. La verdad es que así la cosa no funciona. Ahora, creo que también está mal dejar pasar un mes completo, pero supongo que está todo en ese equilibrio tan difícil de conseguir.
Recuerdo un estudio que apareció en el 2009 realizado por la Universidad Central que indicaba que las parejas chilenas tiraban en promedio unas 3 veces a la semana y que más de la mitad de los entrevistados aseguraban estar bastante satisfechos con su vida y frecuencia sexual.

Pero la verdad es que preguntar en Chile sobre sexo, es tan borroso como preguntarle a alguien por su sueldo, lo que estoy diciendo sutilmente es que la mayoría miente. Nadie dice la firme, que con suerte tiran una vez a la semana o que en invierno esa cifra baja más… en especial los hombres tienden a sobre dimensionar su vida sexual… es mejor quedar como papito zorrón mentiroso que un gueón fome que es o impotente o un gueón malo para la cama.
Siento que hoy, nosotras las mujeres, también tenemos ciertas presiones para ser unas leonas salvajes debajo de las sábanas. Como que ya no es tan bien mirado confesar en una reunión de amigas, que llevas varios meses sin tirar. Es como ¿hello? ¿qué le pasa a esta mujer fome? ¿será frígida, histérica, mala para la cama?

 En mi caso particular yo no miento en esa área. Encuentro que es absurdo andar dándosela de tigresa, por lo que si alguien me pregunta, yo respondo la verdad. Ahora, hoy  yo no ando marcando los días en que me “toca” jajaja por así decirlo en el calendario, pero sí debo apelar que hoy a mí me importa más la calidad.
Cuántas  veces yo pueda tener sexo a la semana, al mes, o al año es como una estadística vacía, pero sí le doy importancia a cuántas veces puedo decir ¡¡oh estuvo muy bueno!! Jajaja, eso es lo que cuenta. Encuentro yo ¿no?  También hay que tomar en cuenta otros factores, especialmente cuando se lleva harto tiempo con alguien... las relaciones no son estáticas, van pasando por distintas etapas y fases.... hay fases que son muy hot y otras que no lo son tanto...  y siento que una debe también entender esto, aún cuando cuesta entenderlo, ya que no sé quién nos metió en la cabeza ahora que para una relación funcione el sexo debe ser digno de una porno, todo el tiempo.

Siempre he pensado algo... las pornos son buenas, pero para verlas, no para intentar actuarlas al pie de la letra. En las pornos las mujeres y los hombres siempre andan horny y pueden estar 3 horas en la misma, pero si queremos que nuestra vida sexual real, sea una porno, lo más probable es que terminemos frustradas.

Hago un llamado a disfrutar el sexo, pero en buena, no para inscribirse en las estadísticas mentirosas, sino porque es rico tirar y más aún con alguien que uno ama.. y eso no es un cliché ni una frase moralista, es una verdad científicamente comprobada :)

Un suspiro

Anoche conversando con N de la vida y de nuestros respectivos padres,  recordé que mi papá cumplió 70 años hace tan sólo unos días.  Él se lo celebró comprándose un notebook y yo de regalo le tuve un mouse con un pad combinable y un tazón térmico.

Mi padre, quien antes poseía un PC del año cero, estaba como cabro chico en Navidad con su nueva adquisición. Claro que tuve que ayudarle con algunas instrucciones y conexiones…. Fue ahí que vi que su vista está cada vez peor.

Mi papá tiene esa tendencia de enfurecerse un poco por no ser ya el de antes, me refiero a cosas de la edad, como el deterioro de su visión o la lentitud de movimiento, incluso de la mente. Creo que lo deprime también un poco y a quién no le deprimiría algo así…

Pero conversando con N… anoche salté y dije “70 años… no me quedan más de 10 o 15 años de papá” y ahí me quedé. Porque 10 ó 15 años no son nada… son un suspiro. Demasiado poco tiempo, y ahora cuando lo pienso, incluso me emociono.

A partir de otra historia que me contó N sobre otra persona, cuya mamá se había muerto de cáncer y cuyo papá jamás conoció, comencé a pensar o tratar de imaginarme cómo es o sería la vida sin padres.  Y me quedé en blanco.

Porque aún cuando mi papá o también mi mamá se hayan equivocado en muchas cosas conmigo, aún cuando se siguen equivocando a veces, ellos son mis padres y sé que me aman, y yo los amo de vuelta.

También me acordé de mis continuos alegatos de porqué les gusta tanto que los vaya a ver todas las semanas, siendo que siempre he pensado que semana de por medio es mucho más interesante. Pero cuando me di cuenta que estamos hablando de 10 ó 15 años, me di cuenta de cuán importante es, que es tiempo vital, y que no quisiera dejar pasar momentos…

Y es curioso cómo a raíz de todo lo anterior, también entiendo más la relación que N tiene con sus propios padres… de sus ideas y preocupaciones. Anoche lo escuchaba hablar acerca de lo que él piensa que podría ser una buena idea hacer cuando sus padres estén más viejitos… en otro minuto algo así me habría dado cierto soponcio o tal vez, ciertos deseos de salir arrancando, pero en esta oportunidad sólo pensé en que él es realmente un buen hombre, con un corazón gigante. O sea, siempre lo he sabido, pero ahora no lo digo como su amiga, sino que como su pareja.

Admiro a este hombre que tengo  a mi lado y que mi madre, jura de guata que es el resultado de sus continuos rezos a Santa Rita jajajaa. Lo dedujo una vez que se él le contó que también creía en la santa jajaj. Bueno, sea o no el enviado de Santa Rita, la verdad es que él me enseña a ser mejor persona.